Javier Pagés: "Eliminar la DO Cava es un suicidio"

BarcelonaLas palabras que el fundador de la Guía Peñín de vinos, José Peñín, expresó recientemente en una entrevista con el diario ARA no han gustado en la Denominación de Origen (DO) Cava. Peñín y hablar sobre la crisis de ese espumoso.

¿Ha hablado con José Peñín?

— Lo cierto es que no. No tenemos relación con él porque está retirado, pero nos ha sorprendido y nos ha sabido muy grave lo que ha dicho.

Si tuviera ocasión de hacerlo, ¿qué le trasladaría?

— Que no entiendo lo que ha dicho. Cuando una persona se ha beneficiado del prestigio y del apoyo del cava y de las bodegas, que también a él le ha aportado notoriedad y le ha puntuado altísimo muchas veces, me deja muy parado que se le ocurra decir estas palabras. Es muy irresponsable.

¿Se equivoca?

— Por supuesto que sí. Si queremos cargarnos todas las denominaciones de origen, podemos hacerlo, pero la DO Cava es una denominación de éxito. Es la número uno de exportación de vino y la segunda mayor de España. Detrás de esto hay 37.000 hectáreas, 6.000 viticultores, 300 bodegas, todo un territorio, una historia, una cultura, una forma de hacer, un paisaje, es el arraigo en una tierra. Evidentemente que no se puede eliminar, no debe eliminarse. Esto es un suicidio.

¿Se ha desdibujado el origen del cava, como argumenta Peñín?

— No, el cava no es un método, es una DO y tiene todas las características de una DO. Tiene un territorio muy bien constituido, viñedo, viticultores, control, trazabilidad, sostenibilidad, segmentación y es dinámica. ¿Es lo mismo un cava que un vino espumoso de Andalucía? No, claro que no es lo mismo.

Peñín define a los Corpinnat como "los gran crudo de los espumosos españoles".

Hay mucha gente que tiene tendencia a criticar el cava por aprovecharse ellos mismos. Estas bodegas no llevaban mucho Cava y se han beneficiado de serlo, por eso el señor Peñín vuelve a ser irresponsable. Que un vino espumoso esté todo el rato hablando de cava para tomar la notoriedad cuando no tiene controles, no es una DO sino sólo una marca colectiva... pues el cava tiene controles independientes, no particulares, que van desde la UE hasta el ministerio.

¿Cuál es la salud del cava y de su DO?

— La DO Cava tiene una historia, un prestigio y unas cifras abrumadoras. Llega a 150 mercados. Su salud es muy buena y el vino espumoso está subiendo dentro del consumo mundial de vino. hacer cambios, pero esto entra dentro de la normalidad de un conjunto de 300 bodegas.

¿El cava tiene un problema de reputación?

— En Cataluña, sí. No siempre se valora la parte excepcional que tiene el cava y su arraigo. El 75% del vino catalán es cava. Es una brutalidad. Parece que es lo mismo un grupo de 15 bodegas, que no es una DO, y que cada vez que se habla de vinos espumosos en Cataluña se les da a ellos el mismo o más espacio. Esto me preocupa, pero afortunadamente no ocurre fuera de aquí.

En los últimos años ha habido un goteo de bodegas que dejan la DO para incorporarse a Corpinnat, Clàssic Penedès o ir por libre. ¿Por qué se van?

— Pueden tener muchas razones. Una es porque creen que dentro de la DO no están consiguiendo sus objetivos empresariales que vender más. Otra son modas. Hay empresas que desean trabajar fuera de DO para hacer exactamente lo que quieren sin el control de nadie. Creo que debería haber entre todos un compromiso con el territorio y crear valor añadido con lo que tenemos.

Es habitual sentir que falta más unidad dentro de los espumosos elaborados en Cataluña.

— Creo firmemente en la DO Cava. No hay parangón con todo lo logrado, y no valorar el éxito a mí no me entra en la cabeza. El cava es una pasada y, quien quiera unirse, puertas abiertas. El cava lo tiene todo, pero hay gente que quiere luchar desde fuera, con otros grupos o criticando, diciendo que el cava no es catalán. No lo comparto; el cava es catalán a muerte. ¿Quién tiene más viñedos que el cava? ¿Quién hace más vino catalán que el cava? El cava hace mucha más patria catalana que cualquier otro.

En los supermercados existen cavas a 3,20 euros. ¿El cava debe resignarse a vender tan barato?

— Subir precios es difícil y no se logra de la noche a la mañana. Los 20 millones anuales de botellas de cava Guarda Superior están en torno a 20 euros. Es una categoría pequeña dentro del cava, pero gigante si miramos cualquier otra DO: hacer 20 millones de botellas caras es muy difícil. El precio medio de todo el cava sube continuamente. La parte más baja me gustaría que fuera subiendo y lo va haciendo, y que no existiera, porque no ayuda a veces a comprender la gran calidad que tiene el cava.

El cava se ha reflejado en el champán, pero ¿quién es más competencia: el champán o el prosecco?

— El cava se comprometió con la calidad. El prosecco tiene una identidad diferente, con un método más corto y fácil, y mira el champagne porque hace lo mismo, pero el cava no es champán. El cava debe acercarse mucho más al genio mediterráneo que al clasicismo propio del lujo de la Champaña.

¿Cómo se prevé la vendimia?

— De momento, bueno. Nada tiene que ver con la del año pasado, pero junio ha sido persistente en calor y otra vez sin lluvia. Nos convendría algún golpe de lluvia y que no hiciera tanto calor.

Los sindicatos esperan que el precio de la uva no recoja después de la subida por la sequía.

— El buen precio es aquél con el que el viticultor se puede ganar bien la vida y la bodega elaboradora, también. El precio del pasado año subió muchísimo: en el sector se hablaba de 0,80 euros el kilo. Es poco probable que lleguemos a los precios del año pasado, pero eso no significa que no sea un buen precio con el que el campesino se pueda ganar bien la vida. Espero que sea así.

Codorníu vuelve a estar a la venta. ¿Cómo percibe ese movimiento?

— Con total respeto por una empresa muy importante para el sector. Espero que el grupo que venga a Codorníu sea amante del vino, de la tierra y responsable. De esos grupos que suman dentro de la DO y que no hacen la lucha por su parte.

Sobre elERE de Freixenet, que se saldará con 154 despidos, los sindicatos dudan de que tenga que ver con la sequía y le vinculan a la voluntad de ampliar la producción fuera de la DO.

— Si la empresa cree que una parte de sus gamas está mejor fuera de la DO es una decisión suya. Lo que hace que me preocupe menos es que las gamas que han salido de la DO son las más económicas.

Dos empresas icónicas del cava están en manos de empresas extranjeras: Codorníu, por ahora, es del fondo estadounidense Carlyle y Freixenet de la alemana Henkell. ¿Cómo ha marcado el cava?

— El cava ha hecho muchos avances en los últimos años en sostenibilidad, trazabilidad, discurso cualitativo... se ha logrado estando estas dos empresas participadas por grupos que no son locales. El cava ha demostrado que puede adelantarse independientemente de los accionariados.

¿La DO debería amparar cavas 0,0?

— Por el momento, un cava no puede ser 0,0 porque deberíamos ir a la UE y cambiar el método tradicional. Antes había gente que cuestionaba si mantienen todas las características organolépticas del vino, pero existe una evolución importante de la tecnología y deberemos ir mirando. Quizás no es 0,0 y bajar el grado alcohólico también puede ser interesante.

¿Usted personalmente cómo se imagina el futuro de la DO Cava?

— Teniendo lo que tenemos sólo puede ser un futuro brillante y creciente, no en el sentido de botellas, sino valorándose y ganando prestigio. En todos estos años ha habido un salto impresionante muy cualitativo a favor del cava y espero que continúe, porque la gente busca vino espumoso de calidad.