Cine

Pedro Almodóvar: "A Pedro Sánchez podría decirle muchas cosas a nivel político, y también físico"

El cineasta recibe el Premio Donostia en San Sebastián y presenta 'La habitación de al lado'

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Pedro Almodóvar con el Premio Donostia del Festival de San Sebastián

Enviado especial a San SebastiánJornada importante para Pedro Almodóvar en San Sebastián, donde ha recibido el Premio Donostia que le concede el festival al día siguiente de haber celebrado su 75 aniversario. "Han sido 24 horas de tormenta emocional", ha admitido el cineasta en rueda de prensa, acompañado de Tilda Swinton y de todo el equipo de La habitación de al lado, su última película, y que ha ganado el León de Oro de Venecia 2024. “Hace 44 años de mi primera visita a San Sebastián –ha recordado–. Fue con Pepi, Luci y Bom, una película muy defectuosa pero que fue el comienzo de todo”. Y menos mal, dice, porque “si no hubiera podido hacer cine, hoy sería la persona más desgraciada del mundo”.

El manchego ha reflexionado sobre el cineasta que era en su juventud y el que es ahora, y reconoce que los temas de su cine han cambiado, pero también la vida que lleva. “Si fuera el de hace 40 años, ayer no habría pasado por el hotel en toda la noche, solo esta mañana en el desayuno y vestirme para la rueda de prensa –admite–. Pero a mediados de los 90 tuve que escoger entre las emociones fuertes y la disciplina del trabajo, y decidí seguir escribiendo y haciendo películas”.

En esta etapa de madurez, Almodóvar reconoce haber iniciado un camino "hacia la contención y la depuración" que ha reducido el barroquismo de su cine, en el que ahora hay "menos canciones y personajes". Sin embargo, el director constata que su público ha rejuvenecido en los últimos años, y lo atribuye "a las plataformas", que han puesto su cine "al alcance de todos". “El paso del tiempo es muy cruel con el cine, pero yo tengo la suerte de que el tiempo ha enriquecido las historias que cuento”, dice Almodóvar, quien asegura que no conoce a los jóvenes de hoy: “Ni la generación X, ni los tiktokers, ni los influencers. Me gustaría hacer alguna película sobre ellos, pero debería ponerme a investigar cómo son”.

Begoña Gómez, Pedro Sánchez, Pedro Almodóvar y Tilda Swinton en el Festival de San Sebastián.

La ceremonia de entrega del Premio Donostia, que Almodóvar ha recibido de manos de Swinton, ha contado con la presencia del presidente del gobierno español, a quien el director se ha referido a la rueda de prensa, sonriendo: “En Estados Unidos y en Europa le llaman Mr. Handsome [Sr. Guapo]. Podría decirle muchas cosas a nivel político y también a nivel físico. Me vienen muchas posibilidades a la cabeza”. Más serio, Almodóvar se ha mostrado preocupado por "el ascenso de una ultraderecha negacionista" de la emergencia climática. “Me pregunto si esta ultraderecha piensa en sus hijos y nietos y en el mundo que les deja. En este festival existen muchas películas sobre la muerte y se está hablando del valor de la empatía y de la mortalidad. España tiene una ley de eutanasia, un tema al que se enfrentan todas las religiones. Pero el individuo debe ser el único dueño de su vida y de su muerte”.

La mujer más cabreada del mundo

En la sección oficial del festival, otro cineasta veterano y consagrado ha presentado su último trabajo. Mike Leigh se entrega a la tragicomedia sin medias tintas en Hard truths, retrato de una madre de familia constantemente cabreada con la vida y con todo el mundo hasta límites extremos. Hipersensible, salta a la mínima y se enfrenta a cualquiera por el motivo más ínfimo con gran agresividad. La interpreta Marianne Jean-Baptiste, una de las actrices de aquella obra magna de Leigh que era Secretos y mentiras (1996), pero la primera referencia que viene a la cabeza es otra tragicomedia suya, Happy: un cuento sobre la felicidad (2008), aunque en vez de una chica incorregiblemente feliz aquí encontramos a la mujer más susceptible y enfadada del mundo.

Las risas iniciales de Hard truths desaparecen a medida que se hace evidente que tras la actitud de la protagonista hay una enorme frustración y soledad, emociones que no es capaz de gestionar y que sublima a través de discusiones cada vez más violentas y autodestructivas. Leigh conduce la historia hacia una catarsis emocional similar a la de Secretos y mentiras, pero después añade 20 minutos de película que no parecen realmente necesarios.

Trailer de 'La habitación de al lado'
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