Novedad editorial

Cristina del Puerto-Pez: "En los pueblos pequeños no hay sólo una lesbiana"

'Mujeres sin hombres' es la historia de una protagonista bloqueada por el dolor en un pequeño pueblo del Moianès

La escritora Cristina Del Puerto-Pez fotografiada en Barcelona
3 min

BarcelonaCristina Del Puerto-Pez (Manlleu, 2000) comparte tres cosas con Elisenda, la protagonista de su primera novela, Mujeres sin hombres (Empúries): ambas son lesbianas, les fascina Haruki Murakami y saben utilizar un hacha. A partir de ahí, toda la historia de esta mujer bloqueada por su identidad sexual y atravesada por el dolor de la pérdida de su madre es ficción. "Necesitaba escribir sobre el amor y el luto para entenderlos, pero me interesaba crear a alguien alejado de mí. No quería que me preguntaran si la protagonista era yo. Un día, corriendo, de repente visualicé a Elisenda, esta mujer un poco depresiva pero también bien Puerto", al final, ella y yo nos hemos dicho.

Ella tiene 24 años y es de la generación centennial, mientras que la protagonista ha nacido a finales de los años 70 y su historia recorre desde la adolescencia hasta la madurez, en un viaje emocional turbulento. sexual y las dificultades para aceptarse hacen que, a pesar de los esfuerzos por tener una vida como cualquier otra, todo le vaya en contra. Maria Aurèlia Capmany y Maria Mercè Marçal. A la vez, le toca vivir en un contexto extraño: cuando ella es adolescente el matrimonio homosexual ya es legal, pero también es todo muy secreto", dice la autora, que sitúa la historia en un pequeño pueblo del Moianès. el abuelo y pasa muchas horas con Anna, su amiga. Ella será su primer amor y será correspondido. Hay más de una, lo que ocurre es que no queremos verlo. También quería que ellas tuvieran su propia historia de amor, de la misma manera que todos hemos tenido un amor adolescente", subraya Del Puerto-Pez. se ha acostado con un hombre.

"Mi idea principal era mostrar una lesbiana que se pudiera enamorar, desenamorar, casar y divorciar. Si conquistamos el matrimonio homosexual también debemos conquistar el divorcio. La protagonista debe poder tener todas estas experiencias como cualquier otra persona", señala Del Puerto-Pez. De hecho, esta voluntad entronca con su mirada sobre la literatura encabezada por personajes queer. "Hasta ahora, toda la ficción queer se centraba en la salida del armario. Ahora hemos dado un paso más. Debemos explicar que tenemos vida más allá. Por eso me gustan tanto los libros deEva Baltasar, porque habla de cosas universales con el simple hecho de que las protagonistas son lesbianas. Ahora toca hacer mucha literatura en este sentido, es la forma más natural de normalizarlo", dice.

La fascinación hacia Haruki Murakami

Mujeres sin hombres está llena de guiños a la literatura de Haruki Murakami. La propia Elisenda es una tenaz seguidora, pero no sólo eso: de repente, en su vida se le aparece un gato misterioso que la conduce hasta un lugar onírico donde se enfrenta a su dolor. "Soy consciente de todas las críticas a la obra de Murakami, pero es un escritor que me fascina. Cuando hace tiempo que no le leo, le echo de menos. Siempre me interpela; sus libros me obligan a pensar", explica la autora. Ella juega con los elementos de realismo mágico para conducir la novela hacia la ambigüedad y la duda. ¿De dónde proviene todo ese dolor enterrado que arrastra a Elisenda? ¿Pueden heredarse los traumas? Y, sobre todo, ¿qué hacer, para remediarlo? La respuesta de todo esto sólo la tiene la misma protagonista y un fantasmagórico escritor japonés que le acerca la mano para adentrarse en la oscuridad y, así, encontrar una salida hacia el amor propio.

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