El consultorio

¿Cómo detectar a un amigo tóxico?

Este tipo de amistad puede repercutir en la autoestima y en cómo se construyen relaciones futuras

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20/09/2025
3 min

BarcelonaLas amistades tienen un papel fundamental en el crecimiento de niños y adolescentes. Aprenden a relacionarse, a construirse la identidad y sentirse parte de un grupo. Pero no todas las relaciones siempre son positivas. Algunos pueden limitarlos o generarles malestar. Tal y como apunta la psicóloga infantojuvenil Margot Fusté, en estos casos es importante saber identificar qué está pasando y, sobre todo, cómo acompañarlos.

¿Qué es una amistad tóxica?

Fusté explica que este término coloquial describe relaciones de amistad que resultan perjudiciales para el bienestar emocional y el desarrollo personal. Existen diferentes tipos: amistades que limitan la autonomía y la autenticidad, relaciones con un componente de dependencia desequilibrada, pero también vínculos marcados por el control, la crítica constante o el chantaje emocional. "Son relaciones que no favorecen el crecimiento ni la seguridad emocional. Identificar estas dinámicas ayuda a entender mejor qué significa, realmente, que una amistad no es sana, y es el primer paso para poder acompañar a nuestros hijos a establecer vínculos más positivos", dice Fusté.

¿Cómo percibir que nuestros hijos tienen una?

"Lo puede hacer si vemos que vuelve a casa triste o irritable, si detectamos comentarios negativos hacia él mismo que pueden reflejar una autoestima más baja, si deja de realizar actividades que antes le gustaban, si se muestra muy dependiente de lo que piense o decida el otro, o si vemos cambios en su comportamiento habitual", explica la psicóloga. Según Fusté, estas señales no siempre son fáciles de interpretar y es normal que pasen desapercibidas. "Por eso, conviene mantener una mirada atenta y abierta, confiando en que con diálogo y proximidad podremos detectar lo que necesitan", asegura.

¿Cómo podemos ayudarles a gestionar la situación?

"El primer paso es escucharles con calma y sin juzgar, para que se sientan acompañados y confíen en nosotros. Después, podemos ayudarles a poner nombre a lo que viven, darles recursos para poner límites y animarles a buscar entornos y relaciones que les hagan sentirse seguros y valorados", explica. Fusté también indica que es importante validar sus emociones y hacerles ver que no están solos. Además, desde el entorno adulto, se pueden mostrar otros modelos de relación más saludables, ya sea a través del ejemplo de la familia, del relato de experiencias o facilitándoles espacios donde puedan conocer personas con las que compartir vínculos sanos y respetuosos. "Hay que tener en cuenta que el acompañamiento puede variar según la edad: no es lo mismo apoyar a un niño, que necesita más guía y presencia adulta, que a un adolescente, que suele reclamar más autonomía y espacios propios. Adaptarnos a cada etapa es clave para que se sientan entendidos y respetados en sus necesidades", aconseja la experta.

¿Suele ser fácil de detectar para las familias?

Fusté señala que no siempre es fácil, y eso no significa que las familias no estén haciendo bien. "Los niños y adolescentes a menudo comparten sólo una parte de lo que viven, y es normal que algunas cosas nos pasen por alto. Además, a veces normalizan conductas que no les hacen bien", dice la psicóloga.

¿Cómo debemos actuar hacia el otro niño y su familia?

El foco principal debe ser el bienestar de nuestro hijo: entender qué necesita y cómo le afectan estas relaciones. "En cuanto a la familia del otro niño, es recomendable actuar con respeto y prudencia, evitando conflictos directos y priorizando estrategias que ayuden a nuestro hijo a tomar conciencia de la situación ya encontrar alternativas más saludables", explica.

Si esta amistad tóxica ha sido sostenida en el tiempo, ¿puede tener consecuencias?

"Cuando durante mucho tiempo un niño o adolescente se encuentra en una relación que le limita, que le hace sentir menos o que afecta a su seguridad, puede repercutir en su autoestima y en cómo construye las relaciones futuras, pero también es importante recordar que, con el apoyo adecuado, estos efectos se pueden revertir", alerta. Acompañarles a poner palabras a lo vivido, ayudarles a recuperar la confianza y facilitarles nuevas experiencias positivas les puede dar herramientas muy valiosas para su futuro", concluye Margot Fusté.

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