Ciencia, historia y diversión: así se han reinventado las colonias escolares

Hace cerca de veinte años que Eva Boix cogió Can Joval, una masía del siglo XII de Clariana del Cardener, en el Solsonès, y ha forjado un proyecto familiar de casa de colonias que, con 120 plazas rodeadas de bosque y naturaleza, ofrece estancias familiares, para madrigueras, esplais y escuelas. Es una masía rústica donde trabajan el trato personalizado y cuidan todos los detalles, tanto en la casa como en las actividades que ofrecen. En el ámbito de las colonias escolares, desde hace unos años, ofrecen estancias temáticas y proyectos pedagógicos para que los niños y jóvenes saquen máximo provecho de este paréntesis en su día a día. Es una transformación que han tenido que realizar, también, para adaptarse a las normativas cambiantes del sector, que limita ciertas actividades y juegos para evitar riesgos, lo que condiciona el planteamiento de estas estancias.

Patrícia Canut es una de las responsables de Can Joval y explica que, anteriormente, las colonias se organizaban con monitores y actividades de ocio que se complementaban con talleres específicos. "Si se programaba un taller de cestería, vendía una experta y la ofrecía, y lo mismo con reciclaje de papel o cerámica", explica Canut, quien tiene claro que "esto ya no funciona así". Actualmente, se ofrecen colonias escolares que siguen el currículum vigente.

Estos días hay niños y niñas de 2º y 3º de la Escola Bogatell de Barcelona. Han escogido esta casa porque han priorizado "la autenticidad" del lugar y Can Joval les ha parecido que cumplía con las expectativas: entorno natural, monitores de la casa y comida propia. Tal y como explica Marta Portell, jefe de estudios, la tendencia entre las entidades es ésta: ofrecer una experiencia que vaya más allá de las colonias. Entienden que las salidas sirven para fomentar la convivencia y la cohesión de grupo, así como la relación entre las personas, pero también valoran que todas las actividades que se realizan en los días de colonias tengan un sentido y un trasfondo común y no que sean actividades inconexas.

Ejes temáticos, la nueva tendencia

El ejemplo de Can Joval es una muestra de una oferta que se ha ido especializando para mejorar las propuestas a disposición de las escuelas. Así lo ve Pep Montes, gerente de la Asociación Catalana de Empresas del Ocio (ACELLEC), que recalca que ya hace años que las grandes entidades del ocio sin ánimo de lucro se centran en ofrecer colonias de teatro, música, ciencia u otros temas. Montes cree que se siguen encontrando "colonias que lo tocan todo", pero admite que las pequeñas y medianas empresas de ocio también acaban respondiendo a las demandas que reciben de escuelas e institutos, que a veces quieren complementar el currículo con estas escapadas.

Ocio y Aventura es una empresa que ofrece la organización de las colonias, pero que no tiene casas propias. A pesar de esta diferencia, trabajan con una filosofía similar: que los niños aprendan jugando y experimentando. Tal y como explica Jordi Soguero, su administrador, se trata de combinar las actividades físicas y de naturaleza con otros contenidos curriculares que elaboren en función de las demandas del profesorado. "Aprender los tipos de cacería, por ejemplo, con herramientas y útiles que utilizaban, en medio de una actividad deportiva es una buena forma de asimilar conceptos sin sacrificar la diversión", asegura Soguero, quien destaca también que esta especialización les llega "muy pautada" por las necesidades específicas de las escuelas e institutos.

De este modo, en Ocio y Aventura han ido adaptando la oferta en función de las demandas. Ven que las escuelas quieren "tener abanico" para poder elegir y cada final de temporada analizan el regreso que les han hecho los grupos para reelaborar la propuesta para el siguiente curso. Ahora ofrecen colonias sobre indios, duendes, magia o piratas en los cursos de infantil, mientras que en Primaria van ganando peso otras propuestas de historia, de medio ambiente, de deportes de aventura, de biodiversidad o incluso de inmersión lingüística en inglés.

La formación de los monitores

Una tendencia que también han notado desde ACELLEC es que las escuelas suelen pedir cada vez más servicios, es decir, más actividades y más horas de monitorización. Montes alerta de que, a pesar de que el equipo de monitores es profesional y cualificado, debería evitarse que el equipo docente perdiera vinculación con las colonias, ya que la prioridad es poder dar continuidad al proyecto pedagógico. "Normalmente, las empresas ponen todo lo que tienen a disposición de las escuelas para coordinarse con los equipos docentes", recalca Montes.

Para hacer posible estas demandas de las escuelas, las entidades y empresas necesitan un buen equipo de monitores. En Ocio y Aventura tienen equipos estables de entre veinte y treinta años que pueden estar disponibles unos cuatro o cinco años a lo sumo. Cada inicio de temporada convocan nuevas plazas a través de redes sociales, esplais u otros entornos similares, y se les forma para que puedan ser solventes en el eje temático que desarrollen. "Hay monitores que no han trabajado los temas, por lo que les hacemos unas demostraciones durante tres días", explica Soguero. Con el proyecto de cada propuesta se elaboran cápsulas formativas que se comparten con todos los miembros del equipo para que conozcan sus contenidos con recursos gráficos y de rápido acceso. "Se trata de hacer formación continua", especifica el administrador de Ocio y Aventura. Una formación que se va traspasando entre el personal con más experiencia y los novatos.

En Can Joval también procuran tener una base toda la temporada, con un periodo fuerte al inicio de curso y otro de marzo a junio, e ir llamando a nuevas incorporaciones en función de las necesidades puntuales. desplazan es, a la vez, a menudo una dificultad añadida para entidades como Can Joval, pero lo intentan resolver con el boca-oreja y el "nombre" que se han hecho dentro del propio sector. todo el trabajo. "Nos reinventamos constantemente", señala Canut, que también reconoce que las nuevas generaciones necesitan nuevos tipos de actividad, más sobre todo, más límites.