Maria Xinxó: "Deberían servirse copas de cava en las discotecas"

¿Cuál es tu primer recuerdo vinculado al vino?

— Estoy bastante segura de que de los primeros recuerdos que aparece el vino es el porrón que estaba encima de la mesa, porque la madre bebía el vino tinto con porrón. Con el tiempo me he dado cuenta de que quizás no era muy habitual, pero hizo que normalizara el porrón, que quizás ya era un elemento que en mi generación no estaba tan presente.

¿Crees que esto influyó en tus primeros sorbos de vino?

— No [ríe]. Como mucha otra gente comencé bebiendo lambrusco con los amigos. Pero a diferencia de ellos, todavía me sigue gustando y si voy a un restaurante italiano y no hay un buen lambrusco, es que querré pedirlo.

Hablando de restaurantes. ¿Cómo cambia el ambiente de una comida si se solicita una cerveza o una copa de vino?

— Se genera una situación distinta, seguro. Pero lo cierto es que difícilmente me pediré una cerveza en una comida. Prefiero mil veces más pedir una copa de vino o incluso de cava. Porque algo que me da bastante rabia es la gente que sólo saca la botella de cava para dar la bienvenida al inicio de una comida o como despedida, en el postre. Yo defiendo muchísimo beber cava mientras se come, sobre todo me encantan los cavas rosados. Es una bebida que queda muy bien con muchas comidas, creo que acentúa el gusto.

¿Siempre es un buen momento para empezar una botella de cava?

— Por supuesto. Es más, deberíamos poder abrir más. Hace tiempo que creo que también deberían servirse copas de cava en los locales o discotecas. Creo que como yo hay mucha gente que pediría una copa de vino o cava, porque al parecer cuando sales debes beber alcoholes más fuertes y no siempre debe ser así. De hecho, como quiero que se den cuenta de que hay demanda, cuando estoy en algún local les pregunto por la carta de vinos, a ver si así les motivo para que sirvan.

Estás realizando una buena campaña.

— Sí [ríe]. No sé cómo lo supieron, pero acertaron cuando el año pasado me hicieron cofrade de mérito del cava. Lo cierto es que cuando me lo dijeron no sabía exactamente en qué consistía, pero el día de la proclamación fue impresionante. No lo esperaba. El día de la ceremonia fue increíble, no conocía que hubiera toda esa liturgia detrás de la Cofradía de mérito del cava. Me pusieron una capa, me apoyaron sobre los hombros una espada, me dieron un diploma y me colgaron una medalla y todo. La verdad es que antes de hacerme cofrade ya me dedicaba a promover el cava, ¡pero ahora, aún más!

Una de las cosas que se hace con el cava es brindarle. ¿Recuerdas algún brindis especial?

— Una de las cosas más curiosas que hacemos en mi casa es, justamente, brindar. De parte de los Xinxó, siempre hemos tenido la gracia de que cuando brindamos, en lugar de decir xin-xin, decimos xinxin-xinxó. Es una anécdota, pero pienso que es hermoso porque brindar ya es un ritual, pero hacerlo así lo hace más único.

¿Tienes alguna anécdota que recuerdes especialmente y que el vino estuviera presente?

— ¡Pues tengo una anécdota que aunque haya pasado bastante tiempo todavía dura! Hace un tiempo fuimos con dos amigos a La Rioja a realizar una cata de vinos. Entre todos los vinos que probamos nos gustó uno y vimos que, encima, estaba bastante bien de precio. Nos animamos y decidimos comprar muchas cajas de ese vino, porque creíamos que calidad-precio era una gran compra. Pero cuando lo probamos en casa nos dimos cuenta de que no era tan bueno como lo que nos habían dado a probar y hoy en día todavía tenemos cajas de este vino que no sabemos cómo gastar.