Un 'narcomusical' trans ostentoso por fuera y vacío por dentro
La décima película de Jacques Audiard, 'Emilia Pérez', no va más allá del enunciado de su premisa
- Dirección: Jacques Audiard. Guión: Jacques Audiard con la colaboración de Thomas Bidegain, Léa Mysius y Nicolas Livecchi
- 132 minutos
- Francia y Bélgica (2024)
- Con Zoe Saldaña, Karla Sofía Gascón y Selena Gomez
El cine de Jacques Audiard nunca ha entendido fronteras entre los géneros cinematográficos y siempre ha forzado el pacto con el espectador. Es decir, la idea de creerse o no, aceptar o no, lo que vemos en la pantalla grande. El cine es, pues, un salto de fe para el director deUn profeta y Deephan. Y su décima película podría haber sido el triple salto mortal más arriesgado de su trayectoria si no fuera porque el filme se agota en la descripción de su enunciado: Emilia Pérez es, como se ha repetido desde que ganó el premio especial en el Festival de Cannes –y un premio conjunto para las actrices–, un musical trans que cuenta con canciones la historia de un narcotraficante mexicano que realiza la transición a mujer, Emilia Pérez del título (Karla Sofía Gascón), con la ayuda de una abogada (Zoe Saldaña).
El filme también es, lamentablemente, una oportunidad perdida para profundizar en el submundo criminal mexicano y en el choque de sensibilidades entre los imaginarios masculinos y femeninos personificado en su protagonista. Audiard pasa de puntillas por estos dos pilares conceptuales y, por tanto, la solemnidad y autoridad de su puesta en escena descoloca por completo. Tampoco acierta cuando la película flirtea narrativamente con el formato del serial y menos aún con las canciones, pequeñas píldoras musicales que aspiran a ser operísticas y se quedan en una nada, perdidas en la velocidad y vacuidad de la propuesta.