Crítica de danza

El gran ballet clásico gana la partida en la Noche Europea de la Danza

LaFACT Cultural cierra la 40ª Temporada BBVA de Danza con bailarines de París, Roma, Berlín y Amsterdam

2 min
Héloïse Bourdon y Jérémy-Loup Quer en la Noche Europea de Danda en LaFACT de Terrassa
  • Héloïse Bourdon y Jérémy-Loup Quer y Roxane Stojanov y Antonio Conforti, del Ballet de la Ópera de París
  • Michele Satriano y Rebecca Bianchi, del Ballet de la Ópera de Roma
  • Ksenia Ovsyanick y Alejandro Virelles, del Staatsballett de Berlín
  • Maya Makhateli y Victor Caixeta, del Het National Ballet de Amsterdam

La Noche Europea de la Danza ha sido un gran colofón en la 40ª edición de la temporada de danza en La FACT Cultural de Terrassa, con cinco parejas de bailarines de las mejores compañías europeas que han ofrecido una gala en la que el ballet clásico puro ha sido el más aplaudido por la alta calidad de los bailarines. Héloïse Bourdon y Jérémy-Loup Quer, primeros bailarines del Ballet de la Ópera Nacional de París, abrieron la velada con el pase a dos deEl cascanueces en la adaptación coreográfica de Rudolf Nuréiev. El resultado fue de gran elegancia, él con buenos saltos y ella de una gracia casi infantil. Completaron el programa con el paso a dos blanco deEl lago de los cisnes, carente de la magia necesaria.

Siguieron Ksenia Ovsyanick y Alejandro Virelles, del Staatsballett de Berlín, en Mercy (extracto de Voices), de David Dawson y música de Max Richter, una auténtica maravilla de estilo neoclásico, y en Gran paso clásico de Victor Gsovsky, que recupera lo más virtuoso de la técnica del ballet. Ovsyanick combinó una fluidez y una ductilidad casi extracorpóreas en la primera con una técnica impecable, de puntas seguras y dobles fouettés en la segunda.

Michele Satriano y Rebecca Bianchi, del Ballet de la Ópera de Roma, fluyeron a la nueva versión que Nuréyev hizo de La cenicienta, que recordaba las fabulosas evoluciones de Kenneth MacMillan; así como a la virtuosa interpretación de Within the golden hour, de corte neoclásico de Christopher Wheeldo, muy ligera y volátil.

Otro de los momentos álgidos fue el paso a dos de Don Quijote que interpretaron a Antonio Conforti y Roxane Stojanov, una auténtica bailarina de carácter que deslumbró con sus puntas y grandes equilibrios. La pareja del Ballet de la Ópera Nacional de París destacó también a la lánguida y soñadora Signos, de Carolyn Carlson.

Maia Makhateli y Víctor Caixeta, del Het National Ballet de Ámsterdam, hicieron gala de su espléndido virtuosismo en Shelter, un dúo emotivo y que requiere una gran compenetración de Guilherme Maciel de permanente contacto físico. La pareja de bailarines cerró la gala con una extraordinaria interpretación del pase a dos del clásico Raymonda, en la que ella sobresalió por unas puntas implacables y unos equilibrios infinitos y él por unos saltos altísimos en una interpretación que arrancó enfervorizados bravos del público.

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