Kevin Costner: "Cuando empecé en el cine no me pagaban nada, después mucho y ahora tengo que pagar yo"

Enviado especial a CannesEs el Cannes de los mavericks, de los autores que se cansan de esperar a Hollywood y acaban tirando por el derecho y financiando ellos mismos sus historias. Lo hizo Coppola con Megalopolis y también Kevin Costner, que con 100 millones de su fortuna personal –y una hipoteca sobre su rancho– ha producido otro proyecto faraónico: una tetralogía de westerns de la que ha presentado este lunes en Cannes la primera entrega, Horizonte. Año americano saga. Chapter 1, uno western épico de tres horas empapado de un clasicismo poco frecuente que abarca el melodrama y la épica del género sin ironía ni revisionismo, invocando el espíritu y la ambición de las películas como La conquista del Oeste (1962). Eso sí, más que uno western de la era dorada de Hollywood, Horizon podría pasar por una miniserie de prestigio de una plataforma de streaming, tanto por su fotografía estándar como por el montaje musical con el que termina la película: un encadenado de escenas de la próxima entrega de la saga.

Cómo Megalopolis para Coppola, Horizon es el proyecto más personal de Costner y en el que más tiempo ha trabajado, además de su regreso por la puerta grande al género que le convirtió en una estrella con Bailando con lobos (1990), que no frecuentaba desdeOpen range (2003). "Esta historia empezó para mí en 1988 con el personaje de Hayes, que interpreto yo –ha explicado el actor durante la presentación del filme–. Entonces fue imposible hacer la película, pero me enamoré del personaje y de la historia. Y hace quince le puse Hayes a mi hijo, que ahora sale a Horizon: es el chico que se queda con su padre cuando les atacan los indios. Y sí, ha sido un viaje duro, pero me siento afortunado. He tenido que luchar por conseguirlo, pero este negocio es así".

El asentamiento de colonos de Horizon, en pleno territorio apache, es el punto de encuentro –ya sea como escenario de la acción o presencia lejana– de las múltiples tramas y personajes de este western atípico en la magnitud de su historia, que ofrece una visión panorámica y rica de la vida de los habitantes de la frontera americana, del ejército que los protegía y de los indígenas que veían su estilo de vida amenazado. Costner imbuye la historia de una dimensión casi novelesca que, pese a las tres horas de duración, sentimos que todavía está tomando forma en la primera entrega de la saga. El personaje de Costner, de hecho, no aparece hasta la hora de película, y es un más de un reparto coral que incluye también a Sienna Miller, Sam Worthington (el protagonista deAvatar) y Luke Wilson. "Lo que me interesa de los westerns es que son complejos –afirma Costner–. Vivir en París, Los Ángeles o Nueva York es fácil, pero en el Oeste era terriblemente complicado: no había ley, todo el mundo llevaba pistola, mucha gente no hablaba tu lengua... Cuando Hollywood hace westerns simples, no me interesan".

"No necesito cuatro casas"

Costner tiene otra cosa en común con Coppola: no le preocupa el riesgo financiero de hacer realidad su proyecto. "No necesito cuatro casas, prefiero hacer películas –asegura–. Me gustaría dejar las casas a mis hijos, pero tendrán que vivir su vida. Yo he vivido la mía y soy muy feliz". Y ha ironizado con la evolución de su carrera: "Cuando empecé a hacer cine no me pagaban nada, después me pagaban mucho y ahora tengo que pagar yo". Costner ya ha completado el rodaje de la segunda parte deHorizon y asegura que ya ha empezado el rodaje de la tercera: "Llevamos sólo tres días y he tenido que cerrar el rodaje para venir a Cannes, pero hoy volveré a él para seguir dirigiéndola y llegar tan lejos como me permita el dinero". De hecho, el actor preguntó durante la rueda de prensa si había "algún billonario en la sala o en los yates de fuera" interesado en financiar la película: "He llamado a la puerta de todos los yates de Cannes, pero los tíos siempre dicen «Va, hacemos una película» y yo «No, no, quita los cheques»".

Con 69 años que no aparenta, el actor ha exhibido el carisma de estrella humilde durante una rueda de prensa en la que el moderador ha tenido que repetirle la mayoría de preguntas al oído ("Toco demasiado rock'n'roll con mi banda y no siento bien", se ha disculpado) y ha insistido en quitarle importancia a su fama. "Soy conocido en todo el mundo, pero soy como vosotros, tengo problemas en el trabajo, con los hijos... –ha dicho–. Me veis como a un actor famoso, yo no me veo así. Tengo a los niños en la escuela , hacen obras de teatro y estoy allí, en la primera fila, grabando todo como cualquier padre". Aunque no cualquiera gana la Orden de las Artes y las Letras, que la ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, le entregó el domingo.