Fotografia

Las fotografías de Francesc Boix que aparecieron dentro de un libro en Colorado

Las imágenes han acabado regresando a Catalunya y se exhibirán en la Biblioteca Poble-sec - Francesc Boix

Montaje con el libro y las fotografías de Francesc Boix
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BarcelonaLos libros pueden tener muchas vidas y esconder algunos aspectos personales de quienes los han leído: desde notas hasta cartas pasando por fotografías. Y cuando el propietario del libro muere, el destino puede recorrer caminos muy inesperados. Es el caso de dos fotografías de Francesc Boix y de una carta que estaban dentro del libro El fotógrafo del horror. La historia de Francesc Boix y las fotos robadas a los SS de Mauthausen (RBA - La Magrana), de Benito Bermejo, publicado por primera vez el 2002 y reeditado el 2015. El libro, con este contenido, lo recibió como regalo Kathleen Hammond, que es profesora de lengua española en la Universidad de Boulder (Colorado).

A Hammond lo apasiona la Guerra Civil y la poesía de Antonio Machado. El 2014 viajó a Barcelona e hizo la ruta que organiza Nick Lloyd por la ciudad para mostrar los escenarios de la Guerra Civil. "Allí me enteré de la historia de Francesc Boix y me fascinó. En mis clases hablo de la Guerra Civil y también empecé a hablar de Boix", dice la profesora norteamericana, que ha vuelto más veces a Barcelona y ha repetido la ruta, donde Lloyd invita a los turistas a hacer un viaje en el tiempo y plantarse en el 1936. Como el tema le apasionaba tanto, una alumna y una amiga suya le regalaron el libro de Bermejo, que es muy complicado de encontrar en los Estados Unidos. Era de segunda mano: "Cuando lo desenvolví, encontré una fotocopia y las dos fotografías de Boix. Una de ellas estaba enganchada al libro con pegatina y estaba firmada por Boix, datada el 29 de octubre del 1946 y se dirigía a Howard Pierson", explica.

La fotografía de Francesc Boix dedicada a su amigo norteamericano.
La dedicatoria que acompañaba las fotografías.

La otra fotografía mostraba al fotógrafo catalán sonriente, con la cámara colgada en el cuello, ante un avión, en el aeropuerto de Orly (París), el 15 de octubre del 1946. En la nota que acompañaba la fotografía se podía leer: "A mi gran amigo norteamericano, con la más profunda simpatía por la comunidad de la causa que nos une". Había la dirección de Pierson y en todo el libro notas escritas a mano en inglés explicando el significado de algunas palabras. "Cuando lo vi me entró mucha curiosidad, mi amiga me dijo que había comprado el libro en Amazon y vi que había sido propiedad de Pierson y que lo habían vendido sus herederos", detalla Hammond. "Descubrí que Pierson había muerto el 6 de enero del 2014 y sus bienes habían sido vendidos o repartidos. Pierson y Boix se conocieron en la base militar de Dachau después de que Boix declarara, se hicieron amigos y mantuvieron correspondencia", añade la profesora de Boulder, que quiso saber más cosas del amigo norteamericano de Boix.

Francesc Boix en el aeropuerto de Orly el octubre del 1946.

Boix estaba destinado al departamento fotográfico de Mauthausen, que se encargaba no tan solo de hacer fotografías de identificación de los presos, sino también de hacer fotos sobre diferentes aspectos de la actividad criminal que realizaban. En este departamento también trabajó, hasta noviembre del 1944, Ferdinand Grabowski. También formaban parte del equipo Antoni García, José Cereceda, Miroslaw Lastowka, Jan Gralinski y Andrzej Zdanowski. Tenían más posibilidades de sobrevivir que no los que tenían que arrastrar piedras gigantescas por una escalera inacabable. Boix y otros compañeros del departamento hicieron caso omiso de la orden de los jerarcas nazis de destruir el material fotográfico. Lo escondieron y lo exhibieron como prueba en Nuremberg y Dachau. Boix sobrevivió a Mauthausen, pero no a las consecuencias del cautiverio. Murió solo seis años después. En este corto periodo de libertad se ganó la vida como reportero.

Hammond descubrió que Bermejo había hablado con Pierson, a quien menciona un par a veces en el libro: "A lo mejor el mismo Bermejo le envió el libro a Pierson", cree la profesora. "Quería saber más sobre Pierson y leí que había sido periodista y militar, pero no averigüé mucha cosa más hasta que descubrí que había escrito un libro autobiográfico, Why I wasn't there [Por qué no estaba allí], donde explica el encuentro con Boix y también que había querido ir a Europa para luchar contra los fascistas, pero que no pudo ir hasta que acabó el conflicto. En el libro también explica que el gobierno norteamericano lo tenía en una lista negra porque de joven había participado en grupos comunistas y que esto afectó tanto su carrera militar como la académica, pero finalmente el gobierno norteamericano le pidió perdón", relata Hammond, que envió las fotografías a Lloyd. El guía británico las ha dado a la Biblioteca Poble-sec - Francesc Boix.

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