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Ozempic muere de éxito en las farmacias: "No quiero tener que decidir a quien doy"

El Colegio de Farmacéuticos alerta de que los problemas de suministro son generalizados en todas las farmacias

Varias unidades de los medicamentos Ozempic.
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Barcelona"Hoy nos ha llegado una caja de Ozempic, pero ya la tengo reservada. Hay mucha lista de espera", explica Florencia, que trabaja en una farmacia del barrio del Raval de Barcelona. Explica que llevaban tres semanas sin recibir este medicamento, que, por un lado, ayuda a controlar la diabetes y, por otro, a bajar de peso. Es esa segunda razón la que se esconde detrás de su éxito y su alta demanda. Y lo mismo ocurre con otros fármacos que funcionan de manera similar. Y, de hecho, desde hace tres años se arrastran episodios de problemas de suministro a las farmacias del Estado, por lo que las autoridades sanitarias insisten en priorizarlos para las personas que los tienen prescritos por el control la diabetes tipo 2, puesto que las alternativas terapéuticas que tienen estos pacientes son más complejas.

Al final, sin embargo, esto quiere decir que muchas veces son los farmacéuticos los que deben elegir a quienes venden el medicamento, ya que llegan muy pocas cajas, y la lista de espera, en cambio, es muy larga . "Yo no quiero tener que escoger a quien doy. Tenemos una lista de espera larguísima. Preferiría que no la hubiera y ya está", se queja Montse, que trabaja en una farmacia del Eixample de Barcelona. Según explican desde diferentes oficinas de farmacia consultadas por el ARA, los problemas de suministro son iguales en otros medicamentos análogos, es decir, que realizan la misma función que el Ozempic.

"La demanda actual es muy, muy superior a la capacidad de producción de los laboratorios", advierte el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, ​​Jordi Casas, quien explica que las farmacias catalanas sólo pueden dispensar este medicamento a las personas que presentan prescripción médica. La mayoría son pacientes crónicos y están en contacto con varias farmacias a la vez para que, cuando llega una caja de Ozempic, se les reserven. Más allá del buen funcionamiento por el control de la diabetes, la gente le prefiere a las alternativas por el precio. Una caja que dura un mes tiene un coste de 128 euros mientras que otras opciones pueden llegar a valer 200 euros.

Interrumpir el tratamiento

Estos medicamentos imitan el funcionamiento de la hormona GLP-1, que se produce en el intestino y que estimula el páncreas en la producción de insulina, lo que supone un gran avance en el tratamiento de la diabetes tipo 2, puesto que tiene un papel clave equilibrando el azúcar en sangre. Ahora bien, el fármaco también ayuda a perder peso: quita la sensación de hambrey facilita el proceso de realizar una dieta, ya que ralentiza el vaciado gástrico y produce sensación de saciedad. Esto ha hecho que la demanda se dispare en los últimos años.

Desafortunadamente, cada vez es más difícil encontrarlas en las farmacias, y los profesionales deben priorizar a las personas que tienen un problema de salud crónico, como la diabetes. "Ofrecerlo para perder peso ya ni te lo planteas. Les decimos que hablen con su médico de cabecera, a ver si les prescribe una alternativa", explica Marta, de una farmacia del barrio de Sant Antoni, quien explica que cada mañana revisa las páginas web de sus proveedores para ver si está disponible Ozempic. El resultado suele ser siempre el mismo: "No disponible. El laboratorio no lo envía".

Ahora bien, Casas remarca que este tratamiento no es ninguna fórmula mágica y debe acompañarse de otras medidas para que sea efectivo. Debe hacerse dieta y deporte y cambiar los hábitos de vida, como dejar de fumar y beber, porque si no, una vez se deja de tomar el medicamento, puede generar el efecto contrario. "Si se interrumpe de repente, por ejemplo, porque no se encuentra en las farmacias, hay riesgo de un efecto rebote", advierte el presidente del Colegio de Farmacéuticos, que afirma que se puede sufrir una especie de síndrome de abstinencia y empezar a comer compulsivamente.

En cambio, las alternativas terapéuticas para los diabéticos son más complejas. En última instancia tienen la insulina, pero las dosis deben ajustarse a cada paciente –no es sencillo de medir–, y es más molesto para los enfermos, que pasan de pincharse Ozempic una vez por semana a hacerlo después de cada comida. "Es la alternativa en última instancia, pero debemos intentar garantizar que estos pacientes tengan siempre el medicamento y que no interrumpan el tratamiento de golpe", concluye Casas.

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