Arte

Zurbarán 'superstar' en el MNAC

El museo hace historia reuniendo las versiones de la pintura 'San Francisco de Asís según la visión del papa Nicolás V'

Las tres versiones de 'San Francisco de Asís según la visión del papa Nicolás V', de Francisco de Zurbarán en el MNAC
20/03/2025
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BarcelonaDeunidó con Zurbarán. El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) inaugura este viernes una exposición sobre el impacto de su obra en una retahíla de artistas contemporáneos, titulada Zurbarán (sobre) natural. El conjunto tiene mucho vuelo, pero, a pesar de todo, uno sale con ganas de ver más obras de Francisco de Zurbarán (1598-1664), quizá por el hito histórico que representa poder ver, nada más llegar, las tres versiones de San Francisco de Asís según la visión del papa Nicolás V: la del Museo de Bellas Artes de Lyon y la del propio MNAC flanqueando la del Museo de Bellas Artes de Boston. Las tres versiones vienen de Lyon, donde pudieron verse juntas por primera vez hace unos meses en una exposición monográfica de Zurbarán.

Además, el San Francisco del MNAC ha sido objeto de una profunda restauración, patrocinada por la Fundación Francisco Godia, gracias a la cual el cuadro ha experimentado una transformación significativa: se han eliminado los repintados que ocultaban la hornacina dentro de la que está colocado el santo, con lo que la composición ha sumado profundidad. Asimismo, la figura ha ganado volumen gracias a la recuperación de los pliegues del hábito y detalles como el vello del rostro, las cejas y la barba. "La posibilidad absolutamente excepcional de poder confrontar las pinturas aporta una nueva luz sobre cada una de ellas", afirma Joan Yeguas, conservador de Renacimiento y Barroco del museo y comisario de la muestra junto al conservador de arte de las segundas vanguardias, Àlex Mitrani.

San Francisco de Asís según la visión del papa Nicolás V recuerda la audacia y la modernidad de Zurbarán. Según la leyenda, el papa Nicolás V (1397-1455) pidió que le mostraran la momia del santo en la cripta de la basílica de Asís, y quedó estupefacto cuando encontró incorruptos los restos del santo. Zurbarán, en vez de retratar la estupefacción de Nicolás V, se concentró en su visión: el cuerpo del santo expuesto dentro de una hornacina. Sí, se trata de un cadáver, no de un santo en éxtasis, como se había dicho en algún momento. Como explica Yeguas, la historia del Papa fue "una noticia falsa de la época", y pone de relieve cómo Zurbarán "condensa una acción narrativa compleja poniendo el foco en lo esencial y mostrando sólo la visión subjetiva del Papa". "Zurbarán dispone la figura de san Francisco como si se tratara de una obra de arte en un museo, trabajando con la luz, el espacio y la construcción geométrica; así otorga fuerza interior y una presencia prodigiosa, y logra que parezca que la momia del santo tenga vida propia", añade Yeguas.

Las dos versiones de 'Naturaleza muerta de vasijas', de Francisco de Zurbarán, en el MNAC.

El poder trascendente de las obras de arte

Para Mitrani, ese "zoom" que Zurbarán hizo en la figura de San Francisco le acerca a la sensibilidad de artistas contemporáneos como Antoni Tàpies, Marta Povo, Josep Guinovart, Toni Catany, Antoni Llena, Alfonso Borrell, Joan Hernández Pijuan, Eulalia Valldosera y Aurèlia Muñoz. Y con todos ellos ha concebido una muestra que define como "una experiencia inmersiva analógica", en la que quiere que los visitantes tengan "una experiencia estética que permita entender, valorar y experimentar la potencia del arte". Mitrani quiere que el público se adentre en "la capacidad que tienen las imágenes artísticas para transfigurar lo real y llevarlo a una trascendencia, darle una dimensión de misterio".

'María (a Francisco de Zurbarán)', de Eulalia Valldosera.

El recorrido está organizado como una sucesión de blogs donde hay pinturas de Zurbarán y de los artistas catalanes. Delante de los tres san Francisco hay Gran tela gris para Kassel, de Antoni Tàpies. Como la disposición de los santos, este cuadro recuerda un tríptico, pero estaría vacío de imágenes y sólo quedarían unos arañazos y socavones en un muro. Curiosamente, más adelante hay un cuadro del taller de Zurbarán de la colección de Tàpies, un mártir mercedario con un cuchillo clavado en la nuca que dialoga con unos sesenta dibujos de Antoni Llena (que fue monje durante unos años) inspirados en Zurbarán, pero en el mismo impregnado de una "distancia". Además, Llena y Tàpies fueron grandes amigos.

En otra zona hay un diálogo jugoso entre una Verónica de Zurbarán y un bodegón con unos membrillos putrefactos sobre un mantel blanco de Toni Catany; ciertamente, llama la atención el carácter mórbido de las frutas de Catany. Poco después está la otra gran reunión de obras de Zurbarán, con las dos versiones de Naturaleza muerta de vasijas: ambas pertenecieron a Francesc Cambó, que dio una en el MNAC y la otra en el Museo del Prado. "Zurbarán genera una estética del vacío, de la distancia y de la presencia, y del silencio, en la que no se distingue entre lo cotidiano y el misterio religioso", dice Mitrani.

Como contrapunto, el final de la exposición, que estará abierta hasta el 29 de junio, es de las mujeres. Después de la instalación María (a Francisco de Zurbarán), de Eulalia Valldosera, dos Virgen de Zurbarán: Virgen de la Merced con dos mercedarios, propiedad del Prado, aunque han dejado que el MNAC la luzca primero; y Inmaculada Concepción, del mismo MNAC. Entre ellas se encuentra, con un efecto milagroso, levitante, la escultura textil de Aurèlia Muñoz Ente social.

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