Pastillas para retrasar el envejecimiento de tu mascota: ¿es ético?
Una empresa estadounidense quiere lanzar un medicamento que lo haga posible antes de que acabe el año
Barcelona¿Qué harías si pudieras alargar la vida de tu mascota? La start-up estadounidense Loyal quiere lanzar una pastilla para hacerlo posible antes de que acabe este año, según la propia compañía. De hecho, la semana pasada dio un paso más para conseguirlo: la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) certificó la eficacia de uno de sus fármacos, la píldora LOY-002. Se trata de un tratamiento diario destinado a prolongar la vida saludable de los perros mayores de 10 años. Ahora bien, no sería apto para todos: sólo sería viable para quienes pesen menos de 6,35 kg.
La LOY-002, una pastilla con sabor a carne, no es el único proyecto que Loyal tiene entre manos. La start-up con sede en San Francisco también trabaja para conseguir el mismo objetivo con perros mayores. La LOY-001 y la LOY-003 son tratamientos pensados para perros gordos y gigantes, con menor esperanza de vida, y todavía se encuentran en fases preliminares. Todos estos fármacos tienen por objetivo mitigar y revertir los cambios metabólicos asociados al envejecimiento. Loyal no es una rara ancianos: en el mundo existen varias compañías centradas en este mismo objetivo.
"Nos deberíamos replantear en qué nos gastamos el dinero", dice el médico, investigador y escritor Salvador Macip. El divulgador científico, pese a reconocer que las empresas pueden invertir en donde crean más conveniente, considera "curioso" que decidan destinar tantos esfuerzos aquí y no en las personas. Sin embargo, Macip asegura que "este argumento puede ser demagógico" y que, al fin y al cabo, todos los progresos acaban sumando. En concreto, según recoge el Guardian, Loyal habría logrado levantar 125 millones de dólares en financiación de empresas que se habrían abstenido de invertir en proyectos de longevidad humana.
¿Un precedente para aumentar la longevidad de los humanos?
La tecnológica californiana ha repetido en varias ocasiones que la eficacia de sus estudios también podría favorecer en un futuro a los humanos –y cualquier otra especie–. "Es cierto que, desde el punto de vista científico, es un experimento interesante", dice Macip. Sin embargo, explica que cualquiera de estas pastillas no sería extrapolable a las personas y que la composición debería ser diferente. Además, dice que, ante todo, debería comprobarse si estos tratamientos acaban consiguiendo lo prometido.
En caso de que así sea, no duda de que un avance de estas características sería "positivo". "No se trata de alargar la vida, sino de mejorar nuestras condiciones", asegura Macip. Pastillas como la LOY-002 no buscan alargar la vida en sí, sino retrasar al máximo las enfermedades y síntomas que van apareciendo con la edad. El divulgador e investigador también se pregunta quién acabaría teniendo acceso a estos medicamentos: "¿Los ricos? ¿O deberían entrar en la sanidad pública?"
"Hay una línea muy fina entre los tratamientos y las mejoras", dice el experto. Macip asegura que ésta es una de las grandes cuestiones de las investigaciones actuales: "¿Debemos priorizar y fomentar las mejoras cuando todavía no tenemos tratamientos para muchas enfermedades importantes?" Éticamente es difícil resolver, según dice.
¿Qué falta para que se apruebe?
Según explica Loyal, los últimos dos requisitos de cara a conseguir la aprobación condicional de la FDA es garantizar su seguridad y fabricación. La compañía explica que tiene una "gran cantidad de datos" que demostrarían que se cumplen estos dos puntos. La base científica de los medicamentos se remonta a unos estudios impulsados por Purina durante los años 90. Los resultados de la investigación apuntaban a que la restricción calórica podría alargar la vida de los perros y retrasar enfermedades como la osteoartritis y el cáncer.