El gato encerrado detrás de las últimas renovaciones del Barça

BarcelonaLa regla del 1/1 del límite salarial, que es la que permite a los clubs de fútbol profesionales operar con normalidad en lo que se refiere a fichajes y renovaciones, fue motivo de celebración en Can Barça a principios de año. El presidente ejecutivo azulgrana, Joan Laporta, con el agua en el cuello por las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor, encontró una solución financiera con la venta de 475 asientos vip a dos empresas árabes a cambio de 100 millones de euros.

La operación, validada por un auditor provisional, se completó fuera de plazo, de forma que el registro de los dos jugadores azulgranas sólo se pudo confirmar de forma temporal en virtud de una medida cautelarísima concedida por el Consejo Superior de Deportes (CSD). Sin embargo, dado que el club acreditó los pagos (58 de los 100 millones comunicados) y aportó un informe auditor favorable, la Liga le concedió la famosa 1/1.

De esta forma, a mediados de enero y por primera vez en muchos meses, el Barça por fin pudo operar sin tener que encontrar excepciones a la norma. El margen conseguido con la venta de los asientos vip no sólo se convirtió en un argumento poderoso para consolidar las inscripciones de Olmo y Víctor, sino que sirvió también de argumento para llegar a plantearse el fichaje de Marcus Rashford, una buena oportunidad de mercado que entonces tenía un pie fuera del Manchester United.

Finalmente, la presión de un vestuario que venía de ganar la Supercopa con una goleada en el Real Madrid hizo que Laporta priorizara premiar piezas importantes como Ronald Araujo, Pedri González, Pablo Gavi y Pau Cubarsí con mejoras y ampliaciones de contrato. Así, en ese orden, y con sólo tres semanas de diferencia, la entidad comunicó cuatro renovaciones muy aplaudidas por la afición. Poco más tarde, y gracias a la venta de Vitor Roque en el Palmeiras, también hizo efectiva la extensión de Iñigo Martínez.

Toda esta alegría coincidió, algo muy importante, con los 100 millones de asientos vip incluidos en el ejercicio 2024-25 y la norma 1/1 reconocida a favor del Barça por parte de la Liga. Sin embargo, la situación ha cambiado sensiblemente después de que la nueva empresa auditora de las cuentas del club, Crowe, no haya validado esta cantidad como un ingreso extraordinario computable a corto plazo, que es el que pretenden en los despachos nobles del Camp Nou.

La multinacional que fiscaliza los números azulgranas considera que el activo traspasado (475 asientos vip) todavía no existe porque el estadio está en obras y, por tanto, no puede generar ingresos. Aunque 58 de los 100 millones ya estén en la caja, el plan general de compatibilidad (PGC) dice que si se han cobrado por anticipado por la explotación de un activo futuro, deben reflejarse en las cuentas como anticipo hasta que dicho activo pueda traspasarse de forma efectiva a los clientes que lo han adquirido.

Más presión para el CSD antes del 7 de abril

Sin esos 100 millones de euros incluidos en los "estados intermedios" que la Liga pide a los clubes profesionales cada 31 de marzo, y tras las renovaciones anunciadas, la fotografía del Barça en el próximo cálculo del fair play podría recibir una bofetada considerable. Si esto ocurre, la planificación deportiva de cara a la próxima temporada quedará condicionada de nuevo a revertir el exceso salarial y volver a la más que famosa regla del 1/1. Sin embargo, no hay que olvidar que, en tanto que es parte interesada en la salud de un negocio en el que el Barça es capital, la institución reguladora que preside Javier Tebas guiará a Laporta y compañía para que cumplan la norma, como ya ha hecho en otras ocasiones.

En paralelo a todo ello, el CSD debe emitir un juicio definitivo con respecto a las inscripciones de Olmo y Víctor. El anuncio será esta semana, siempre antes del 7 de abril, cuando expira el plazo de la cautelarísima. Con el límite salarial comprometido de nuevo en contra del Barça, el ente gubernamental lo tendrá un poco más difícil para argumentar una resolución favorable a los intereses azulgranas.