"De Caracremada me fascina la obsesión por defender unas ideas en las que creía desde joven"
Llorenç Capdevila novela la vida del último maqui catalán que murió luchando contra Franco
BarcelonaEl escritor Llorenç Capdevila (Alpicat, 1969) tiene cierta predilección por los personajes solitarios que huyen hacia delante sin posibilidad de volver atrás y hacia un destino que sólo puede ser la muerte. Publicó Serrallonga, el último bandolero (Proa, 2006) y el protagonista de su última novela, Le llamaban Caracremada (Empúries, 2024), es otro lobo solitario al que acabaron matando: el anarquista Ramon Vila Capdevila, más conocido comoCaracremada.
A Vila lo mataron un grupo de guardias civiles en verano de 1963 cerca de Castellnou de Bages, la población donde vive Capdevila. En concreto, lo emboscaron en la Creu del Perelló, tal y como recuerda actualmente una placa. "Es allí donde saltó la chispa que me hizo decidir a escribir la novela. Es una masía que está en ruinas desde 1945, cuando la Guardia Civil ejecutó a los últimos masoveros que allí vivieron porque escondían unos maquis . En el mismo lugar, dieciocho años después, el 7 de agosto de 1963, mataron a Caracremada.
Un anarquista de piedra picada
"Más que Caracremada, los protagonistas de esta historia son los perdedores de la guerra", añade el escritor. La novela no es una biografía del anarquista que decidió seguir luchando contra Franco, en solitario y malviviendo en los bosques y montañas, sino que existen elementos de ficción. "Me interesan estos personajes que luchan solos. Saben que sus acciones tendrán muy poco efecto, pero a pesar de todo siguen luchando porque piensan que es lo único que pueden y saben hacer", detalla Capdevila.
"Hay un momento en la novela que le preguntan a Vila si querría dejar la montaña y volver, y él responde que no tiene adónde volver porque el lugar donde nació ya no está, tiene una hermana a la que prácticamente no ha conocido y tampoco tiene hogar porque las personas a las que amaba están todas muertas. En el fondo, es también una reflexión sobre la soledad", añade el autor. Para Capdevila, Vila era un hombre muy conectado a la naturaleza: "Casi era como un animal del bosque, un poco indómito, un anarquista de piedra picada. Me fascina su obsesión por defender unas ideas en las que creía desde joven".
Ramon Vila que sale en la novela es el que ha creado Capdevila, pero el autor se ha documentado a fondo con todo lo que se conoce de su trayectoria y lo que hasta ahora se ha publicado de él o el que cuentan quienes le conocieron. El autor ha acudido a algunas charlas de Joan Busquets Verges (Barcelona, 1928), Senzill, un anarquista que actualmente vive en Francia y que luchó con Vila y Marcel·lí Massana. "Lo que explica Busquets es que Vila era una persona bastante cerrada, muy generosa y que era excepcional la forma en que se movía por los bosques y los caminos", asegura Capdevila. En la novela, el autor conecta Vila con personajes de ficción: Núria, una niña a la que matan sus padres, y Miquel, que también ha conocido de cerca la represión franquista. "Con esta historia he querido recuperar parte de la memoria colectiva y una lucha que se escondió durante mucho tiempo. Incluso cuando murió Franco, costaba mucho que se hablara de ello y, hasta hace poco, no s 'ha contado con rigor quiénes eran los maquis', dice Llorenç Capdevila.