Última oportunidad para disfrutar de un raro fenómeno astronómico que no volverá a producirse hasta el 2038
El sábado 20 de septiembre se producirá un eclipse en Saturno, cuando Titán, su principal luna, proyectará su sombra sobre el planeta por última vez en catorce años
GinebraEste sábado día 20 de septiembre el principal satélite de Saturno, Titán, proyectará su sombra sobre el gigante de los anillos. Será la última vez que lo hará en los próximos 14 años. Estos eclipses son rarísimos y sólo pasan durante unos meses cada cerca de quince años, que es cuando la órbita de Titán le alinea con el Sol y Saturno. Desde noviembre de 2024 a octubre de 2025 se han producido eclipses cada dieciséis días. Sin embargo, habrá que esperar hasta el año 2038 para volver a ver cómo el satélite saturniano proyecta de nuevo su sombra sobre este fascinante mundo, el segundo más grande después de Júpiter y el único anillado visible desde la Tierra. Esta extraña periodicidad de los eclipses se debe principalmente a la gran inclinación que presenta la órbita de Titán respecto a la órbita del planeta alrededor del Sol.
Los eclipses son uno de los fenómenos astronómicos que más pasiones levantan, incluso entre aquellos que no son particularmente aficionados a la astronomía. Basta con ver la expectación que ha generado el eclipse total de Sol que tendrá lugar el próximo agosto y que será visible desde Cataluña. Aunque pueda parecer que los eclipses de Sol, donde la Luna se interpone entre nuestra estrella y la Tierra, son algo excepcional, a lo largo de un año podemos observar un par desde diferentes puntos del planeta. Sin embargo, si nos fijamos en otros lugares del sistema solar, los eclipses son un hecho aún más frecuente. Júpiter, por ejemplo, con sus cuatro grandes lunas, presenta eclipses casi todos los días.
El satélite Titán proyectando una sombra sobre el gigante gaseoso de los anillos. Un observador que estuviera situado en esa sombra vería un eclipse solar.NASA/JPL/Space Science Institute.
Posible fuente de vida
Titán es el mayor satélite de Saturno y el segundo mayor de todo el sistema solar después de Ganímedes, uno de los principales satélites de Júpiter. De hecho, Titán representa el 96% de toda la masa que orbita alrededor del planeta, incluyendo anillos.
La llegada de la sonda Cassini de la NASA al gigante anillado en 2004 proporcionó información fundamental que se encontraba sepultada bajo la densa atmósfera dorada de Titán. Actualmente, este satélite representa uno de los objetos del sistema solar más fascinantes. Es el único astro, excepto en la Tierra, donde se han encontrado líquidos estables. Las intensas lluvias de hidrocarburos alimentan los ríos de metano que corren por su superficie y llenan grandes lagos transparentes. Observaciones gravimétricas demuestran que debajo de su superficie, llena de dunas heladas, podría haber grandes océanos de agua y amoníaco. Estas características, así como su composición química, hacen que se produzca un efecto invernadero inverso; es decir, la atmósfera deja escapar el calor y sólo un 1% de la luz del Sol llega a su superficie. Esto provoca que la temperatura media se encuentre en torno a los 183 grados bajo cero.
Actualmente Saturno y sus lunas representan una fuente de información esencial para comprender, no sólo la formación del sistema solar, sino también la aparición de la vida en la Tierra. Investigaciones recientes realizadas por la NASA han demostrado su presencia en los lagos de metano de vesículas, un tipo de orgánulos que constituyen las células. Los astrobiólogos se cuestionan si, al igual que el agua parece ser un elemento esencial para el desarrollo de la vida en nuestro planeta, los lagos de Titán también podrían ser una fuente potencial de vida, aunque ésta presente características distintas a las terrestres.
Observar este bello y poco frecuente fenómeno astronómico desde la Tierra requiere disponer de un telescopio relativamente potente, con un gran número de aumentos y gran apertura. Además, también es necesario el uso de técnicas avanzadas de astrofotografía para poder obtener una imagen suficientemente nítida de la sombra de Titán. Otra opción es acercarse a algún observatorio astronómico cercano, porque es probable que hayan programado observaciones.
En honor a los dioses griegos originales
Titán fue descubierto por el astrónomo neerlandés Christiaan Huygens, un 25 de marzo del año 1655. Espoleado por el descubrimiento de los satélites de Júpiter por Galileo Galilei 44 años antes, Huygens y su hermano Constantijn mejoraron la técnica de los teles. De una forma tan descriptiva como poco original, Huygens bautizó el satélite con el nombre de Luna Saturni. Un par de décadas más tarde el astrónomo italiano Giovanni Domenico Cassini publicó el descubrimiento de otras cuatro lunas. Sin embargo, no fue hasta 1847 que John Herschel, hijo de William Herschel, descubridor de las lunas Mimas y Encédal, estableció el nombre común de Titán, en honor a los dioses originales de la mitología grecorromana.
Liderados por el joven Cronos, los Titanes tomaron el poder del cosmos después de derrocar a sus propios padres, Urano y Gaia, dioses primigenios. A su vez, la leyenda explica que los titanes fueron derrotados en la conocida Batalla de los Titanes por la siguiente generación de dioses, que ellos mismos habían engendrado y entre los que se pueden encontrar Zeus, Hades y el resto de dioses del Olimpo. Debido a la derrota, los Titanes tuvieron que abandonar las alturas y muchos de ellos terminaron encarcelados eternamente.
Sin embargo, la mitología romana decidió escribir un final distinto por la Batalla de los Titanes. Reservó un lugar prominente para Cronos, al que llamó Saturno, y lo instalaron en Italia, en casa de Jano, dios protector de las entradas a los hogares. Saturno se dedicó, desde entonces, a enseñar a los aborígenes a cultivar la tierra siguiendo sus dones de dios civilizador.