Navidad y Reyes

La Navidad en la escuela laica

Se decida lo que se decida no acabamos de resolver bien este lío

La Navidad en la escuela laica
30/12/2024
2 min

TaradilloLos equipos de maestros que creemos profundamente en la condición laica de la escuela pública, estos días de Navidad nos confrontamos de forma muy particular al reto de compaginar escuela y tradición, laicidad y creencia. Es un equilibrio de una resolución muy difícil, y debe creernos si os decimos que entre nosotros hablamos mucho de este tema, y ​​que no dejamos las cosas al azar. Lo que ocurre es que cada escuela, cada equipo, encuentra soluciones diferentes y, desde mi punto de vista, si estas soluciones han sido pensadas y debatidas entre los equipos y también con las familias, deben respetarse.

También debo confesarle que tengo la sensación de que hacemos lo que hacemos, decidimos lo que decidimos, no acabamos de resolver bien este lío. En todos los casos, bien pecamos por exceso o por defecto. Hace unas semanas, en la red X hubo una polémica que generó un intenso debate porque una escuela decidió dejar de hacer la representación de los Pastorets este curso, justamente para evitar llevar toda esta iconografía cristiana a la escuela a través de esta expresión teatral popular. Ya podéis imaginar que mientras, por un lado, unos defendían la catalanidad de los Pastorets evocando la herencia de Folch y Torres, otros (pocos) comprendían la decisión.

Desnudar los aspectos religiosos de las identidades de las diferentes culturas es una tarea tan difícil como posiblemente absurda, porque conviene conocer las derivadas religiosas, sea para valorar un patrimonio arquitectónico o artístico como, también, interpretar los conflictos humanos como la tragedia de Gaza Por otra parte, la historia de las diferentes civilizaciones también ha sido escrita por hombres y mujeres con fuertes vínculos con la religión, pero que han contribuido a hacer un mundo mejor. La escuela también debe poder presentar a los niños y jóvenes estas biografías, pero siempre desde su dimensión humana.

Es cierto que somos maestros de escuelas que se encuentran en un lugar concreto, y nuestro deber es también difundir entre los niños los rasgos de la identidad cultural, lingüística de nuestro país. Pero también somos maestros de escuelas en un tiempo, en el que la diversidad lingüística y cultural también forma parte de nuestra identidad social.

Mientras nos dedicamos a resolver todos estos temas, conviene recordar que hoy en las escuelas públicas de nuestro país se imparten clases de religión, coordinadas por los obispados, a demanda de las familias. Éste sí que es un anacronismo y una vulneración en toda regla del derecho a una educación laica en la que todos nuestros niños deben poder crecer. Ésta sí que es una puerta que la escuela pública tiene abierta de forma incomprensible a la instrucción religiosa y si creemos en los valores de laicidad y democracia, conviene denunciarlo con firmeza.

Mientras, hace poco que hicimos cagar el tió, y pronto pasarán los Reyes. Uno y otros hace tiempo que predican la religión del consumismo y de la publicidad. Definitivamente, hemos perdido el oremus.

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