"Ah, pero ¿tú eres la jefa?": así se discrimina a las mujeres, también, en la ciencia

El CREAF pone en marcha la campaña 'Aquí también pasa', que quiere emular el Me Too en la investigación

G.G.G. / E.F.
3 min
Una de las viñetas de la campaña #aquipasa del CREAF

búsqueda BarcelonaPasa en las oficinas, en los cuerpos policiales, en las artes escénicas, pero también en la ciencia. Todavía sorprende la mujer que lidera, que manda, que brilla en una disciplina científica. "Ah, pero ¿tú eres la jefa?", señala una de las viñetas-denuncia que ha hecho públicas el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y que retrata una situación todavía demasiado cotidiana: la sorpresa de un hombre cuando descubre que es una colega científica la que dirige una investigación internacional. En ciencia también pasa resume la campaña del organismo con motivo del Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se vale de ilustraciones de situaciones que describen las propias investigadoras de manera anónima y que ha plasmado en formato de viñetas satíricas el artista Javier Royo.

Algunas, como la mujer de la viñeta que un hombre no considera que pueda ser la jefa de un proyecto, hablan del sentimiento de invisibilidad o del síndrome de la impostora que las acompaña en su carrera profesional, así como situaciones más desagradables ante otros compañeros científicos hombres en las que se han sentido ninguneadas, por ejemplo, por el tono paternalista y condescendiente que adoptan algunos hombres en lo que se conoce como mansplaining. "Visibilizar y reconocer que estas cosas son transversales y pasan en todos los ámbitos, también en el CREAF, en todos los centros de investigación y en el mundo de la ciencia, es un primer paso para tener puestos de trabajo más inclusivos", explica Teresa Rosas, la responsable del equipo de talento y género del CREAF. Y esto es precisamente lo que pretende la campaña, que bajo la etiqueta #aquípasa aspira a viralizarse en las redes.

Las experiencias que retratan las viñetas nacen de testimonios y situaciones reales de mujeres que trabajan en centros de investigación y, en general, en el ámbito académico. Hablan de cómo se las ha discriminado y cuestionado sus capacidades, de cómo el embarazo o la carga implícita de cuidados familiares les han jugado en contra en una evaluación en igualdad de condiciones que sus colegas, o cómo se las interrumpe cuando hablan por el hecho de ser mujeres. Una de las investigadoras, por ejemplo, afirma que el síndrome de la impostora –el hecho de no creerse que merece los éxitos que consigue– le ha llegado a impedir ser consciente de algunas situaciones de desigualdad. "Todas hemos crecido en el heteropatriarcado y a menudo hay que sensibilizarnos para darnos cuenta de que aquella situación que hemos vivido no tiene ninguna justificación", añade Rosas. 

Una viñeta de la campaña #aquípasa del CREAF

Trabajar en terreno hostil

"Brillante, crack y genio son adjetivos que se usan para describir a mis compañeros; nosotras, en cambio, somos trabajadoras, meticulosas o responsables", expone otra de las testigos que ha recogido el CREAF. "Y el mensaje que acaba cuajando es que eres líder o haces un hallazgo importante no porque seas brillante, sino porque trabajas mucho. Y una mujer puede ser brillante y ya está", afirma Rosas. Los prejuicios externos y los que cada una se autoimpone son bastante habituales en las más de 47 voces que han inspirado la campaña y las viñetas que recogen, nada más y nada menos, situaciones de desigualdad cotidianas.

La ciencia ha sido tradicionalmente un mundo muy masculinizado y el sesgo de género es todavía más evidente a medida que la investigadora progresa en su disciplina. "En las carreras de biología o ecología, por ejemplo, hay un cierto equilibrio entre hombres y mujeres, pero a medida que nos acercamos a las zonas de poder y a la jerarquía, las mujeres se encuentran muchas barreras", lamenta Rosas.

Viñeta de la campaña #aquípasa del CREAF

Haciendo una analogía propia del ámbito científico en el que se inscribe, el CREAF dice: "La biodiversidad es clave para mantener la naturaleza fuerte y resiliente. Aún así, no vemos que se aplique esta lógica a las personas que hacen ciencia". Si se quiere mantener esta riqueza dentro de los centros de investigación, sigue con la analogía, también hacen falta medidas urgentes para que aumente la diversidad; hay que crear ambientes de trabajo inclusivos "donde la mitad de la población también se sienta bienvenida". Rosas es clara: "De nada sirve empoderar a las mujeres si el terreno donde trabajan les es naturalmente hostil".

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