Estoy escandalizado con la campaña por la promoción del idioma "Probemoslo en catalán". Supongo que todo debe derivar de ver que cada vez cuesta más dar el paso al catalán e invita al nuevo hablante y también lo habitual a utilizar el idioma en cualquier contexto. Pero ¿en tan poca estima nos tenemos que considerar la lengua un ensayo? ¿No podemos realizar una apuesta más decidida por la lengua como opción de país para todos y de crecimiento y sensibilidad personal para quien no la tiene como propia?
Últimamente estamos hablando mucho de la precariedad del idioma ya menudo por flagelarnos que los que somos hablantes nativos no somos suficientemente consecuentes. El problema no termina ahí. Hay que insistir en que los hablantes de otros idiomas también la respeten con agrado y que las instituciones, y la Generalitat en concreto, hagan una apuesta firme por un tema tan trascendental. Hay que darle un estatus político (por qué no con rango de conselleria o poco menos) y un impulso liderado por alguien carismático que cautive a la ciudadanía. ¿De qué sirve la perenne búsqueda de un “pacto nacional por la lengua” y el estéril proceso participativo que lo inició? ¿Para hacer “probaturas”, que decía mi abuelo? Que, por cierto, también decía “Vamos por trabajo” y “Adelante”.
XAVIER ALBERTÍ ORIOL
CASANO DE LA SELVA
Los jóvenes y el producto local
En un mundo globalizado donde la producción masiva y la distribución internacional predominan, el apoyo a los productores locales se ha vuelto más imprescindible que nunca. Sin embargo, para muchos jóvenes acceder a estos productos locales supone un desafío considerable.
El acceso geográfico y económico juega un papel crucial en esta situación. En muchas localidades los productos locales no siempre están disponibles en los lugares donde los jóvenes suelen realizar sus compras, y cuando lo están a menudo son más costosos que los productos importados. Esta disparidad de precios puede desalentar a los jóvenes con presupuestos limitados a optar por productos locales, aunque deseen apoyar a los productores locales.
Es fundamental que abordamos esta problemática de manera integral. Los gobiernos locales y las organizaciones sin ánimo de lucro pueden desempeñar un papel clave en proporcionar incentivos tanto para los productores locales como para los consumidores.
Además, la falta de conciencia sobre la importancia del consumo local y sus beneficios tanto económicos como medioambientales contribuye a perpetuar esta problemática. Muchos jóvenes simplemente no son conscientes del impacto positivo que puede tener elegir productos locales en lugar de productos importados. Los jóvenes queremos consumir productos locales sin tener que preocuparnos por si podremos pagarlos o no. El soporte a los productores locales es una inversión para nuestro país.
IZASKUN DOMÍNGUEZ
TORDERA
Postpandemia invisible
Parece que el coronavirus ha quedado en el olvido, y con él todas las personas que hoy en día siguen afectadas. La anosmia y la parosmia, pérdida y alteración del olfato y el gusto, me acompañan desde entonces y han alterado mis gustos personales ya establecidos a lo largo de mi vida. A menudo lucho con la percepción de sabores tan cotidianos como el de la pasta de dientes o el café, que ya no son como antes: ahora me huelen y me saben a productos químicos. Ir a un restaurante oa un bar se ha vuelto una tortura, miro la carta insatisfecha, ya que nada de lo que hay puede ayudarme a saborear algo.
Tener que encontrarme cada día con la misma situación y darme cuenta de que mi problema es invisible lo hace aún más desesperante. No tengo hambre, estoy apática y ya no disfruto de uno de los grandes placeres de la vida: saborear la comida.
ANDREA GALVEZ REALPE
TERRAZA