Música

Madness respetan la leyenda, la fiesta y la tristeza en el Poble Espanyol

El grupo británico ofrece una hora y media de grandes éxitos y sensaciones familiares en el Alma Festival

Graham 'Suggs' McPherson en el concierto de Madness en el Alma Festival 2025, en el Poble Espanyol.
05/07/2025
3 min

BarcelonaDetrás de la alegría rítmica del ska y los vídeos de pantomima del grupo británico Madness había grietas sociales y personales. Pero no querían drama, sino comedia, que es cómo la clase obrera británica se contaba a menudo en épocas de crisis. Y así había gente bailando canciones que no eran tan alegres como parecía, o que eran precisos retratos de familias trabajadoras hechos con versos costumbristas, como la inmortal Our house. Es la magia del pop británico heredero de los grandes narradores de la literatura inglesa. Lluís Gavaldà, de Els Pets, podría hacer una tesis doctoral sobre este tipo de canciones.

Por tanto, cada vez que Madness nos visita, hay que celebrar que unos jóvenes de Camden decidieran montar el grupo a finales de los años 70. Sólo hace falta que el concierto respete el legado. Ocurrió en 2022 en el Festival de Pedralbes, y también este viernes en el Poble Espanyol, dentro del Alma Festival. Por cierto, de las 20 canciones del repertorio, repitieron 18, y los únicos cambios fueron en el bloque central, cuando tocaron la versión de The harder they come, de Jimmy Cliff, y Grey day, del disco Madness 7 (1981), una canción de pop-dub con el eco alargando el final de la vuelta. El resto fue igual, familiar y conocido, incluso algunas bromas tronadas sobre las Spice Girls y los recursos de comedia de ladrones y serenos que promueve el saxofonista Lee Thompson desde hace más de cuarenta años. El cantante Graham Suggs McPherson, de 64 años, mantiene todo el carisma tras las gafas de sol y la forma de coger el micrófono; la voz no es lo que era, pero sabe explotarla dramáticamente, sobre todo en canciones como Lovestruck y Embarazo (con el característico juego de teclado y metal), y también en la más agria Mr. Apples (del álbum Can't touch us now, de 2016).

Madness a l’Alma Festival Poble Espanyol, Barcelona, 4 de juliol del 2025 Versionant ‘The harder they come’ de Jimmy Cliff amb imatges de la pel·lícula

[image or embed]

— Xavier Cervantes (@xaviercervantes.bsky.social) 4 de juliol del 2025, a les 22:43

Otra forma de ver el concierto es leerlo como una historia de Madness, un relato que empieza honrando al músico jamaicano Prince Buster (1938-2016), la influencia decisiva en el grupo británico. Abrieron la actuación versionando al maestro del ska (One step beyond), la tercera canción que tocaron fue The Prince, el primer sencillo de la banda. Entonces, el público que llenaba el Poble Espanyol ya bailaba comprometido con la cadencia rítmica del ska, moderadamente como corresponde a la media de edad de la audiencia. Y la penúltima canción fue Madness, la pieza de Prince Buster que da nombre al grupo de Londres. El relato sigue con el talento para el pop, el de My girl y Wings of a dove, por ejemplo, ahora cantadas con un tono más bajo pero igualmente emocionante, y pasa por el costumbrismo de Bed and breakfast man, otro prodigio pop que sitúa a Madness en una tradición compartida con otros retratistas de la naturaleza urbana como Ray Davies (The Kinks), y que incluye las incursiones por el lado oscuro de Mr. Apples.

Lee Thompson y Graham 'Suggs' McPherson en el concierto de Madness en el Alma Festival, en el Poble Espanyol.

Fue en la segunda parte del concierto donde se acumularon las canciones que les hicieron tan populares en los 80, cuyo éxito a veces escondía la tristeza o la vulnerabilidad de las historias de fondo. House of fun, Baggy trousers y Our house hicieron que el público acelerara el ritmo de la cadencia y el entusiasmo. El relato de la historia de Madness sería incompleto sin el contraste entre la oda al amor It must be love, la versión de Labi Siffre de que el público supo cantar con convicción, y la broma final de Night boat to Cairo, antes de la cual Suggs utilizó una toalla blanca para torear a Thompson. El concierto había terminado, pero el Poble Espanyol no se vaciaba, porque la gente mantenía la posición mientras los técnicos empezaban a desmontar el equipo y sonaba Always look on the bright side of life, la canción de despedida de la película La vida de Brian.

Madness a l’Alma Festival Poble Espanyol, Barcelona, 4 de juliol del 2025 ‘Our house’, o l’habilitat de certs grups britànics de pop d’explicar la classe obrera des de dins.

[image or embed]

— Xavier Cervantes (@xaviercervantes.bsky.social) 4 de juliol del 2025, a les 23:12
stats