Feria del Libro de Guadalajara

"Desconfíe siempre de Javier Cercas de las novelas"

El escritor congrega a un público entregado en el primer día de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

Javier Cercas en el pabellón de Barcelona de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
30/11/2025
3 min

Guadalajara (México)Con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara inaugurada, el escritor Javier Cercas dio ayer el pistoletazo de salida literario en un apretado auditorio del pabellón de Barcelona, ​​ciudad en la que lleva veinticinco años viviendo aunque la mayoría siguen pensando que vive en Girona. Reparte su tiempo entre el Alt Empordà y la capital catalana. En la capital de Jalisco reunió a un público incondicional, entregado. "¡Ya viene, ya viene, qué emoción!", anunció una admiradora sentada en la segunda fila. La mayoría habían asistido a la sesión anterior para asegurarse un puesto en la charla del autor que saltó a la fama mundial con Soldados de Salamina cuando tenía 39 años y que ahora, a los 63 años, y coincidiendo con la muerte del papa Francisco, ha sacado El loco de Dios en el fin del mundo.

"Estoy muy feliz de estar aquí", se estrenó Cercas. "Y nosotros más", le respondieron desde el público. En conversación con la periodista Elena Hevia, el escritor hizo un repaso prolijo y apasionado de su vida y obra, tan entrelazadas: "A diferencia del periodismo y la historia, en la literatura, la ficción y la realidad siempre van mezcladas, siempre. La ficción pura no existe. Desconfíes siempre de Javier Cercas de las novelas, no hay dos. En Soldados de Salamina, por ejemplo, el narrador se llamaba como él y decía que era un relato real, "y hay gente que lo creyó". Aquí empezó todo, aunque ya llevaba tiempo escribiendo sin pensar que nunca se llegaría a profesionalizar.

"Las verdades de las novelas son ambiguas. Don Quijote está loco, un loco de manicomio, pero es un tipo lúcido y noble. Thomas Mann decía que las novelas dicen sí y no al mismo tiempo. Los escritores tenemos dos religiones: la ironía y la verdad, una verdad". Cercas ayer tenía ganas de charlar, de contarse. Se sintió cómodo. A la gente se le hizo corta la sesión.

"Creo que soy escritor porque soy un desarraigado. Esto es fundamental", explicó. Un desarraigo que, en su caso, dice que lo es "por partida doble": como hijo de inmigrantes extremeños que llegó a Girona con cuatro años, algo muy normal en Catalunya y España de los años sesenta. "Como decía Dalí, soy un supernormal". El otro desarraigo, que de nuevo le hace "supernormal", es el espiritual. ¿Cuántas personas de su generación dejaron de tener la fe en sus padres? Otra cosa es la cultura cristiana, que según Cercas nos empapa a todos. A los 14 años, a causa de un desengaño amoroso en el pueblo natal, al regresar solo y desesperado a Girona, empezó a leer Unamuno y ya no paró. Si hasta entonces había sido un hijo obediente y un buen estudiante, de repente dejó de ir a misa y empezó a fumar ya beber cervezas. "Aún no he salido de esa confusión", confiesa.

El libro relacionado con el Papa, al que acompañó a Mongolia y el que le permitió entrar en el Vaticano con toda libertad, es el de un ateo que se pregunta por la vida del más allá, y más en concreto, por la posibilidad de que su madre se reencuentre en el cielo con su marido y padre de Javier. "Es la pregunta del millón, claro, la de la vida y la muerte –dijo–. Las preguntas que se hacen los niños son las que me interesan". Según Cercas, todos los libros buscan la respuesta a un gran interrogante. "Y la respuesta es que nunca hay una respuesta clara, en la literatura de verdad no hay certezas. Y cuando te das cuenta, ya es tarde, ya estás enganchado. También en esto soy supernormal".

Como estamos en el pabellón de Barcelona, ​​hay que hacerle una pregunta retórica. Barcelona también está presente en su obra, ¿no? Y claro, va a estudiar a la universidad. "Era una Barcelona muy diferente, la Rambla era un lugar peligroso, yo vivía cerca. Era una ciudad increíble, con muchas bibliotecas y librerías. Yo iba a estudiar a la Biblioteca de Catalunya. Estudié y leí mucha literatura catalana. De hecho, tardé mucho en conocer escritores en castellano. Soy un ejemplo extraño de extrema comunicación entre el castellano, el catalán que eran un poco mundo aparte. Mi de entrada fue el de autores en catalán. Yo era un estudiante repulsivo. Básicamente, estudiaba y tenía novias.

En Guadalajara, la mayoría de los autores que ha traído la delegación barcelonesa escriben en catalán, pero los más conocidos del público mexicano son, por razones obvias, los de lengua castellana, empezando por el propio Cercas, como se vio ayer.

stats