¿Cómo superar los miedos infantiles?
Tener miedos durante la infancia y la adolescencia es completamente normal, pero si interfieren en el día a día o son intensos, es necesario pedir ayuda profesional

BarcelonaLos miedos: a los ruidos fuertes, a la separación de los progenitores, a los extraños, a los animales, a la oscuridad, a quedarse solo, a seres imaginarios, a dañarse, a la muerte, a los ladrones, a fenómenos naturales, al fracaso académico, al rechazo social... es habitual que aparezcan a lo largo de la infancia. "Algunos transitan de forma normativa, aparecen y desaparecen a medida que el niño va creciendo y madurando", expresa Maria Taló, psicóloga infantojuvenil en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Asimismo, recuerda que tener miedos durante la infancia y la adolescencia es completamente normal y no debería generar preocupación.
¿A qué se deben estos miedos?
"El miedo es una emoción natural, adaptativa y sana, al igual que el resto. Tiene la función de protegernos ante los peligros y velar por nuestra supervivencia", explica Taló. Surge en etapas tempranas por una combinación de factores evolutivos, psicológicos y ambientales. "Los miedos evolutivos, como el miedo a la separación de los padres oa los desconocidos, tienen una función de protección y favorecen el vínculo con las figuras de apego. Otros, como el miedo a la oscuridad oa los animales, tienen una base instintiva relacionada con la supervivencia". Talón recalca que a medida que los niños crecen, desarrollan la imaginación y pueden experimentar miedos relacionados con seres fantásticos, como los monstruos, porque todavía tienen dificultades para diferenciar la fantasía de la realidad. También pueden desarrollar miedos a raíz de experiencias vividas, como una mala experiencia con un perro, o por influencia del entorno a raíz de historias o contenidos aterradores.
¿Puede que las familias les hayan transmitido estos miedos de manera inconsciente?
Dado que los niños aprenden mucho por imitación, si un familiar muestra miedo o ansiedad ante algunas situaciones, como volar en avión, pueden adoptar estos mismos temores. "Además, una familia muy sobreprotectora puede evitar que la criatura se exponga a nuevas experiencias que impliquen un riesgo, como practicar deportes o salir con amigos, lo que puede aumentarles el miedo a la independencia ya la novedad". Talón recuerda que los miedos también pueden transmitirse a través de los relatos familiares. Si una familia habla mucho sobre situaciones peligrosas, accidentes o posibles peligros, el niño puede desarrollar una mayor preocupación hacia determinadas situaciones.
¿Cómo pueden las familias ayudarles a superarlas?
Según Talón, es fundamental no regañarlos, ridiculizarlos ni forzarlos a superar el miedo de golpe. Es necesario validar sus sentimientos y explicarles que tener miedo es normal en algunas situaciones. "Escúchales con paciencia, hable sobre lo que les preocupa y ayúdeles a afrontar el miedo de manera progresiva y gradual". Es importante animarles a dar pequeños pasos hacia la superación, reforzando cada avance que realicen. El acompañamiento y el refuerzo positivo son claves para que superen los miedos a su ritmo.
¿La comunicación es importante en este proceso?
Tal y como apunta Talón, es fundamental. Desde casa, es necesario crear un ambiente donde los niños se sientan escuchados. Hablar sobre las emociones de forma abierta, sin ridiculizarlas ni ignorarlas, es crucial para ayudarles a entender lo que experimentan ya aprender a gestionarlo. "Y no nos olvidemos de hacer de modelos. Si los adultos hablan de sus emociones, los niños y adolescentes tendrán más facilidad para identificarlas, validarlas y gestionarlas a través de sus experiencias".
¿Qué hacer si los miedos no desaparecen y se prolongan en el tiempo?
Si los miedos interfieren en su día a día, persisten de forma intensa y generan un malestar significativo, es necesario pedir ayuda profesional.