Cine

¿Los sustos sobrenaturales son la mejor terapia para la reconciliación familiar?

Patrick Wilson protagoniza y dirige 'Insidious. La puerta roja', quinta entrega de la saga creada por James Wan y Leigh Whannell

2 min
Ty Simpkins en 'Insidious. La puerta roja'
  • Dirección: Patrick Wilson. Guión: Scott Teems
  • 107 minutos
  • Estados Unidos (2023)
  • Con Ty Simpkins, Patrick Wilson, Sinclair Daniel y Rose Byrne

Cuando vi la primera entrega de Insidious, uno de los pensamientos que me vino a la cabeza entre susto y susto fue que, si algún día era padre, esta película podía ser una buena candidata a ser el primer filme de terror que ver con mi prole: cargada de escalofríos genuinos, pero no excesivamente violenta y con una concepción lúdica de lo fantástico para suavizar la maldad. Ha pasado más de una década y, aunque ahora soy miembro de la AFA y estoy en un grupo escolar de WhatsApp que echa humo, mi hija es todavía demasiado pequeña para hacerle pasar el trance. El regreso de la saga con Insidious. La puerta roja, sin embargo, me hace pensar que no soy el único que detectó el relevo del vínculo paternofilial en la historia creada por James Wan y Leigh Whannell.

Además de reanudar su papel de hombre corriente asediado por entidades del más allá, Patrick Wilson se pone ahora detrás de la cámara, curioso por ver cómo le va a su familia de ficción, y la encuentra desintegrada. El trauma de las experiencias sobrenaturales se materializa en la ruptura del matrimonio que formaba con Rose Byrne y el distanciamiento de los hijos, que el personaje de Wilson intenta remediar acercándose a su primogénito, que ha pasado de ser un viajero astral infantil a convertirse en un universitario taciturno, atormentado por una puerta roja que puede tener algo que ver con ciertas experiencias de su pasado que se niegan a dejarlo en paz.

A pesar de la implicación de casi todo el equipo del film original, Insidious. La puerta roja no consigue hacernos olvidar que estamos ante la quinta entrega de una franquicia, con toda su carga de decadencia y explotación crematística. En un par de secuencias, Wilson hace un buen uso del potencial inquietante de las figuras fuera de foco y de la profundidad de campo y se aplica a administrar sobresaltos con eficiencia y periodicidad, pero el problema de base radica en que el imaginario de Insidious nunca estuvo hecho para soportar la sobreexposición de secuelas (y precuelas). Además, sus fugas hacia lo estrafalario tienen sentido cuando vienen de alguien con un don para la puesta en escena carnavalesca, como Wan, pero quedan fuera de lugar bajo la tímida batuta del bienintencionado Wilson.

Trailer de Insidious. La puerta roja'
stats