Cinco ideas de merienda para las fiestas de cumpleaños infantiles
Aperitivos y dulces pueden tener también presencia pero de una forma más saludable
Las fiestas de cumpleaños infantiles son una sobredosis sin control de azúcar (sobre todo) y también de sal por la altísima presencia de dulces, golosinas, snacks y bocadillos. Aunque las fiestas, por su naturaleza, son puntuales, se convierten prácticamente en un hábito mensual o quincenal cuando el niño se expone habitualmente de la mano de los cumpleaños de todos los compañeros de su clase. Es en este sentido que vale la pena plantearse, entre todos, hacer fiestas de cumpleaños mucho más saludables y que no rompan totalmente con los parámetros alimenticios establecidos en casa con tanto esfuerzo, alineados muy a menudo con una alimentación saludable y equilibrada .
Evidentemente, no hace falta hacer que las fiestas se conviertan de golpe en la sección de la fruta y la verdura del supermercado, pero sí que hay que limitar en general la exposición al azúcar, la sal y especialmente a los aditivos, nada saludables, que llevan los productos ultraprocesados en este tipo de eventos. Por eso, hay que tener en el horizonte unas ideas alternativas y, eso sí, ponerse en la cocina un buen rato. Al fin y al cabo, a los cumpleaños no se va sólo a comer, sino a celebrar entre todos un hito de vida que poco tiene que ver con una ingesta descontrolada.
Vasos de yogur con frambuesa o arándanos
El poder endulzante de las frutas del bosque como las frambuesas y arándanos no debe menospreciarse en ningún caso y menos en una situación de tanta necesidad de dulces. En función de la edad de las criaturas que asistirán a la fiesta, estas frutas silvestres pueden ser una gran opción para acompañar a un yogur distribuido en vasos. Para acabar de dar un toque al conjunto, a esta propuesta se pueden añadir otros toppings, como fideos de chocolate negro (como si fuera stracciatella) o frutos secos, siempre que las criaturas tengan cierta edad y sepan masticarlos.
Piruleta de fruta con chocolate
Para conseguir la meta que coman fruta en medio de un cumpleaños y más allá de servirla cortada, se pueden hacer piruletas de frutas que sean fáciles de cortar y manipular y que combinen bien con el chocolate negro. El plátano, el kiwi, la naranja, la mandarina, las fresas, la pera y la manzana son ideales. Basta con cortar la pieza en trozos pequeños, clavar un palito de madera como el de los helados y mojar las piezas en chocolate de repostería deshecha. Cuando se enfría, la capa de chocolate se ha endurecido y las piruletas están preparadas para comer. Ahora bien, si se quiere prescindir del chocolate, también se pueden hacer piruletas de fruta divertidas que llamen la atención de los niños.
Palomitas caseras
Pese a sus calorías, las palomitas son un gran aperitivo, y más para un cumpleaños. Conquistan casi todas las criaturas y son mucho mejores que los snacks comerciales como los gusanitos y las patatas de bolsa porque también aportan nutrientes como vitaminas, hierro y calcio. Las palomitas tienen la ventaja de que se pueden cocer en casa directamente en una sartén bien tapada (desde su estadio en semilla) y se pueden controlar los aditivos como la sal y la mantequilla. También se pueden hacer en versión dulce añadiendo mantequilla y azúcar (en cantidades razonables) una vez estallados, e incluso colorantes alimentarios (ya no tan saludables).
Hamburguesas con vegetales
En cumpleaños más completos, aquellos cuyos invitados se marchan a casa con la barriga llena, se pueden servir minihamburguesas trampa. Los niños suelen adorar esta opción. Bien abrigadas dentro de los panecillos y con un formato icónico, se pueden esconder más verduras de las que parece. Basta con hacerse picar la carne (cuidado con las carnes picadas de supermercado, que están llenas de aditivos) y mezclar zanahoria, pimiento verde, champiñones y cebolla en crudo bien picados, bien atado con huevo y pan rallado. Las minihamburguesas pueden servirse hechas a la plancha con lechuga y tomate cortado.
Zumo de naranja natural
¡Nada de refrescos comerciales en la mesa! Lo habitual en los niños es que pidan lo que tienen ante los ojos; por tanto, en la mayoría de los casos, evitar la exposición a ciertos alimentos pasa simplemente porque no se los mostramos. Para ayudar a tragar todas las delicias anteriores, se puede poner en la mesa agua, agua con cítricos (por ejemplo rodajas de limón) y botellas de zumo de naranja natural exprimido. Es cierto que el zumo de naranja no es la forma más aconsejable de tomar fruta (por la pérdida de la fibra y la acumulación de azúcares de varias piezas en un solo vaso). Sin embargo, no es comparable el efecto de tomar un zumo de naranja a tragar litros de refrescos llenos de azúcares o de edulcorantes ricos en aditivos a evitar.