Modelo de ciudad

¿Puede la cultura digital ser la próxima 'marca Barcelona'?

Un ecosistema maduro, 30 años de experiencia, congresos como el ISEA y proyectos inmersivos para grandes públicos posicionan el país a escala mundial

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BarcelonaEn director del Ideal, Jordi Sellas, acaba de volver de Tel Aviv, donde ha inaugurado una nueva versión de la exposición de Frida Kahlo que se estrenó en Barcelona. También han abierto un espacio inmersivo gemelo del catalán, con una empresa local. En marzo inauguraron uno en Madrid y en otoño lo harán en Dubái. La experiencia inmersiva de Frida Kahlo, íntegramente diseñada por estudios catalanes, además se puede ver en Oporto, Bruselas, Montreal, Phoenix y Puerto Rico. Esta semana se celebra en Catalunya (del 10 al 16 de junio) uno de los grandes simposios internacionales sobre arte electrónico, el ISEA, con cincuenta actividades, que ha de servir para estructurar y dinamizar un sector que se siente maduro para jugar en primera división. Y cuando acabe el ISEA, empezará el Sónar, el gran festival que une música y tecnología, y que en 2019 atrajo 126.000 personas. El momento de relevancia y madurez del sector de las artes digitales plantea un reto en Barcelona y en el país: ¿podríamos lograr un liderazgo internacional?

"Barcelona y su área metropolitana tienen el potencial de convertirse en un referente mundial", responde Eva Sòria, directora de Innovación, Conocimiento y Artes Visuales del Ayuntamiento de Barcelona. "Barcelona tiene las condiciones ideales para posicionarse en este ámbito porque tiene un ecosistema variado, rico, multidisciplinario y complementario", defiende el profesor de la UOC Pau Alsina, que impulsa el ISEA y también la asociación HacTe, que quiere aglutinar todos los agentes alrededor del pentágono arte-diseño-ciencia-tecnología-sociedad.

Una de las instalaciones del Sónar + D
El Moco acaba de presentar una obra de Guillermo Lorca en la que se utiliza la realidad aumentada de Studio Irma

Fuera prejuicios

Ha roto el nicho de los frikis

"El arte digital ya no es una cosa extraña, simplemente es arte que se expresa en formatos, lenguajes y canales que no existían hace treinta años", dicen Ricard Robles y Antònia Folguera desde el Sónar. Se trata de unos canales que hoy son del todo corrientes: la mayoría tenemos teléfono u ordenador. El acceso a internet es asequible, y el lenguaje audiovisual, cotidiano. "La cuestión es no tener miedo. No hay que conocer la tecnología que hay detrás de los NFT o la inmersividad, sencillamente puedes disfrutarlo. Del metaverso todavía se tiene que encontrar un verdadero uso que mejore la experiencia humana real, pero, cuando exista, lo que en un primer momento podía parecer disruptivo lo asumiremos de forma natural", asegura Marisol López, responsable de la nueva dirección general de Innovación y Cultura Digital de la Generalitat. "Se ha de hacer un trabajo de pedagogía. Puede sonar fuerte, pero hace falta alfabetización digital, porque el acceso ya es muy fácil y en cambio el nicho se está rompiendo muy poco a poco", reflexiona Pep Salazar, director del OFFF.

¿Dónde puedes ver arte digital?

No será porque no haya oportunidades de entrar en el metaverso, vía exposiciones y festivales. La temporada alta digital empezó en mayo con el OFFF, cuando se hizo el multitudinario mapping NFT de Refik Anadol en la Casa Batlló, y acabará con el Eufònic en las Terres de l'Ebre en agosto. Esta semana, el ISEA convoca actividades en todo el país, desde drones en la playa del Somorrostro hasta una gran exposición de arte digital y un mapping en el Recinto Modernista de Sant Pau. En el Palau Robert está la exposición Nova pantalla sobre el videojuego en Catalunya y abren dos más en La Capella y el Arts Santa Mònica que permitirán descubrir los nombres de creadores de referencia locales e internacionales. En el Mercat de les Flors, las dos compañías con más experiencia del estado en danza e interactividad (Konic.thtr e Instituto Stocos) presentan espectáculo este fin de semana. Son los últimos días de la exposición de Frida Kahlo en el Ideal, que en julio acoge un experimento dentro del Grec: el musical de Broadway Next to normal en versión inmersiva. Y el Moco Museum, que ha colgado arte digital y NFT, ahora ha abierto una experiencia de realidad aumentada.

¿Qué tenemos? Fortalezas y oportunidades

Una historia de creatividad y 30 años de experiencia

"Tenemos el ADN creativo, tenemos artistas sorprendentes y liderazgo en creatividad", afirma López. Pep Salazar está de acuerdo: "Puede que nos falte que el gran público identifique un gran nombre artístico. Los tenemos –Alba G. Corral, Mónica Rikić, Sixnfive, Boldtron–, pero son desconocidos. ¿Por qué? Porque se le tiene que dar valor al arte digital, exponiéndolo en los lugares donde se da valor al arte. Si vas al MoMA y ves arte digital, le darás valor. Todavía nos tratan como cosas extrañas", lamenta Salazar.

Pero además del pedigrí creativo catalán –que va del Modernismo a Cobi, por decirlo fácil–, todos los agentes del sector coinciden en una realidad palpable: el hub de la Barcelona digital ya existe, aunque sea informalmente. Y existe porque hay eventos, artistas, empresas, estudios e instituciones que llevan 30 años siendo referencias europeas e internacionales en creatividad digital. Sin ayudas. Sin planificación. De forma orgánica. "Hay escena desde el inicio. El Sónar nace justo en el mismo momento en el que la tecnología digital se hace accesible: a mediados de los 90, cuando los ordenadores empiezan a multiplicarse en las casas e internet llega al mercado doméstico. Es en este momento en el que la creación digital explota en todo el mundo, y Barcelona no es menos", dicen Robles, codirector del Sónar, y Folguera, la comisaria de su pata más experimental, el Sónar+D, que ya lleva nueve ediciones.

El ecosistema digital catalán

Si hacemos un recuento, hay decenas de nombres que han ido preparando el terreno: el festival ArtFutura nació en Barcelona en 1990; el Sónar, en 1994; el festival Videa (extinguido) y el OFFF, en 2000; el programa Generación Digital, en 2002; el festival de videoarte Loop, en 2003; el Mobile World Congress llega en 2006; el festival Mira, el Eufònic y el traslado del Gamelab son del 2011; el LlumBCN, del 2012, y la Bienal Ciutat i Ciència, del 2019. A todo esto se le tiene que sumar el tejido empresarial, que va de grandes empresas a pequeños estudios y start-ups (Mediapro, King, Ubisoft, Nomad, Desilence, Socialpoint, Antiloop, Burzon Comenge, Blit Studio, etcétera); toda la oferta educativa y universitaria (el CITM de la UPC, los estudios de arte y tecnología de la UOC y la UB, el Tecnocampus de la UPF, las escuelas de diseño Elisava y EINA); los centros de investigación científica (del Supercomuting Center al Instituto de Ciencias Fotónicas o el Barcelona Institute of Science and Technology, que agrupa seis centros de investigación); los espacios de creación y exposición que han apostado en esta dirección (la Colección Beep, Hangar, Ideal, la Capella, Caixaforum, el CCCB –con Quàntica o Björk digital– e incluso los nuevos Moco Museum y el Mirador de la Torre Agbar); los artistas (desde La Fura o Franc Aleu hasta Alba G. Corral y Sergio Albiac), y otros satélites.

Es una pescadilla que se muerde la cola: las diversas generaciones de creadores, diseñadores y tecnólogos que se han hecho grandes en este contexto ahora promueven "la aparición de un gran número de artistas e industrias creativas de todas dimensiones que se instalan en Barcelona", afirma Soria. Barcelona se encuentra en una espiral que muchos agentes creen que hay que aprovechar. "Todo es muy positivo, estamos en el camino", confirma Salazar.

¿Qué falta? Debilidades y amenazas

Recursos y coordinación para ganar músculo

"El caudal es muy potente y la experiencia nos ha enseñado que lo que funciona es tener un ecosistema: hay que consolidar este ecosistema", dice Marisol López. Los agentes del sector coinciden: "Se trata de poner una mirada estratégica alrededor de iniciativas que funcionan por separado. Su sinergia e integración pueden proyectar a Barcelona de una manera que puede ser útil para la ciudadanía, la misma comunidad, la industria y la investigación. Es un caso claro de cuando el todo es más que la suma de las partes", afirma Pau Alsina. Por eso la UOC impulsó la asociación HacTe, que ya se ha incorporado al proyecto europeo de la New European Bauhaus. También hay asociaciones privadas como Tech Barcelona (miembro de Barcelona Tech City) que se han sumado.

Lo obra 'Orígenes_04', de Albert Barqué-Duran y Marc Marzenit

Hace tan solo un año, la Generalitat apenas creó la dirección de Innovación y Cultura Digital, dotada con 5,6 millones. Entre sus retos más inmediatos está elaborar el nuevo plan de cultura digital y el libro blanco de la cultura digital: "Ahora mismo, no te puedo decir cuántas empresas se dedican a este campo y cuántos millones mueven; solo lo tenemos estudiado en el ámbito del videojuego", admite Marisol López. También se abrirá la primera línea de subvención a la creación de proyectos inmersivos. "Más que un proyecto estrella, o una equipación insignia, que ya hay bastantes cosas, lo que necesita la escena es poder trabajar de manera más confortable, que el tejido sea sólido; por lo tanto, hacen falta recursos. Hacen falta recursos para digitalizar proyectos de país que deberían hacerlo si tuvieran más presupuesto, como la red de equipaciones nacionales, y para que los estudios que hay puedan salir del ámbito corporativo, de trabajar para Audi o Mango, porque crear con libertad requiere tiempo y dinero", afirma Jordi Sellas, que es quien impulsó el primer Plan de Cultura Digital desde la Generalitat en 2014.

La idea de la Generalitat es integrar la cultura digital dentro del hub audiovisual que se tiene que situar, por ahora, en las Tres Xemeneies. El Ayuntamiento de Barcelona quiere centrar un laboratorio de industrias creativas en el Palo Alto y, expositivamente, llevar la divulgación al Dhub, un ámbito en el cual habrá novedades de impacto en 2023. "Los actores locales operan con normalidad en redes y ámbitos internacionales, pero cuesta mucho circular y conectar ideas localmente –admiten desde el Sónar, que tanto ha trabajado con el Supercomputing Center como este año con un órgano del Palau Güell–. Hay que generar liderazgos y complicidades e integrar en los círculos de decisión voces más jóvenes de las habituales".

Las atmósferas del Mirador de Glòries que impulsa Mediapro y comisaría José Luis de Vicente

¿Hace falta una nueva marca?

De la ciudad del diseño a la ciudad digital

"Creo que tenemos que ser autoconscientes de lo que tenemos; creámonoslo", defiende Marisol López. "En estos momentos no hay en el mundo una capital de referencia dedicada a la inmersividad, a la realidad ampliada (XR), sencillamente porque es un lenguaje muy nuevo. Nadie está haciendo conscientemente el camino hacia un hub de cultura digital", afirma Jordi Sellas, que ve una ventana de oportunidad a la hora de dirigir inversiones, teniendo en cuenta que las artes digitales son un campo inmenso que engloban desde la robótica hasta la innovación pedagógica.

Pep Salazar cree que "la ambición que tenemos es muy alta pero la dimensión de Barcelona es la que es": "¿Podemos liderar las artes digitales a escala global? Me parece osado. Pero es que tampoco hay una carrera. Nos tenemos que posicionar y trabajar conjuntamente. En el ámbito digital todo lo que se hace es global y las fronteras se diluyen", explica. Desde el Sónar tampoco ven necesario poner eslóganes: "Barcelona no necesita etiquetas. Ninguna urbe de referencia las necesita. Barcelona tiene que hacer un propósito de ser una ciudad donde la creatividad y la eficiencia trabajen juntas. No se debe preocupar por ser digital, se debe plantear si quiere ser un referente cultural de algún tipo y, si lo es, necesariamente será, además, digital", afirman los codirectores del Sónar.

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