Vecinos y arquitectos reclaman la conservación del antiguo Hospital Evangélico de Gràcia
El Ayuntamiento de Barcelona quiere derrocar el equipamiento de la calle Camèlies para hacer un instituto escuela
BarcelonaUna de las líneas de trabajo del Ayuntamiento de Barcelona de los últimos años ha sido la protección del patrimonio arquitectónico y urbanístico del distrito de Gràcia. Fuentes municipales recuerdan que en 2020 el consistorio inició "un plan de protección patrimonial" que fue revisado en 2022 con la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM). Así, según las mismas fuentes, en el casco antiguo de Gràcia existen "3.400 fincas con algún grado de protección". "Estas revisiones para proteger el patrimonio de Gràcia contaron con el trabajo de arquitectos y técnicos municipales y externos, y fueron aprobadas por amplias mayorías del pleno municipal", subrayan. Quedó fuera de esa lista la antigua sede del Hospital Evangélico, ubicado en la calle Camèlies, una de las obras más destacadas del arquitecto Miguel Álvarez Trincado (1940-2008). Ahora entidades vecinales y del mundo de la arquitectura, y la familia del arquitecto, se oponen al proyecto del Ayuntamiento de derribarlo a lo largo del 2025 para levantar un instituto escuela en el mismo solar. El Hospital Evangélico de la calle Camèlies estuvo en uso hasta abril, cuando enfermos y trabajadores se trasladaron a una nueva sede en el distrito de Sant Martí.
"El Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de Educación llevan años trabajando para crear nuevos equipamientos educativos públicos en Gràcia. Es un consenso social y político en el distrito de Gràcia la necesidad de disponer de nuevos centros educativos públicos. Después de muchos años de trabajo, este año han comenzado las obras del esperado Institut Vallcarca, y de acuerdo con las necesidades de enseñanza pública en Gràcia, todavía sería necesaria la construcción de un tercer centro educativo más", explica el Ayuntamiento , que descarta la posibilidad de albergar el instituto, o una parte, dentro del antiguo hospital conservando su fachada y su estructura. Sin embargo, antes de este proyecto, la comunidad educativa se negó a la construcción en este solar de la nueva Escuela Teixidores, que actualmente está en barracones en la calle Encarnació, por la falta de espacio de luz solar y la contaminación.
Un posible refugio para personas sin hogar
Entre las entidades que reclaman la conservación del antiguo hospital se encuentran la Coordinadora por el Derecho a la Vivienda de Gràcia, la plataforma vecinal Gràcia Hacia donde Vas, Gràcia República, la cooperativa de vivienda La Ruka, la fundación DOCOMO Ibérico y la Agrupación de Arquitectos para la Defensa y la Intervención en el Patrimonio Arquitectónico (AADIPA). Lo consideran una obra destacada de la Escuela de Barcelona y reclaman el edificio para un uso social, como el proyecto Nadie Durmiendo en la Calle en Gràcia, tal y como estas entidades piden desde hace tiempo y volvieron a reivindicar en el debate que celebraron el pasado viernes, durante el que se presentó un manifiesto para que el edificio se conserve. Es decir, una buena estrategia para patrimonializar un edificio es mantenerlo en uso. "¿Cómo es que un edificio como éste no se puede conservar? Es un edificio con mucho estilo, con un trabajo de obra vista fantástico", afirma el arquitecto Toni Ramon. "Sí que por dentro se ha deteriorado, y podría intervenirse", subraya. "Si el arquitecto fuera de uno del Lápiz de Oro ya lo habrían protegido", lamenta la hija de Álvarez Trincado, Ariadna A. Garreta, también arquitecta. El Lápiz de Oro es el grupo de los trece arquitectos más brillantes del último año de carrera que fueron elegidos para poner en marcha la regeneración urbana de la ciudad de Barcelona en los años 80 en un equipo liderado por Josep A. Acebillo.
En el terreno estrictamente arquitectónico, el antiguo Hospital Evangélico tiene el pedigrí que el crítico Daniel Giralt-Miracle le dedicó un artículo a la revista Cuadernos de Arquitectura y Urbanismo, entonces dirigida por el arquitecto Emili Donato, poco después de que terminaran las obras en 1971. Para Giralt-Miracle, este edificio es uno de los grandes hitos de Álvarez Trincado: "El lenguaje de Alvárez encuentra en esta obra una libertad de expresión y dicción definidísimas", dijo el crítico. Asimismo, calificó la fachada de "compacta muralla" resuelta utilizando "todas las posibilidades de colocación del ladrillo", y calificaba al global del hospital como "una obra de arquitectura mayor". "¿Debemos cargarnos la arquitectura moderna, que dentro de un tiempo ya será histórica?", insiste Toni Ramon. Algo que no ha cambiado desde entonces es que, como ya apuntó Giralt-Miracle, el hospital sigue siendo "una gota de agua" en el caótico mar urbano y de tráfico que le rodea.