Relación de pareja

De pareja a padres y madres: ¿cómo sobrevivir a la crianza?

Cuando llegan los hijos también cambia la relación y debe procurarse encontrar ratos sólo de pareja más allá de la logística diaria para evitar el distanciamiento y el desgaste

Chus y Luis diez años después de la foto del móvil arriba
08/10/2024
5 min

BarcelonaEl tiempo que comparte la pareja antes de tener hijos es de calidad, puede dedicarse toda la atención al otro, y además cada persona tiene su propio espacio. Pero con la llegada de los hijos, los momentos de conexión suelen quedar reducidos a la mínima expresión, y si no se buscan ratos para estar y hacer de pareja, no aparecen. Es fácil entrar en la vorágine –responsabilidades del mundo adulto, labores de casa, visitas al pediatra, reuniones, gestión de extraescolares, etc.–, que instaura la distancia con la pareja. “Deberían saltar las alarmas cuando ya no tienes ganas de compartir o decirle nada, si se reducen considerablemente los momentos de reír juntos o si aumentan las discusiones y los conflictos”, comenta Rocío Rico, psicóloga experta en sexualidad y pareja. Asegura que cuando el malestar supera al bienestar es el momento de preocuparse porque algo está ocurriendo.

Judith (40 años) no está preocupada pese a que reconoce que a veces tiene esa sensación de supervivencia con su pareja, Mari (42 años): “Sobrevivimos remando mucho. Creo que nos ayuda mucho tener unos buenos cimientos como pareja, hace catorce años que estamos juntas. Ha sido esencial sobre todo desde que somos madres”. Admite que hacen buen equipo, les ayuda a no tener unos roles de género asignados, “intentamos compartir y compensar en función de nuestras preferencias, habilidades y disponibilidad”, comenta. Antes de ser madres habían hablado sobre crianza, tenían claro que supondría un cambio de paradigma de la pareja, se convertirían en familia, y habían visto cómo muchas parejas se pierden en esa transformación. Eran conscientes de que deberían buscar y encontrar momentos para mirarse como pareja: “La pequeña tiene un año, pero, sin embargo, intentamos ir a cenar una vez al mes. El día a día no nos deja demasiado espacio para nosotros”. Aunque hay momentos de fricción, intentan resolverlos cuando no están con las niñas, aunque cuesta encontrar el momento. Por eso se regalan estos momentos. Dice satisfecha que están sobreviviendo a la construcción de su familia y la crianza de sus hijas.

Criar juntos. Cómo tener una buena relación de pareja criando y creciendo juntos (Editorial Rosa dels Vents, 2024) es una de las novedades editoriales del otoño. La autora, Míriam Tirado, periodista, escritora y consultora de crianza, reconoce que le gustaría que el libro sirviera para romper ciertas creencias como que con la llegada de sus hijos la relación de pareja va de baja. "No es verdad, se puede conseguir una buena relación de pareja, juntos se puede hacer un camino de aprendizaje", dice convencida. Añade que quisiera que Criar juntos se convirtiera en una herramienta que empodere y ayude a unir a la pareja, a construir una base más fuerte, llevando a la pareja a otro nivel más consciente, empático y lleno de amor incondicional, para que puedan sacar el máximo jugo posible a la relación y disfrutarla. Sin embargo, admite que la crianza compartida no es tarea fácil, por eso ha escrito el libro.

¿Por qué cuesta tanto?

Chus y Lluís en una fotografía de una entrevista hace diez años

Muchas parejas no tienen tiempo de hablar más allá de cuestiones logísticas y de organización. Cuando acaban con las obligaciones están cansadas y optan por mirar series o el móvil, cosas a escala individual. La pereza y el agotamiento pueden hacer que se acumulen las conversaciones y no se hable de temas que se enquisten. Tirado explica que entonces es cuando llega la sensación de “no me mira, no me tiene en cuenta, no le importe o no se interesa por mí”, y existe un diálogo desde la culpabilización: “es que tú, es que yo”… Y aparecen los reproches. Propone que se tengan más conversaciones incómodas y asertivas en lugar de aplazarlas: “Cuando se acumulan tantos reproches por miedo al conflicto suele acabar explotando ya veces las diferencias son irreconciliables”.

Elementos para sobrevivir en la crianza

Hi ha estratègies que poden ser útils per evitar que saltin les alarmes i cuidar la parella en la mesura del possible. Aquestes són les recomanacions de la psicòloga Rocío Rico.

1. Mucha paciencia y amor. Ésta es la fórmula mágica que marca la diferencia.

2. Buena comunicación. La clave es que la relación de pareja haya establecido una buena comunicación antes de convertirse en padres, y después se mantenga.

3. Empieza por cuidarte. El bienestar individual es imprescindible para estar bien en pareja.

4. Busca espacios de conexión. Potencia pequeños gestos que te conecten con tu pareja tanto a nivel comunicativo como físico e íntimo.

5. Usted es un equipo. Tiene una misión en común que son los hijos, es importante remar en la misma dirección y tener la sensación de que se forma parte de un equipo.

6. Aprendizaje y soporte. Hay talleres sobre cómo educar, criar o recuperar ratos de autocuidado. El soporte de profesionales especializados en la pareja puede ayudar y ser un espacio neutral para hablar con tranquilidad.



Cuando nació la hija de Chus (57 años) y Luis (59 años) se desdibujaron como pareja, crearon un universo de tres y casi todo lo hacían juntos. Llevan 37 años siendo pareja y desde el principio de la relación coincide en que trabajan juntos. Luis admite que, aunque la niña siempre ha sido su prioridad, ellos dos se han querido y los valores compartidos les han facilitado la convivencia, tenían claro lo que querían conseguir y cómo educar a su hija, y con ello no han tenido ningún desacuerdo. Hace casi diez años explicaban en el artículo "Acordamos la educación de los hijos" que el diálogo y la negociación son imprescindibles. Sin embargo, a lo largo de los años han pasado por varias crisis de pareja, algunas más intensas que otras. El secreto para superarlas, además de quererse, ha sido adaptarse constantemente a lo que iban necesitando. "Conversando y negociando mucho", asegura Luis.

Chus añade que como pareja tenían muchas lagunas, su prioridad era crear una familia: “Imagínate que con la adolescencia de mi hija empecé a tener más tiempo para mí y me di cuenta de que hacía doce años que casi no me miraba en el espejo”. Hace unos cinco años, desde que su hija es más independiente, que se han reencontrado como pareja. "Estamos en el momento más relajado de la paternidad y para nosotros ha sido una oportunidad que hemos querido y hemos sabido aprovechar", dice satisfecho Luis. Fue ella quien le propuso aprovechar que tenían más espacio y tiempo para reconstruirse como pareja. Ella también está convencida de que el secreto es que siempre se han amado y, aunque les ha costado, han vuelto "a empezar de cero": "Volvemos a hacer cenas, vacaciones y fines de semana juntos. Ahora hacemos pocas cosas los tres , nuestra hija es una persona independiente, que tiene un mundo fuera del entorno familiar. Prefiero verla poco y feliz, viviendo su vida", concluye Chus.

La crianza compartida

Miriam Tirado cree que el libro puede ser de especial ayuda para parejas que todavía no tienen hijos. Insiste en que es importante que hablen, construyan una base común, profundizando en lo que opina cada uno de la crianza, corresponsabilidad, educación y sus planes de futuro. Así se evitarán sorpresas cuando tengan hijos en común. “El diálogo es básico, el autoconocimiento, saber de dónde vienes, dónde eres y qué necesidades tienes. Conectar contigo mismo y después con el otro, y por eso debemos mirarnos y comunicarnos”, recuerda. Dice que hay que tener ganas y voluntad para que todo funcione; criar juntos no es fácil, cada miembro de la pareja tiene una historia y una realidad diferente, cada uno siente y vive las cosas a su modo en función de las experiencias previas. Entiende que las relaciones de pareja de éxito son aquellas en las que ambas personas tienen la sensación de que están conectadas, que crecen y evolucionan juntas.

¿Cómo se reanuda la relación?

Para romper cualquier patrón que no se quiera mantener ni transmitir a los hijos es imprescindible identificarlo, detectar que existe, comunicarse y decidir hacia dónde se quiere ir. Las relaciones de pareja pasan por distintas etapas; a medida que los hijos crecen, la pareja también evoluciona y crece. Tirado está convencida de que la clave es no tener miedo a las crisis, que implican cambios, porque tanto los hijos como los padres evolucionan constantemente. Lo que marca la diferencia a las crisis es cómo se transitan estos cambios, pero si la pareja se ha construido sobre una base sólida basta con revisar las dinámicas, decidir dónde se quiere ir juntos para ir recolocando a la familia y la pareja.

Si existen dinámicas disfuncionales y no se revisan, llega un punto que se pierde la admiración por la pareja y hay menos atracción. Hay parejas que al encontrarse de nuevo cara a cara se preguntan “¿Y ahora qué?”. La situación es insalvable cuando no reencuentran el nexo común, aunque Rocío Rico afirma que si existe una estimación real y voluntad para continuar juntos no es tan difícil reencontrar la conexión: “Deben recordar qué les unió, reconectó y disfrutar del tiempo juntos. Volver a mirarse, tocarse, recuperar la intimidad. Si quiere estar con el otro, pasar tiempo y hay atracción física, se puede rehacer la pareja”.

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