Así hace de madre

Núria Figueras: "Mis hijos dicen que soy una madre que les controlo poco"

Periodista, escritora y madre de Joan, Júlia y Nora, de 21, 17 y 14 años. Es jefe de redacción de la revista infantil 'El Tatano' y acaba de ganar el premio Emili Teixidor de Novelas para Primeros Lectores con 'En Martí Multitarea no quiere perder el tiempo' (La Galera), ilustrado por Eliana Gutiérrez . Otros libros infantiles sus premiados son 'El ombligo de Frederic', 'La visita' o 'El señor Jeroni y las sardinas'.

Núria Figueras fotografiada en barcelona recientemente
31/12/2024
3 min

BarcelonaEn casa somos cinco y una perra, y vivimos con cinco tempos distintos. Cada uno va a su ritmo y, a pesar de estar cada hijo en un momento vital diferente, ya son todos autónomos. como cuando eran pequeños y eso me ha permitido volver a escribir. Eso sí, tengo que ir a la biblioteca, porque en casa siempre hay bastante alboroto.

El libro debe inspirarse en este alboroto.

Martí Multitarea nace de la observación del día a día de padres y madres que trabajamos y esforzamos por compaginar todos los frentes abiertos que tenemos. Cuando los niños son pequeños vivos con una especie de desasosiego constante. Es difícil hacerlo sin perder los nervios. Hacemos mil cosas a la vez: aprovechamos los trayectos en metro para pedir hora al médico, doblamos ropa mientras hacemos el sofrito y de camino hacia el extraescolar compramos un regalo de cumpleaños para no sé quién. Y al día siguiente es san volvemos a ella. ¡Es agotador!

Siempre tienes la cabeza en otro sitio.

— A veces, cuando pregunto a un hijo ¿cómo te ha ido el día? y empieza a contármelo, si no ha hecho nada fuera de lo normal, sin querer desconecto y empiezo a pensar qué haré para cenar. Y luego me doy cuenta de que no sé qué me acaba de decir. Y, lo peor de todo es que vuelvo a preguntar: ¿qué, cómo te ha ido el día? Y claro, me dicen: Mamá, que te lo acabo de contar. ¡Eso!

En casa, ¿cómo se organiza?

— Hacemos listas por todo, listas interminables en las que, cuando rayas algo, ya has añadido otras cuatro. A veces parece que sólo hacemos las cosas para poder tacharlas de la lista y decir hecho!

Tienes hijos de edades distintas. Esto lo complica todo.

— Hace que nunca vayamos todos a la vez. Ocurre que se alarga mucho todo: hemos estado casi veinte años yendo a buscar a uno u otro a la escuela. Pero creo que tiene ventajas. Cada uno tiene su rol. Hay menos celos entre hermanos. Las peleas de cuando son pequeños enseguida se terminan. Y otra ventaja: los mayores a veces hacen de padres, lo que también da cierta tranquilidad. Cuando los padres no estamos, hay buena sintonía entre los tres, se preocupan unos de otros.

Cada nuevo hijo es algo más fácil de educar.

— Los hermanos mayores abren puertas a los pequeños. La pequeña se ha beneficiado mucho de que con ella ya no sufrimos tanto, debido a que ya hemos vivido las dos adolescencias de los mayores.

¿En qué sufre menos?

— En cuestiones de horario, somos mucho más flexibles. Ahora ella puede volver a casa mucho más tarde de lo que habríamos dejado a lo grande. Y esto despierta todo tipo de críticas y envidias, naturalmente. ¡Es una mimada!, le dicen.

¿De qué hábitos familiares te sientes más satisfecha?

— Sólo hemos conseguido pequeños hitos ya base de gastar mucha saliva, como que pongan la ropa sucia en la cesta, que recojan las toallas del suelo o que saquen las zapatillas del medio del paso. Ah, y que den comida a la perra. Estos son mis grandes logros.

¿Y fracasos?

— En casa no hemos puesto demasiadas normas, la verdad sea dicha. Intentamos hacer un planing de quien paraba y desparaba mesa y lo mantuvimos un tiempo, pero al final, quien realmente curra somos su padre y yo. Quizás de lo que estoy más satisfecha es que hay un buen ambiente, que nos comunicamos bastante y entre semana intentamos cenar siempre juntos, sin el móvil en la mesa.

El móvil es otro gran tema.

— El móvil les chupa y te das cuenta de que, de repente, dejan de hacer muchas cosas que antes hacían, como jugar, leer, hablar, dibujar. Mis hijos consideran que soy muy exagerada al respecto, pero para mí es el origen de muchos males. Cuando los veo tantas horas mirando la pantalla, me desespero y de vez en cuando llamo: ¡ya basta de móvil! ¡Os tiraré el móvil! Ellos levantan la cabeza, me miran, esperan que me pase el berrinche, y cuando me vuelvo ya vuelven a estar.

¿Cómo te definen tus hijos?

— Los tres coinciden en que soy una madre demasiado pegajosa, que los controlo poco y que me motivo demasiado. Por ellos no está bien visto ser demasiado motivado. Y dicen también que mis bromas no hacen gracia y que, encima, rico de mis chistes. No estoy nada de acuerdo. Sí hacen gracia. También dicen que soy una madre alegre, aunque suelo quemar la cena porque yo, lo reconozco, también me distraigo mirando el móvil.

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