"Ganar el Festival de Sitges fue como ganar el Mundial"
Demián Rugna estrena la argentina 'Cuando acecha la maldad', la película de terror del año
BarcelonaDe pequeño, lo que más le gustaba al argentino Demián Rugna (Haedo, 1979) era jugar con los muñecos de Playmobil a imaginarse películas. Creaba la escenografía, construía los monstruos e incluso arrojaba sangre falsa. "Eran películas de verdad, empezaban a una hora y terminaban dos horas después. Cerraba un ojo para imaginarme que el otro era la cámara y los muñecos tenían nombres de actores de verdad, Stallone o Schwarzenegger –recuerda divertido– . Y, de alguna manera, todavía siento que estoy jugando a hacer películas y conservo el entusiasmo de ese niño". Y así, jugando, Rugna ha dirigido una de las cintas de terror de la temporada: Cuando acecha la maldad, que se estrena este viernes, es una historia de posesiones demoníacas negra como la noche que ha batido récords de taquilla en Argentina y que se ha convertido en la primera película latinoamericana en triunfar en el Festival de Sitges.
"Fue como ganar el Mundial –explica Rugna–. Sitges es la Meca del cine fantástico, sobre todo para alguien que vive en Argentina, donde hay muchas dificultades para rodar películas de género. Han sido muchos años de frustraciones y de enviar películas a Sitges que no entraron. Aterrizados, sí que la cogieron y yo estaba muy ilusionado, todo el mundo decía que ganaríamos algo y al final nada. Cinco años después, vuelvo a Sitges y siento los mismos comentarios, pero ya no me creo nada, así que ganar el premio gordo fue una gran sorpresa".
A Cuando acecha la maldad, dos hermanos que viven en el campo encuentran un cadáver mutilado en su finca y, siguiendo el rastro, descubren que el hijo de unos vecinos está embichado, que es la expresión vernácula para designar la posesión demoníaca que ha deformado grotescamente cuerpo y mente. La solución, sin embargo, no es llevar a un exorcista, sino a uno profesional que se encargue de matar al poseído siguiendo un cierto ritual para evitar que el horror que engendra invada nuestro mundo. "Todo el mundo me pregunta si lo del embichado es un mito argentino o parte del folclore rural y no, es todo una invención –dice Rugna–. La idea era hacer una película de posesiones demoníacas distinta. Primero, que el poseído sea de una familia muy pobre, tan pobre que no le importe a nadie lo que les ocurra, y no la típica familia de clase media alta. Tampoco quería sacerdotes en mi película, así que maté a la religión, que aquí no sirve para solucionar el problema. Y si el exorcismo no es una opción, solo queda matar al poseído. Da igual que sea tu hijo, ahora es un enfermo terminal".
Su poderoso imaginario fantástico no eclipsa el poso dramático de una película de emociones oscuras y tono nihilista, donde los personajes huyen tanto de demonios interiores como de los sobrenaturales. Y Rugna imbuye las imágenes y los diálogos de un naturalismo que hace pensar en la forma de entender el terror de la escritora argentina Mariana Enríquez, que también despliega las posibilidades expresivas del terror a través de escenarios, personajes y situaciones crudas y realistas: "Si tomas distancia, como hacen muchas películas de Estados Unidos donde todo es de plástico, te alejas de la historia y del terror –dice el director–. Para mí el terror debe ser muy cotidiano, porque es donde el espectador se siente más indefenso. Y es algo que tiene Mariana Enríquez, pero también Stephen King. Justamente, una de las cosas que más me gusta de El exorcista es que es un drama muy humano. Y cuando haces terror siempre te puedes ubicar también en otros géneros, sea la comedia o el drama".
Dejar atrás los prejuicios
Cuando acecha la maldad no solo ha triunfado en Sitges y en Argentina, sino que ha hecho historia en Estados Unidos, donde se ha estrenado en más de 650 pantallas en versión original subtitulada. Además, se trata de la primera producción original en castellano de la plataforma especializada en terror Shudder, algo más que subraya el gran momento del terror latinoamericano. "Hemos dejado de tener tantos prejuicios sobre nuestro propio cine de terror, tanto directores como productores, distribuidores y público", dice Rugna, que siente una gran afinidad con los directores de terror catalanes y españoles. "Soy muy amigo de Caye Casas, el director de La mesita del comedor, con quien he coincidido en muchos festivales, y también tengo vínculo con Paco Plaza y con Paul Urkijo, el director de Errementari", explica Rugna. Sin embargo, el argentino ya está preparando su primer proyecto en Estados Unidos mientras recibe propuestas de franquicias de Hollywood que aún no acaba de creerse. "El niño que jugaba con los Playmobil tendría un infarto si supiera las ofertas que recibiría tres décadas después, pero ya que estoy jugando a ser artista, me gustaría prevalecer mis universos, mi juego", afirma.