Literatura

Esplendor y miserias de la emblemática Ruta 66

En 'La ruta invisible', Jordi Galli recorre los casi 4.000 kilómetros del itinerario, de Chicago a Santa Monica, y ofrece interesantes reflexiones sobre el genocidio de los pueblos indios, la magnificencia de la naturaleza estadounidense y los efectos de la desigualdad económica

Barcelona"El viaje comienza cuando vuelvo, cuando empiezo a leer sobre el lugar donde he estado y descubro que no he visto nada", asegura Enrique Vila-Matas, uno de los autores que ha inspirado a Jordi Galli a escribir La ruta invisible (Cuadernos Quema, 2024). El editor barcelonés ha debutado poco antes de cumplir 60 años con una propuesta singular que parte de los casi 4.000 kilómetros que el autor y su pareja recorrieron en el 2016, siguiendo toda la Ruta 66, que arranca en Chicago, capital del estado de Illinois, y llega hasta California, pasando por otros seis estados, entre ellos Missouri, Texas y Nuevo México.

"Fue un viaje poco planificado, durante el cual no tomé nota alguna, salvo hacer algunas fotos –recuerda el autor–. Desde que volvimos pasaron dos años hasta que anoté las primeras impresiones" . Galli, que desde la década de los 80 ha sido librero, corrector y editor en Círculo de Lectores, Plaza & Janés, Grijalbo y Conecta, nunca antes había terminado ningún texto de autoría propia. "Tengo algún poema en antologías y he escrito varios cuentos –comenta–. La base real de la que parte La ruta invisible resuelve un primer elemento que me permite jugar con mayor comodidad". Al igual que Vila-Matas, el autor se sirvió de lo que investigaba tiempo después de hacer la ruta para construir una serie de "postales" que fueron evolucionando y que no tienen nada que ver con la mirada de un turista (aunque también se permita ironizar sobre la hipotética pureza de los viajeros) Establecida en noviembre de 1926, la Ruta 66 "es un eje de construcción social, económica y sobre todo cultural", explica. "Es el reflejo de una frontera en constante expansión, muestra también la extinción de los pueblos nativos, la separación con la negritud, la desigualdad económica... Si el libro no se detuviera en todo esto, la mirada sería más superficial y arquetípica, en la línea de lo que quieren ver muchos de sus visitantes".

Jordi Galli invita al lector a descubrir figuras como la del empresario y mecenas Stanley Marsh 3, que patrocinó acciones artísticas como la del Cadillac Ranch, que se puede ver en las afueras de Amarillo (Texas). "Es un peculiar monumento de pop-art con aires de un Stonehenge contemporáneo ideado en 1974 por un grupo de arquitectos de San Francisco que se hacían llamar Ant Farm", leemos en La ruta invisible: consiste en diez coches Cadillac clavados en el suelo que van sumando las capas de pintura, grafitis y dibujos que hacen algunos turistas y pasavolantes. "Hay lectores que me han comentado que cuando hablo de Cadillac Ranch no menciono la famosísima canción homónima de Bruce Springsteen –dice Galli–. No tengo nada en contra, pero se trataba de ir un poco más allá".

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Dos pianistas ilustres y la nación de la capital india

A partir de un paseo por Chicago, el autor acaba hablando de la relación entre dos pianistas ilustres que tocaron en la ciudad, Sviatoslav Richter y Glenn Gould. La visita a la pequeña ciudad de Gallup, en Nuevo México, le invita a reivindicarla como "nación de la capital india" y explica su cautivadora danza del bisonte por parte de un grupo de nativos zunis. "La América blanca de los colonos y las caravanas, las iglesias y los rodeos –anota en el libro– es el imaginario colectivo de una mitología del origen que se impone sobre cualquier identidad disidente y la desplaza al extrarradio del folclorismo: la valla en una carpa para turistas y la relega al papel subsidiario del Sitting Bull de los espectáculos circenses de Buffalo Bill y su cartón piedra de su Wild West".

La estancia en Ghost Ranch, a un centenar de kilómetros de Santa Fe –también en Nuevo México–, le instiga a profundizar en la vida y obra de la pintora Georgia O'Keeffe, que vivió allí durante más de cinco décadas. "O'Keeffe me interesa mucho más ahora que he leído reportajes y libros que cuando fuimos al Ghost Ranch", admite Galli. El capítulo que dedica, La gran pintura americana,explora cómo el paisaje del desierto influyó en el artista, que tuvo que luchar contra los prejuicios masculinos. "Sabía que si no eliminaba de mi obra todo rastro de género acabaría siendo descalificada en el contexto machista de Los Ángeles", opina O'Keeffe, citada por el autor de La ruta invisible. Aún menciona otra perla de la estadounidense: "Los hombres me desprecian cuando me consideran la mejor pintora. Yo creo que soy uno de los mejores pintores".

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Tierra de neones y de peligros diversos

Por el libro hormiguean recortes de historia del país, desde la expansión colonizadora hacia el Oeste durante el siglo XIX hasta el recuerdo de la gran expedición que navegó por las aguas del río Colorado, capitaneada por el mayor John Wesley Powell en 1869 , o las décadas de esplendor de las luces de neón a lo largo del siglo XX. "Los neones y las figuras gigantes que vemos a lo largo de la ruta, los cowboys y los astronautas, tan del gusto local, son el reflejo de un país de espacios enormes en los que la desproporción es la pauta –escribe Galli–, ya se trate del paisaje natural, la arquitectura, los vehículos, el peso de las hamburguesas o la cantidad de huevos que las camareras de cualquier cafetería consideran que debe tener un desayuno estándar". En una de las asociaciones más brillantes del libro, el autor explica que en la ciudad de Amarillo hay uno de los depósitos más grandes del mundo de helio, gas que se utiliza en las luces de neón para producir el color amarillo: "Hubo una época en que los tubos de luz dorada de casi todos los neones del mundo contenían algo de ese solo amarillo que Amarillo guarda bajo tierra".

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En Las Vegas de Nuevo México (no la de Nevada), la pareja coincide con una concentración de cientos de motoristas, lo que les obliga a evocar la icónica película Easy rider (Dennis Hopper, 1969). Cuando se encaminan hacia el impresionante parque natural del Petrified Forest, en Arizona, un aviso les alerta de la proximidad de un incendio, y durante la excursión por el Gran Cañón del Colorado les sorprende la abundancia de señales que advierte pasavolantes de los múltiples peligros a los que se enfrentan, entre ellos ardillas agresivas: en los últimos 150 años han muerto casi 800 personas "por caídas, golpes de calor, problemas cardíacos, deshidratación, hipotermias, impacto de piedras o de rayos , accidentes de aviación o incluso homicidios".

"Aunque Estados Unidos no tenga una historia tan larga como la de Europa, en muchos lugares puedes detectar capas de progreso que van sobreponiéndose –dice Jordi Galli–. Si la Ruta 66 se estableció en mediados de la década de los 20, a finales de los 50 llegó la Interestatal 40, una autopista necesaria que modernizó parte del recorrido, pero que sepultó a algunos pueblos que antes se encontraban a pie de carretera y que desde entonces quedaban apartados" . El autor de La ruta invisible explica dos casos muy diferentes: "El pueblo de Cuervo, en Nuevo México, no pudo pagarse la salida de la Interestatal y acabó desapareciendo. En Seligman, Arizona, gracias al empuje de un personaje como el barbero Angel Delgadillo , potenciaron que la ciudad formara parte de la ruta histórica y le han acabado convirtiendo en una especie de parque temático que vive del turismo".

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La ciudad de las estrellas y de los estrellados

Jordi Galli y su pareja tardaron todo un mes en cubrir el trayecto que termina en la playa de Santa Monica, junto a Los Ángeles. Es en la megalópolis de California que el lector tiene un par de revelaciones significativas. La primera tiene que ver con la creciente y preocupante desigualdad en Estados Unidos: "A diez minutos a pie del ayuntamiento de Los Ángeles está Skid Row, una zona de una cincuentena de manzanas llena de tiendas de campaña y cobijos precarios de cartones y lonas donde malviven más de 10.000 personas La sociedad las ha ido expulsando progresivamente –dice el autor– Una quinta parte son menores o veteranos del ejército”.

La otra tiene que ver con el alma de la ciudad: "Cuando Griffith Jenkins Griffith pagó la construcción del Observatorio de Los Ángeles creía que ese edificio sería el centro de Hollywood, el lugar desde donde se podrían ver a las estrellas, pero se equivocaba: las estrellas están en el suelo, en el Walk of Fame de Hollywood Boulevard". Es durante el paseo entre grandes figuras vinculadas al mundo del cine –de Jerry Lewis a Henry Mancini, pasando por Groucho Marx y Anthony Perkins– que el autor de La ruta invisible visita la estrella de una tía bisabuela suya, Amelita Galli, la soprano de coloratura italiana más célebre de principios del siglo XX. Galli inició su carrera americana en 1916 en la Ópera de Chicago, ciudad de origen de la Ruta 66. Su pariente catalán ha empezado una prometedora trayectoria literaria.

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CINCO GRANDES LIBROS DE VIAJES QUE TAMBIÉN SON NOVEDAD

1.

'Viaje del condottiero', de André Suarès

Aunque fue uno de los grandes puntales de la prestigiosa Nouvelle Revue Française, la obra de André Suarès (1868-1918) ha sido tragada por el tiempo, defiende el escritor y traductor Patrick Gifreu en el prólogo de Viaje del condottiero. En este libro de 1932, el autor francés recoge sus viajes a Florencia, Venecia y Siena. Inédito hasta ahora en catalán, ha sido publicado recientemente por la exquisita editorial mallorquina Quid Pro Quo.

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2.

'El imperio veneciano', de Jan Morris

La autora galesa Jan Morris (1926-2020) dedicó varios libros a Venecia que Gallo Nero ha ido recuperando en español. En este caso explora el imperio marítimo de la república veneciana, que se esparció durante seis siglos hasta Grecia, Creta y Chipre.

3.

'La ruta azul', de Josep Maria de Sagarra

Club Editor ha vuelto a poner en circulación un libro emblemático, escrito a principios de la década de los 40, donde el autor de Vida privada explica el viaje de boda a la Polinesia Francesa. La prosa ágil y sabrosa de Josep Maria de Sagarra (1894-1961) transmite las luces y sombras del exotismo con la mirada de un europeo socarrón de la época.

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4.

'Del Born al Plata', de Santiago Rusiñol

La mirada astuta, irónica e implacable de Santiago Rusiñol (1861-1931) abunda en las crónicas que escribió durante el medio año que pasó de viaje a Argentina a principios del siglo XX. El volumen llegará a librerías la segunda semana de julio en Edicions del Cràter.

5.

'La otra Venecia', de Predrag Matvejevic

Un buen homenaje al escritor bosnio y croata Predrag Matvejevic (1932-2017) es volver a uno de sus libros emblemáticos, La otra Venecia (2003). Traducido por Pau Sanchis Ferrer y publicado por LaBreu, ofrece una imagen singular y completa de la ciudad y de las numerosas mutaciones que ha sufrido con el paso del tiempo.