Cine

Un perro es la gran estrella del Festival de Sitges

Un retriever de Nueva Escocia protagoniza el original filme de terror 'Good boy', de Ben Leonberg

'Good boy'
11/10/2025
2 min

SilosLa gran estrella de esta edición del Festival de Sitges se llama Indy y es un retriever de Nueva Escocia que, desgraciadamente, no ha venido al festival. "Se ha quedado en casa de mis padres y está muy feliz jugando con su perro", explica Ben Leonberg, el director de Good boy. Indy, claro, es su perro, que aparece en casi todas las escenas de una película que subvierte las convenciones del cine de terror adoptando el punto de vista del típico quisso que, en estas películas, huele de una hora lejos que en la casa hay algo maligno en el sótano o un espíritu que corre por el desván. En Good boy, Indy percibe una presencia sobrenatural que amenaza a su amo y que le está consumiendo la salud, pero no tiene manera de contárselo. A través de su mirada preocupada, de la expresión de alerta o de las orejas levantadas leemos todas las emociones de un animal: la lealtad, la impotencia, la angustia y, sobre todo, el miedo a perder lo que más quieres.

Leonberg, que interpreta al dueño del perro, quería rodar únicamente con Indy, y no con tres o cuatro perros parecidos, como suele hacerse por eficiencia. A cambio de trabajar sólo con su perro, el rodaje tuvo que alargarse a más de 400 jornadas repartidas durante tres años. "Es por su capacidad de atención, que es muy corta –explica Leonberg–. Después de un rato ya no vale la pena insistir. Apenas se puede rodar una escena por jornada, así que yo preparaba todo durante el día y la rodábamos por la noche, cuando mi mujer llegaba del trabajo", añade.

Cabe decir que Indy no tiene muchas escenas de acción, pero sí tiene una mirada bastante magnética. Y Good boy filma sus acciones a través de un dispositivo inmersivo, con el que se percibe la perspectiva canina hasta sus últimas consecuencias. Los rostros humanos están casi siempre fuera de campo. Contemplar el mundo así achaca a la película un cierto aire de experimento sensorial. "Eso fue una decisión estética, pero también práctica –explica el director–. Por un lado, porque la persona que había en el fondo del plan soy yo, y yo no sé actuar. Podría haber buscado un actor y darle instrucciones a Indy, pero no habría funcionado. Por otra parte, ceñirse al punto de vista del perro es lo que da a la pelo. modo en que Indy va de un sitio a otro, porque a él no le interesa lo que dicen los humanos y no presta atención, así que algunos diálogos están incompletos", concluye.

Trailer de 'Good boy'
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