Cine

Oliver Stone: “Putin es un buen hijo de Rusia que trabaja para el interés de su pueblo”

El director estrena en el BCN Film Fest el documental sobre el asesinato de Kennedy 'JFK: Caso revisado'

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Oliver Stone en el BCN Film Fest

BarcelonaCuando Oliver Stone presentó su autobiografía en 2020, reconoció que si no dirigía ninguna película convencional desde el 2012 era porque “no estaba inspirado” y no sentía por sus adentros “el fuego necesario”. Quizás por eso su último documental es un regreso al tema que ya tocó hace tres décadas en JFK: Caso abierto, el asesinato de John F. Kennedy. JFK: Caso revisado, que Stone ha presentado este lunes en el BCN Film Fest, retoma la investigación a partir del análisis de documentos oficiales desclasificados en los últimos años y desmonta otra vez el informe de la Comisión Warren. Es una compilación más minuciosa que la película de 1991, incluso demasiado, y con pocas novedades de interés sobre el caso más allá de documentar que existieron dos conspiraciones más para asesinar al presidente semanas antes del magnicidio. Las conclusiones, claro, son las mismas: la teoría de la bala mágica es ridícula, el FBI y la CIA conspiraron para encubrir el asesinato y la historia de Estados Unidos habría sido mucho mejor si no hubieran eliminado a Kennedy.

Tráiler de 'JFK: Caso revisado'

“JFK fue el último presidente verdaderamente popular, estoy seguro de que habría ganado las elecciones del 1964 –defiende Stone–. Desde su muerte, nadie ha tenido habilidad para cambiar las cosas ni el valor de desafiar a la CIA, que controla la política exterior”. Para el director de Platoon, Kennedy era “un guerrero de la paz” que alertó sobre el peligro de tener “una pax americana impuesta por la fuerza de las armas, que es justamente lo que tenemos ahora”. El objetivo de Kennedy, asegura Stone, era no fomentar el imperialismo norteamericano: “Era irlandés y su familia había luchado contra los ingleses, conocía la historia de Irlanda de arriba abajo. Tenía buenas relaciones con el Egipto de Nasser y Oriente Medio y quería invertir en Sudamérica, no en el ejército. Kennedy había sido militar y por eso sabía cómo había crecido la influencia y el presupuesto militar y el peligro que esto comportaba”. El cineasta, de hecho, pone la OTAN como ejemplo de organización “completamente superflua”. Y añade: “Si pensáis que formar parte de la OTAN proporciona seguridad a España, estáis locos”.

Un hombre “razonable y racional”

Stone insiste en decir que su principal interés no es la política (“Yo hago películas, soy director; lo que pasa es que la política es buen material para el drama”, dice), pero solo hay que repasar la lista de políticos que ha retratado desde la ficción o el documental a lo largo de su carrera: Nixon, Castro, George W. Bush, Hugo Chávez... El último fue Vladímir Putin, a quien entrevistó en 2017 en una serie documental que ofrece un perfil amable y positivo del presidente ruso. Hace tres años que no habla con él, pero dice que no cree que haya cambiado “ni que haya perdido la cabeza”. “Es un hombre razonable y racional que piensa antes de hablar, como un jugador de ajedrez. Putin es un buen hijo de Rusia que trabaja para el interés de su pueblo. Viene de la clase baja y creció como un patriota, no es un agente del KGB. Lo fue, sí, pero porque era una manera de ganar dinero y avanzar en su sociedad”.

El director tampoco se corta a la hora de opinar sobre Marine Le Pen al día siguiente de los mejores resultados de la extrema derecha en unas elecciones francesas. “Les encanta decir que es de extrema derecha, pero no sé si lo es –dice–. Algunas de las cosas que dice son de sentido común, como cuestionar el papel de la OTAN en la Unión Europea. Antes, la vieja Europa no se ponía firme y marchaba siempre a las órdenes de Estados Unidos”. Para Stone, Le Pen solo “está sacudiendo las cosas” y a él no le parece mal. “Hacer esto es de extrema derecha, dicen. Pero yo soy de izquierdas y estoy a favor de los inmigrantes. Así que estas etiquetas ya no funcionan”.

“A Estados Unidos no le importa Ucrania”

En la línea de su apoyo a Putin, Oliver Stone produjo en 2019 el documental Ucrania en llamas, que analiza la historia del país desde una mirada coincidente con el relato prorruso y atribuyendo a la revolución del 2014 a la injerencia de Estados Unidos. La invasión de Ucrania por parte de Rusia, dice, no le ha hecho cambiar de opinión sobre el conflicto entre los dos países. “En Ucrania existe una larga historia de sentimiento antirruso y de discriminación de la población de etnia rusa –dice–. Esta es la base de la política del país desde que el golpe de estado del 2014 sacó por la fuerza al presidente Yanukóvich con el apoyo de Estados Unidos, que se ha gastado mucho dinero en Ucrania para desestabilizar Rusia. A Estados Unidos no le importa Ucrania ni la muerte de los ucranianos, solo conseguir un cambio de régimen en Rusia”.

Stone, de hecho, se enciende al mencionar las acusaciones de crímenes de guerra contra las acciones de Rusia en Ucrania. “Es la típica propaganda occidental –asegura–. ¿Qué sentido tiene hablar de crímenes de guerra? Es una guerra, esto pasa en las guerras. Pero decir que es la política de Rusia es la cosa más estúpida que he oído nunca”. El director recuerda las acusaciones contra Saddam Hussein (“lo convertimos en un monstruo comparable con Hitler”) y señala China como el siguiente objetivo de Estados Unidos. “Durante un tiempo estábamos bien con ellos, pero ahora son nuestros enemigos y los acusamos de genocidio, como Rusia, pero las cosas no son tan simples. Nuestra estrategia es señalar a los demás y gritar fuerte «¡Crímenes de guerra!», pero así pervertimos el propósito de los juicios de Nuremberg”. Curiosamente, la única pregunta que Stone se ha negado a contestar durante el encuentro con la prensa ha sido sobre la bofetada de Will Smith a Chris Rock en los Oscar. “Siempre tengo problemas si digo cosas sin pensármelas bien”, se ha justificado.

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