Música

Love of Lesbian y 'trikinis' Jan Laporca en el Cruïlla

El grupo de Santi Balmes recibe un baño de multitudes en el Parc del Fòrum el día que Jared Leto comanda el show el Thirty Seconds to Mars

Santi Balmes durante el concierto de Love of Lesbian en el Festival Cruïlla 2025.
12/07/2025
5 min

BarcelonaLa tercera jornada del Cruïlla en el Parc del Fòrum comenzó este viernes con un bochorno típicamente barcelonés. "Debe decir a los guiris que la palabra es sha-fo-gor", recordará después Santi Balmes en el concierto de Love of Lesbian. Antes, rituales chamánicos y la desbordante energía fanfarria deEl diablo y la bruja abrieron la actuación de Africa Express, un torrente de ritmos mexicanos y africanos. Los primeros de acuerdo con el material del disco Bahidorá (2024). Los africanos, por ser el hilo fundacional del proyecto impulsado por el británico Damon Albarn, el líder de Blur, en el 2007 al ver la poca representación de los músicos africanos en algunos festivales occidentales. La propuesta es un diálogo constante entre músicos de procedencias diversas, ahora también de Centroamérica, y con Albarn ocupando un espacio discreto en el escenario Occidente tras los teclados, y con apariciones estelares como la del maliense Baba Sissoko y la mexicana Luisa Almaguer. El impacto a menudo depende del solista, pero en conjunto funciona como exultante máquina de ritmos y sonoridades refrescantes porque desafían los patrones hegemónicos en los festivales, y por la emoción de los momentos más recogidos, como las incursiones en el blues tuareg de Imarhan, el dúo bolerístico entre Albarn y AlmaAdios amigos, colisión de sonoridades mexicanas y del África occidental empapada por los violines de la estadounidense Joan as en Police Woman y la mexicana Bruja de Texcoco.

Damon Albarn durante el concierto de Africa Express en el Festival Cruïlla 2025.
La Bruja de Texcoco durante el concierto de Africa Express en el Festival Cruïlla 2025.

Pasear entre escenarios del Cruïlla implica chocar con espacios de los patrocinadores, a los que el festival ha agradecido la colaboración en estos quince años de historia. Hay muchos elementos extramusicales habituales en otros acontecimientos, pero también expresiones de cultura popular que el Cruïlla siempre ha defendido, como los castells. El viernes el protagonismo a media tarde fue para la Colla Jove de Barcelona, de Sant Andreu, que descargaron un 4 de 6 con pilar. También hay un Dibumaton (un señor que hace minicaricaturas) y una amplia oferta gastronómica que incluye buñuelos de bacalao con romesco (9,50 euros), trikinis Rigoberta Trufini y Jan Laporca (9,50 euros) y hamburguesa vegetariana (12 euros). Incluso hay un "espacio tranquilo", un rinconcito con hamacas y almohadas pensado para "cualquier persona que se sienta sobreestimulada, saturada o abrumada" y "especialmente diseñado para personas neurodivergentes, pero abierto a todo el que necesite una pausa". El único ruido que llega es la voz de los cómics del escenario de comedia y el rumor de los conciertos en el Vueling, como el de Ben Harper.

"Netanyahu cabrón"

Cuando el músico estadounidense llevaba un cuarto de hora repartiendo el habitual blues-rock, mucha gente se acercaba con calma al escenario principal, el Estrella Damm, reservado a las 20.30 para Love of Lesbian. La buena sintonía de la banda con el Cruïlla ha desembocado en dos conciertos, uno viernes y otro sábado. El primero, convencional, dentro de la gira del disco Ejército de salvación (2024). El segundo, con todo de colaboraciones. in crescendo que da título al último disco. "Cantamos como si tuviera que acabar el mundo", exclamó antes de hacer Noches reversibles y después de lamentar la imprevisibilidad homicida de algunos gobernantes. No citó ninguna, pero no era difícil pensar en Donald Trump. Sólo llevaban tres temas y el público ya estaba advirtiendo que cantarían todas las canciones y todos los lo-lo-los. En este contexto favorable se acepta que hagan Contradicción con la voz grabada de Rigoberta Bandini y su imagen proyectada en la pantalla del fondo del escenario. En cambio, para hacer ¿Qué vas a saber?, que en disco canta con Eva Amaral, pidió que fueras los espectadores quienes asumieran la parte de la cantante zaragozana. En realidad, cantaron todas las partes.

Público durante el concierto de Love of Lesbian en el Festival Cruïlla 2025.

No todo el concierto mantiene la misma intensidad; frontman siempre generoso con el público, como cuando bajó del escenario para cantar La hermandad entre el gentío. Baño de multitud sin miedo al contacto, sudor contra sudor en el bochorno del Fórum.

La actuación, salpicada de piezas del último disco, caminó hacia el repertorio más popular, el de canciones como 1999, que Balmes recordó que tocaron en el Cruïlla en el 2010, y Belize (con el aliento nocturno de los teclados), tras la cual Balmes espetó: "Si desea que sigamos, debe decir: «Netanyahu cabrón»". Y continuaron con Allí donde solíamos llamar.

Ya hacia el final, después de tener palabras de pésame para la familia y los amigos de Toni Cruz y antes de la apoteosis habitual de Club de fans de John Boy, Balmes constató que entre las primeras filas había fans de Thirty Seconds to Mars, el grupo del actor Jared Leto que actuaba a las 23.20 h en el mismo escenario. Entonces pidió: "¿Qué tiene Jared Leto que no tenga yo?" "Veinte denuncias", replicó el guitarrista Julián Saldarriaga recordando que unas mujeres han denunciado a Leto por abusos sexuales.

Jared Leto durante el concierto de Thrity Seconds to Mars en el Festival Cruïlla 2025.
Jared Leto durante el concierto de Thrity Seconds to Mars en el Festival Cruïlla 2025.

Thirty Seconds to Mars: llamas y show de estrella de Hollywood

Jared Leto apareció en el escenario disparando llamas, con gafas oscuras y la pose de las estrellas del rock (o del cine) que miran el horizonte incluso cuando hablan de tú a tú. Pese a defender la propuesta de un grupo, la disposición escénica de Thirty Seconds to Mars es la de un solista narcisista. A la izquierda del inmenso escenario estaba su hermano, el batería Shannon Leto, ya la derecha y más bien hacia el fondo, el guitarrista Stevie Aiello. Todo lo demás era el dominio de Jared Leto, que salió con el ímpetu de canciones como Up in the air y Walk on water, rock alternativo con bases pregrabadas y voces duplicadas para tocar con el volumen al 11 y propulsado por estribillos que acabamos con "oh-oh-ohs".

El público participó con ganas, en este inicio que presagiaba un concierto poderoso. Pero los hermanos Leto no juegan bien con las dinámicas, y enseguida llegaron las pausas y las bajadas de tensión musical. A cambio, el actor que interpretó al Joker en elEscuadrón suicida aprovecha el carisma hollywoodiense para tomar decisiones como señalar a algunos espectadores para que suban al escenario a vivir la canción Rescue me. Al final del show repitió la operación, pero con unos cincuenta espectadores que mantuvo en un rincón del escenario rodeados de personal de seguridad. Daba la sensación de que estaban en un corral sin posibilidad alguna de que no fuera inmortalizar la humillación con el móvil. Solo un hombre escapó del control. Vestido con una camiseta de Motörhead, obtuvo el permiso de Leto para liberar a una mujer a la que a continuación, y con una rodilla en el suelo, pidió matrimonio.

En el concierto Thirty Seconds to Mars se repitió lo que ocurre a menudo en muchos festivales, que, a medida que te alejas de las primeras filas, el interés del público decae como las acciones de una empresa sin futuro. Y cuanto más vas atrás, más protagonismo toman las conversaciones de la gente. En el Cruïlla el público es muy hablador, sí, pero también sabe mantener el silencio cuando los artistas pellizcan en serio, que es lo que logró el estadounidense Leon Bridges en el escenario Vueling. Su arma: soul de alma blues y con excursiones funk que conectan con sesenta años de historia de la música afroamericana. Hay algo retro en la estética, también en la musical, pero el cantante tejano defiende la propuesta con una elegancia y profundidad emocional que cautivó al público que había dado la espalda a la pirotecnia de los hermanos Leto.

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