Día de San Valentín

¿Por qué los catalanes no celebramos San Valentín?

A pesar de ser una fecha especial para los enamorados de todo el mundo, nunca ha terminado de hacerse un hueco en nuestros corazones

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Ideas de regalos para San Valentín / MF

Cada año nos bombardean con bombones, globos, canciones, películas y mil representaciones más del amor romántico. Pero parece que los catalanes decidimos cerrar los ojos y pasar de largo el 14 de febrero. Y es que aunque parezca innegable que San Jorge es el día de los enamorados en Cataluña, las estadísticas de búsquedas en Googlerevelan que el interés por ambas celebraciones está más equilibrado de lo que podría parecer. Y San Valentín puede tener un pasado más catalán de lo que pensamos. De hecho, tenemos constancia del 14 de febrero como día de los enamorados desde el siglo XV. En concreto, hay una mención a esta fiesta en un poema del Cancionero Vega-Aguiló donde se puede interpretar la condición de San Valentín como patrón de los enamorados. La canción se atribuye al poeta Pardo de la Casta, que la dedica a una dama de nombre desconocido y le dice que "el tiempo le exija que cante" por el "alegre día del noble San Valentín".

¿Los más jóvenes, los que más le celebran?

Si bien entre los adultos catalanes el día de los enamorados tiene a Sant Jordi como gran patrón, no es tan común en las generaciones jóvenes. Una herencia de la televisión americana, o quizás de internet, ha marcado más el imaginario de este colectivo. Raluca Sisca tiene 22 años y trabaja en una academia de inglés enseñando a niños y niñas de entre 8 y 10 años. Mientras ni ella ni su entorno cercano celebran ese día, explica que se ha sorprendido que sus alumnos se hagan regalos por esta fecha: "Les hace ilusión, lo conocen por las redes sociales porque están todo el día conectados y tienen acceso a internet pese a su edad". Explica que se regalan ositos, flores, juguetes o dibujos hechos por ellos.

Un día conocido por el consumismo

San Valentín también se conoce por ser una jornada marcada por las compras, que muchas veces se pueden ver como innecesarias. Esta visión del 14 de febrero también puede alejarnos de celebrarlo, y fácilmente lo podemos ver como una excusa para comprar, ya que así lo aprovechan también muchas empresas. De hecho, según Check Point Software, en enero se crearon más de 18.000 dominios web con sus palabras valentine o love. 1 de cada 8 dominios se consideró malicioso o de riesgo. Esto demuestra que los ciberdelincuentes también se aprovechan de esta fiesta por el volumen de compras que comporta.

Sin embargo, no sería tan raro que en Catalunya acabáramos regalando a nuestras parejas una buena cena o una caja de bombones si se hiciera más conocida la verdadera historia de San Valentín. No está del todo claro quién fue esta figura, aunque la historia más extendida es la de un obispo romano de la época del emperador Claudio II, cerca del siglo III. Según la Biblioteca de Catalunya, Valentí murió mártir y sus supuestas reliquias fueron trasladadas al monasterio de Sant Benet de Bages. El cuerpo fue venerado hasta 1835, cuando se trasladaron a Navarcles, donde todavía se conservan los restos.

Si realmente fue éste el San Valentín por el que se creó la tradición del día de los enamorados, sigue siendo un misterio. Lo que sí se conoce es que la festividad empezó a celebrarse a partir del siglo XV en Inglaterra y Escocia, donde se hacía coincidir con el inicio de la primavera. También se habría festejado en Francia, Suiza y, evidentemente, en Estados Unidos, aunque los eclesiásticos la consideraban una fiesta pagana y estaban en contra.

El día de San Valentín se ha extendido, principalmente, por el ánimo de lucro, aunque en sus inicios también se relacionó con casar parejas enamoradas en secreto, enviarse cartas románticas o celebrar fechas dedicadas al amor y la fecundidad. Los catalanes estamos innegablemente expuestos a la visión comercial del 14 de febrero y disponemos ya de nuestra propia celebración del amor. Pero esto no quiere decir que no tengamos sitio para un día más, aparte de Sant Jordi, para hacernos regalos y celebrar que estamos enamorados.

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