El Cruïlla saca pecho de la edición pandémica

El departamento de Salud hará un seguimiento de los datos epidemiológicos del público del festival

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El público del Cruce durante el concierto de Sopa de Cabra, viernes por la noche.

Barcelona"Queremos ser la solución. Queremos que la música pueda parar la pandemia", ha dicho el director del Cruïlla, Jordi Herreruela, este sábado en rueda de prensa en el Parc del Fòrum. "La nuestra sensación es de éxito total. Estamos orgullosos y contentos. Podemos sacar pecho, y creo que Barcelona vuelve a ser el centro del mundo en cuanto a la organización de acontecimientos", ha añadido Herreruela. El festival fue autorizado por el Govern como "estudio observacional" y cuenta con la colaboración científica de la Fundación Lucha Contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas. Aun así, Herreruela ha atendido los medios a solas, sin la presencia de ningún representante político ni científico.

Mientras tanto, la última jornada del festival ya estaba con marcha con las actuaciones de Muerdo y Joan Garriga & El Mariatxi Galàctic, preludio de un anochecer con los aromas jamaicanos de Iseo & Dodosound, que respondieron a las ganas de bailar del público, y los conciertos de los madrileños Leiva y Coque Malla. La rueda de prensa también tenía que coincidir con el concierto de Xoel López, que no se pudo hacer por “motivos médicos”.

285 positivos por covid

"Estamos super orgullosos de lo que hemos hecho. Nunca se había cribado a tanta gente en tan poco tiempo. Además, somos expertos en gestión de público y todo ha ido como una seda", ha explicado Herreruela. Hasta las 21 h de este sábado, y durante las tres jornadas de festival, se habían hecho 46.199 tests de antígenos, de los cuales 285 han dado positivo: jueves, 126 de 12.905 pruebas; viernes, 94 de 18.384; y sábado, hasta las 19.20 h, 65 de 14.910. La diferencia entre el primer día y los otros dos tiene que ver con la edad del público. Jueves el público de menos de 30 años representaba el 32% del total, mientras que viernes era el 16% y sábado el 13%. En conjunto, el 38% de los positivos detectados por los tests de antígenos tienen menos de 25 años, el 26% tienen entre 26 y 30 años, otros 26% van de los 30 a los 40 años y el 10% tienen más de 41 años. En cuanto a la procedencia de los positivos, el 53% son de la ciudad de Barcelona y el 3% de Madrid; el resto de positivos, dice Herreruela, no aporta ningún dato significativo sobre ninguna población.

Público de la tercera jornada del Cruïlla.

Cuando se acordó con el departamento de Salud hacer el Cruïlla, los puntos de interés principales del estudio observacional eran "testear la capacidad de cribar a 25.000 personas en seis horas", estudiar "la variabilidad de los tests de antígenos en las mismas personas" (las que iban más de un día al festival) y ver "las diferencias de los resultados entre la población vacunada y la no vacunada". Es decir, no estaba previsto que Salud hiciera un seguimiento exhaustivo de los contagios que se pudieran producir dentro del recinto del festival. Todo ello estaba pensado para julio con una incidencia de contagios a 14 días más bien baja. Pero, según ha explicado Herreruela, la quinta oleada ha hecho que Salud decida hacer un estudio siguiendo los datos epidemiológicos de los asistentes al festival. "Se hará un estudio posterior para sacar conclusiones. Estoy contento de que se pueda hacer esta trazabilidad posterior", ha avanzado. Esto podría ofrecer información sobre la capacidad de transmisión vírica de los falsos negativos y la efectividad de medidas como no permitir la entrada con bebida a la zona de delante de los escenarios.

Sobre la situación provocada por esta quinta oleada en Catalunya, que Herreuela considera "fruto de una noche de San Juan sin una oferta de ocio reglada", el director del Cruïlla ha admitido que le "preocupa". "Pero somos conscientes que esta situación no la ha creado el Cruïlla. Y no lo estamos haciendo ahora, porque así lo avalan los ensayos que hemos hecho", ha añadido recordando el estudio clínico de Sala Apolo de diciembre y la prueba piloto del concierto de Love of Lesbian en el Palau Sant Jordi de marzo.

¿Un festival como los de antes?

El músico madrileño Leiva durante el concierto de ayer en el festival Cruïlla

En el momento de cerrar esta crónica, Leiva hacía todo un despliegue de rock clásico con una banda anchísima, con percusión y sección de viento incluidas, como si quisiera recordar cómo era todo hace dos veranos. Y todavía tenían que tocar grupos que menudean escenarios grandes como Izal y Dorian, además de los británicos Morcheeba. Pero lo más parecido a un festival como los de antes se vivió viernes por la noche. La Casa Azul montó la gran fiesta habitual, y el suelo quedó muy pegajoso de la cerveza derramada mientras la gente bailaba. Bien, esto no pasaba en la parte delantera, el corral perimetrado con vallas y vigilantes donde el público no puede entrar con bebida ni comida (ni puede fumar), pero sí en el resto del espacio, donde la aglomeración era también bastante intensa pero el uso de la mascarilla más relajado a pesar de todos los esfuerzos de los trabajadores y voluntarios del festival. La revolución sexual fue uno de los momentos más eufóricos de una noche en que los conciertos posteriores de Manel y Zoo y la sesión de los belgas 2ManyDJs sirvieron también para recordar cómo eran las cosas el verano de 2019.

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