Profesores por el mundo (2)

"En Cataluña somos más disciplinados, en El Cairo se fugan"

Alba Ruiz enseña castellano en una escuela americana de élite en El Cairo, donde sólo una minoría muy privilegiada tiene acceso a este tipo de educación internacional

Alba dando clase en la escuela Metropolitan de Nou Cairo, Egipto
02/05/2025
3 min

El CairoLa oportunidad de vivir unos años en la tierra de los faraones no llega a menudo, así que, cuando se les presentó en el 2022 a Alba Ruiz, una maestra de Mataró de 34 años, ya su marido, con quien acababan de tener un hijo, decidieron aprovecharla. A él le había surgido la opción de trasladarse temporalmente a Egipto por trabajo, y ella pidió una excedencia en el colegio donde llevaba ocho años trabajando, el San José de su ciudad natal, para poder viajar. "Era ahora o nunca", explica.

Inicialmente, Alba recuerda plantearse tomarse unos años sabáticos. Pero al aterrizar en El Cairo cambió de planes y se puso a estudiar a distancia a un máster de profesora de castellano como lengua extranjera. Pronto, a través de una conocida egipcia, le propusieron entrar como colaboradora en una universidad del sur de la capital, Helwan, para que los estudiantes se enriquecieran del acento de alguien nativo, y así empezó a ejercer en su nuevo país.

El curso siguiente, 2023-2024, la mataronina todavía encontró otra oferta de maestra, esta vez en una escuela americana de élite, Metropolitan, en Nou Cairo, una ciudad satélite de la capital donde vive buena parte de su clase acomodada y trabajadores expatriados. Enseguida la contrataron, y este año está haciendo su segundo año, centrándose en la asignatura de castellano a alumnos de cursos equivalentes a sexto de primaria, segundo y tercero de ESO, y primero de bachillerato.

Formación permanente

Una de las primeras diferencias que nota con su experiencia en Catalunya es el seguimiento que se le hace y la preparación que se le exige, propios de una escuela elitista. y el resto las dedican a "llenar documentos".

En esta línea, Alba valora que en la escuela actual hacen cursos de formación constantemente, mientras que en Cataluña podía hacer un cursillo al año. "Aquí [a veces] no vienen los niños y todos tenemos formación de profesorado, [por ejemplo] en nuevas tecnologías", explica. "Es verdad que se parece mucho a lo que ya hacemos en España, pero aquí fomentan mucho" la innovación, recalca.

Sin embargo, el caso de la escuela Metropolitan de Nou Cairo es del todo excepcional en Egipto, donde sólo una minoría muy privilegiada tiene acceso a este tipo de educación internacional. El sistema educativo público lleva años atrapado en una profunda crisis derivada de la falta de inversión estatal, que ha provocado una grave escasez de centros escolares –en general en muy mal estado–, un déficit extremo de profesores y ratios de alumnos muy elevados. Es uno de los peores del mundo.

Escuelas elitistas y caras

Alba nota que, en Egipto, las escuelas privadas "son muy caras" y que los precios pueden llegar a subir hasta los 6.000 dólares al año, algo menos en euros. Para la maestra de Mataró, este factor puede ser problemático por varios motivos. "Aquí se les intenta poner todo muy fácil" a los alumnos, constata, mientras que "en Catalunya somos más disciplinados y hay cultura del esfuerzo y de decir "va, por la tarde tenemos que hacer los deberes y tenemos que estudiar», y en cambio aquí se fugan".

El carácter elitista de la escuela también afecta a la relación con la dirección. "[A Mataró] me he sentido siempre con un superapoyo de mi equipo directivo; primero me han defendido y después preguntado", asegura. "Aquí, no; aquí tienes que cubrir tú los hombros", añade, así que hay mucha rotación de profesorado, en gran parte por el desgaste que supone. A juzgar por lo que le cuenta una amiga de una escuela local, "el comportamiento allí cambia y el respeto al profesor es distinto".

Una diferencia con Catalunya que agradece, en cambio, es que en su actual escuela, privada, valoran toda la formación y experiencia del profesor a la hora de negociar condiciones laborales. Por el contrario, Alba nota que hay mucha diferencia entre los salarios de los profesores extranjeros y los del país, lo que a veces puede generar malestar. "No es que unos trabajen menos y otros más, sino que, por el mismo trabajo, unos [cobran] más, entonces eso sí es injusto", lamenta.

En cuanto al idioma, la mataronense comenta que no hablar del todo el árabe le impide entender siempre a los alumnos, lo que a veces puede ser frustrante. Pero nota que, a diferencia de otros maestros extranjeros, ella tiene un as para ganarse la simpatía de sus alumnos: Barcelona. "Son superfans del fútbol y sí que a veces te dicen 'Força Barça' u otras cosas que escuchan de los jugadores", explica. Solo con esto "yo ya me he ganado esa buena relación con ellos".

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