Ciencia

Descubren las neuronas que nos dicen cuando debemos dejar de comer

Ubicadas en el tronco encefálico, la región cerebral más primitiva, se encargan de recibir y gestionar informaciones sensoriales muy diversas

BarcelonaLa sensación es bien conocida y la experimentamos cada día: nos ponemos delante del plato en la mesa, empezamos a comer y, en un momento dado, nos detenemos para que nos sintamos hartos. Y a menudo, como experimentamos cada Navidad, saltarnos esta señal de saciedad del cuerpo penaliza, ya que suele comportar digestiones pesadas y empachos poco placenteros. Pero, ¿cómo sabe el cerebro, el órgano que regula el comportamiento, cuando el organismo tiene nutrientes suficientes y no necesita ingerir más alimentos? Parece que científicos de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, han encontrado la respuesta.

En experimentos realizados con ratones, estos investigadores han descubierto unas neuronas ubicadas en el tronco encefálico, la región cerebral más primitiva a los vertebrados, que se encargan precisamente de decirle al animal cuándo debe dejar de comer.

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Este descubrimiento, que recoge la revista Cell, abre la puerta a desarrollar nuevas terapias dirigidas a tratar la obesidad, una enfermedad metabólica que padece una de cada ocho personas en el mundo y que se asocia con mayor riesgo de muerte prematura y de desarrollar otras enfermedades graves, como el cáncer.

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Equilibrio entre hambre y saciedad

El apetito es un mecanismo evolutivo grabado en el cerebro que asegura que los animales (y los humanos) obtienen la energía necesaria para sobrevivir y reproducirse. Y tan importante es saber cuándo debemos comer como cuándo debemos parar de hacerlo. Esta regulación entre apetencia y saciedad es crucial para mantener el equilibrio entre lo que comemos y las necesidades de energía que tenemos. Hasta ahora se habían estudiado los distintos circuitos neuronales implicados en el control de la ingesta de alimentos, y si bien se habían identificado las neuronas que disparaban la sensación de hambre, no se habían encontrado qué células nerviosas eran las encargadas de detener la ingesta.

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Las nuevas neuronas encontradas por los investigadores de Columbia forman parte del circuito que regula la alimentación y tienen la capacidad de integrar toda una serie de informaciones sensoriales –desde la vista y el olfato cuando el animal está frente a la comida hasta las necesidades nutricionales del organismo– para regular la cantidad de alimento que es necesario. Estas células se encargan de activar una serie de mecanismos para detener la ingestión.

"Estas neuronas están implicadas como ninguna otra célula en la regulación de la saciedad", afirma en un comunicado de prensa Alexander Nectow, investigador de Columbia y coautor del trabajo. "Mientras que otras neuronas en el cerebro se limitan a sentir la comida que nos ponemos en la boca o que llena la tripa, o los nutrientes que obtenemos a partir de los alimentos, las que hemos descubierto –continúa este científico– son especiales porque son capaces de integrar todas estas y más informaciones".

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Neuronas activadas con luz

Los investigadores utilizaron técnicas de célula única, que permiten observar una región del cerebro y diferenciar los distintos tipos de células existentes, que hasta ahora era complicado de distinguir. Así fue como descubrieron este nuevo tipo de neurona, que tiene características similares a otras también implicadas en los circuitos de regulación del apetito.

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Para averiguar su función, crearon mediante ingeniería celular neuronas de este tipo que se activaban y se desactivaban con luz, y vieron que cuando estaban activas los ratones comían menos y que la intensidad de la activación determinaba la rapidez con la que los animales dejaban de comer. "No sólo marcan cuando el animal debe detener la ingesta, sino que ayudan a hacerlo de forma gradual", apuntan los investigadores.

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También estudiaron cómo otros circuitos neuronales que regulan la ingesta de alimentos, así como determinadas hormonas, afectaban a estas nuevas neuronas. Y vieron que estaban silenciadas por una hormona que aumenta el apetito y, en cambio, que se activaban por un agonista de GLP-1, un tipo de fármacos ahora muy populares para tratar la diabetes tipo 2 y también la obesidad, como Ozempic.

Aunque el estudio se ha realizado en ratones, el hecho de que estas neuronas estén ubicadas en el tronco encefálico, que es una parte del cerebro esencialmente igual en todos los vertebrados, hace pensar que es probable que los humanos también lo tengamos. Para los autores del trabajo, sus resultados abren la puerta a desarrollar nuevas terapias para tratar la obesidad.