La dureza inexpugnable de la rectitud y la bondad
'Quien salva una vida', de Núria Cadenes, reconstruye una red de evasión real en la Cerdanya durante la Segunda Guerra Mundial
- Núria Cadenas
- Proa
- 222 páginas / 20,90 euros
Más que una historia que se despliega, evoluciona y se va haciendo a medida que se suceden los hechos y se acumulan las situaciones y el argumento avanza, Quien salva una vida, de Núria Cadenes, es como un retablo a oscuras que poco a poco se va iluminando por paneles no consecutivos. La elección estructural que ha hecho la autora –capítulos cortos, cronología desordenada y tendencia a la expresión sintética y elíptica– da a la obra un aire más de rompecabezas complicado y esquivo que de relato o contarella fácilmente comprensibles.
Teniendo en cuenta que los materiales argumentales, humanos, sociopolíticos e históricos con los que está hecha la novela son muy habituales de un cierto tipo de narrativa con ansias comerciales –Guerra Civil Española, intrigas familiares con un toque folletoonesco, Segunda Guerra Mundial, nazis, pasos de frontera, un héroe improbable–, no es descartable explícitamente de las fórmulas más tópicamente best-selleristas. Si el escritor de este tipo de libros procura asegurarse cada cierto tiempo de que los lectores no se pierden y le siguen, a Cadenas no le importa, e incluso a ratos lo busca, que el lector se sienta desubicado, desconcertado, desorientado. Esto no impide que también nos dé asideros, que incluya frases puramente informativas que reubican y orientan, pero uno de los objetivos de la autora es recrear o evocar, estructuralmente, la confusión, la incertidumbre y el quebradiza de la época que retrata. Lo consigue.
Jugarse la vida
El protagonista de Quien salva una vida, el héroe improbable que ocupa el centro del retablo, es mosén Joan, un hombre de apariencia insignificante –"bajito", discreto, "ojos empañados"– que, detrás de su fachada de humilde cura de pueblo, esconde un religioso con una formación teológica de categoría europea, lo que resulta muy incómodo. franquista. Más definidor aunque su formación, es su temple ético: es un campeón de la bondad. La frase de la Mixná de donde Cadenes toma el título de su libro –"quien salva una vida, salva el mundo entero"– ya establece las coordenadas éticas por donde se mueve el padre Juan, que se juega la vida para salvar a una multitud de mundos enteros.
Alrededor de cura Juan y de su parroquia se articula una red de evasión, formada por hombres y mujeres de personalidades, historias de vida e ideologías diversas (hay religiosos, pero también comunistas y anarquistas). Esta red ayuda, desde la Cerdanya, a pasar la frontera a todo tipo de fugitivos del fascismo. Son años –el primer lustro de la década de los 40 del siglo XX– en los que la Cerdanya hace frontera entre dos fuegos: España franquista y Francia ocupada por los nazis, vía esvástica o vía Vichy. El riesgo, por tanto, era enorme, y la novela no esconde su condición de homenaje conmovedor: lo que se cuenta, tal y como explica la autora en la nota final, está basado en personajes y hechos reales.
Una de las principales virtudes de la novela es la capacidad de Cadenas para mostrar la figura de mosén Juan en toda su complejidad: sin claroscuros ético-morales, porque no la tenía, pero también sin exhibirlo bajo ningún tipo de luz hagiográfica. Cuando se cuentan historias como ésta existe el peligro de presentar la solidaridad y la bondad como virtudes blandas y cursis. Cadenas es consciente de que, en tiempos de crueldad y de injusticia, la rectitud, bondad y solidaridad requieren una fuerza inflexible y una dureza descomunal.