Cine

Pedro Almodóvar gana finalmente el León de Oro en el Festival de Venecia

El jurado presidido por Isabelle Huppert salda una deuda histórica con el cineasta manchego

Enviado especial a VeneciaEl León de Oro a la mejor película conseguido por Pedro Almodóvar este sábado en Venecia con La habitación de al lado (The room next door) supone el final feliz de una larga historia marcada por unas cuantas frustraciones. Y es que los grandes festivales de cine europeos –Cannes, Venecia, Berlín y San Sebastián– tenían una deuda pendiente con Pedro Almodóvar, que nunca había logrado el máximo galardón en ninguno de estos certámenes. Esta extraña circunstancia, dada la envergadura artística del cineasta manchego, está marcada por momentos casi traumáticos, como el León de Oro que se le escapó en 1988, cuando Mujeres al borde de un ataque de nervios lo perdió a manos de La leyenda del San Bebedor, de Ermanno Olmi; o cuando el canadiense David Cronenberg, en 1999, decidió entregar la Palma de Oro de Cannes a los hermanos Dardenne por Rosetta, cuando todo el mundo esperaba que la ganadora fuera Todo sobre mi madre. Este sábado todo este gafe ha quedado olvidado cuando Isabelle Huppert, la presidenta del jurado de la 81 Mostra de Venecia, ha anunciado el León de Oro para el primer largometraje de Almodóvar hablado en inglés.

Visiblemente emocionado, pero a la vez tan contenido como su brillante nueva película, Almodóvar ha pronunciado un discurso marcado por el homenaje a sus actrices, Tilda Swinton y Julianne Moore. “Los directores tenemos el privilegio de ser los primeros espectadores de los milagros que pueden materializar los intérpretes ante la cámara –ha apuntado el cineasta–, y Julianne y Tilda han convocado milagros muchos días en el rodaje de La habitación de al lado”. Además, Almodóvar se ha posicionado a favor del derecho a morir dignamente, que es el tema central de una película que cuenta la historia de una mujer que decide acompañar a una amiga en el periplo final de su vida. “Esta película habla de una mujer que agoniza en un mundo agonizante. Acompañar a un enfermo terminal es uno de los grandes gestos que puede hacer un ser humano, y despedirse de este mundo pulida y dignamente es un derecho. Sé que este derecho atenta contra cualquier religión o credo, pero pediría a los practicantes que respetaran las decisiones individuales. El ser humano debe ser libre para vivir, y para morir cuando la vida sea ya insufrible”, ha dicho el cineasta.

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Un palmarés ejemplar

Además del merecido León de Oro para Almodóvar, el jurado presidido por Huppert ha destacado la mayoría de los grandes títulos de la Mostra. El Gran Premio del Jurado ha sido para Vermiglio, de la italiana Maura Delpero, un delicado y bellísimo fresco histórico ambientado en el último año de la Segunda Guerra Mundial. La también histórica The brutalist le ha valido al estadounidense Brady Corbet el premio a la mejor dirección por la monumental crónica de la odisea de un arquitecto húngaro que llega a Nueva York tras sobrevivir en un campo de concentración nazi. La proyección en 70 mm de este filme de 215 minutos ha sido uno de los grandes eventos fílmicos del festival.

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Pero el momento más sobrecogedor de la noche ha llegado con la lectura que ha hecho la directora neerlandesa Halina Reijn de la carta en la que Nicole Kidman agradecía la Copa Volpi a la mejor actriz por Babygirl. En la misiva pública, la actriz explicaba que, una vez llegada a Venecia para recoger el premio, había conocido la noticia de la muerte de su madre y había tenido que marcharse para reunirse con su familia. Por su parte, la Copa Volpi al mejor actor se la ha llevado el francés Vincent Lindon por Jouer avec le feu, que retrata el drama del padre de un chico que se involucra en un grupo fascista. El palmarés se completa con el premio a Murilo Hauser y Heitor Lorega, por el guion de Ainda esta aqui, de Walter Salles; el galardón a Paul Kircher como intérprete emergente por Leurs enfants après d'eux; y el premio especial del jurado para April, de Dea Kulumbegashvili.