Cine

La vida, la lucha y la tragedia de Christopher Reeve

El emotivo documental 'Super/man: La historia de Christopher Reeve' se presenta en el Festival de Sitges

Christopher Reeve como Superman
04/10/2024
3 min

SilosQue Christopher Reeve es uno de los nuestros para los aficionados del Festival de Sitges ha quedado claro antes de la proyección de este viernes de Super/man: La historia de Christopher Reeve, cuando el actor Dafnis Balduz ha presentado el documental afirmando que Reeve interpretó a Superman “en tres ocasiones” y el público de la sesión, participativo como siempre, ha corregido al presentador con gritos de “¡cuatro veces!”. Pero el cariño por Reeve no es exclusivo de los aficionados al fantástico: mucha gente amaba a aquel actor que hizo creer al mundo que “un hombre podía volar”, tanto antes como después del accidente de equitación que le dejó tetrapléjico.

La de Christopher Reeve (1952-2004) es una historia trágica y tocada de por la ironía cósmica (el superhombre reducido a la mínima existencia física) que el documental de Ian Bonhôte y Peter Ettedgui cuenta con una innegable capacidad para emocionar, incluso cuando el tono general y muchas decisiones narrativas rozan la pornografía sentimental. Da igual: la tragedia personal de Reeve y su familia es tan absoluta, y empatizar tan inevitable, que las lágrimas acaban brotando entre el público: pasó al Festival de Sundance, donde se estrenó la película, y también este viernes en Sitges. De hecho, ya ocurrió en los Oscar de 1996, cuando Reeve reapareció en silla de ruedas un año después del accidente. Y no sería raro que el nombre de Reeve volviera a sonar a los Oscar: Super/man: La historia de Christopher Reeve es una de las favoritas en la categoría de mejor documental.

Las dos vidas del héroe

La película estructura inteligentemente la historia de Reeve de forma que se narran en paralelo sus dos vidas: como gran estrella de Hollywood encasillada en un solo papel emblemático y como víctima de una lesión que se adapta a la nueva realidad. La estructura tiene un objetivo claro: evidenciar el paralelismo entre la heroicidad del superhéroe interpretado por Reeve y la del propio actor cuando, tetrapléjico, se entregó a la lucha por recuperarse y creó una fundación para la investigación de la lesión de médula espinal que recaudó millones de dólares e influyó en la política estadounidense: una ley aprobada por Obama en el 2009 lleva el nombre de Reeve y su esposa, Dana.

Hay que decir que hay momentos en los que el filme toma un registro casi publicitario al hablar de los hitos de la fundación creada por Reeve, a cuyo frente ahora están los hijos del actor, que son productores del documental . Pero también hay material jugoso, como los recuerdos de Jeff Daniels sobre cómo un joven William Hurt advertía a su colega Reeve de que interpretar a Superman significaba “venderse” –años después Hurt trabajó en filmes de Marvel–; las anécdotas sobre el casting de Superman, al que se presentaron desde Neil Diamond a Arnold Schwarzenegger; o la influencia negativa del padre del actor, un estricto escritor, poeta y académico que empezó una botella de champán para celebrar el casting de su hijo en Superman sólo porque pensaba que se trataba de la obra de George Bernard Shaw Man and superman.

El documental recoge testimonios de una gran potencia emocional. Cuando el actor recobró la lucidez después del accidente y vio el alcance de la lesión –ni siquiera podía respirar por sí mismo–, le dijo a la mujer que quizá valía más que le dejaran “marchar” . “Sólo te lo diré una vez: te apoyaré en todas las decisiones que tomes, pero tú todavía eres tú, y te quiero”, le respondió ella, y Reeve citaba esta frase como su “razón para vivir”. La otra cara de ese momento es cuando en el documental un hijo del actor lee una página del diario de su madre que describe la frustración y la soledad de su existencia.

Y resulta impresionante todo lo que se refiere a la relación entre Reeve y su mejor amigo desde los tiempos en que estudiaban en Julliard, Robin Williams, basada en el humor caótico del cómic pero llena de ternura. La primera vez que visitó a su amigo tras el accidente, Williams se hizo pasar por un proctólogo ruso que venía a examinarlo, y cada aniversario del accidente invitaba a un chef a casa del actor y organizaba una gran fiesta. Glenn Close, amiga de ambos, afirma que Williams nunca se recuperó de la muerte de su amigo en el 2004: “Si Chris aún estuviera vivo, Robin también lo estaría”.

Trailer de 'Super/man: La historia de Christopher Reeve'
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