Robos en bodegas

Detienen a una extrabajadora por tirar 60.000 litros de vino tinto de la bodega Cepa 21

La presunta asaltante fue detenida el jueves, y tanto ella como su pareja están en libertad con cargos

Una extrabajadora de la bodega Cepa 21 (DO Ribera del Duero), despedida tres días antes y que conocía perfectamente cómo funcionaba la alarma e incluso tenía las llaves de la puerta, ha sido detenida como presunta autora del robo en el establecimiento . “Había trabajado durante un año, y le habíamos despedido porque después de Navidad siempre baja mucho el trabajo, y ajustamos la plantilla”, explica José Moro, el propietario de la bodega, que argumenta que no por eso “hay que vaciarse 60.000 litros de vino tinto, que fueron a parar al alcantarillado, y de ahí al Atlántico, que es donde desemboca el río Duero”.

El jueves la extrabajadora y su pareja fueron detenidos, pero quedaron en libertad con cargos. “Cuando exista el juicio, se declarará insolvente porque es imposible pagar lo que suponen 60.000 litros de los vinos tintos de mayor prestigio de nuestra bodega”, sigue explicando José Moro, que confiesa estar contento por la noticia de la detención y también triste. “Tengo ganas de pasar página de esta historia, olvidarla, que haya pasado todo”, dice, aunque reconoce que, desde el sabotaje, las ventas de vino han aumentado y ha recibido muchas muestras de solidaridad por parte de la sociedad .

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Imágenes de la cámara de seguridad de la bodega Cepa 21.

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Tal y como dijo José Moro cuando se produjo el asalto, "el seguro de la bodega no cubre el valor que habría tenido el vino en el mercado". Éste es uno de los grandes debates con los seguros de las bodegas, que cubren el valor del vino inmovilizado, pero "el precio del vino en la bodega", no en la tienda. Por último, el asalto tuvo todavía un vuelco rocambolesco, relacionado con la misma noche del sabotaje: José Moro dormía esa noche en la bodega. "Lo hago a menudo, sobre todo cuando al día siguiente tengo visitas de enoturismo, a las que mostramos la bodega y les damos almuerzo allí mismo". Así, José Moro dormía a 300 metros de donde tenía lugar el sabotaje. “No oí nada porque los muros son anchos; dormía profundamente”.

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