Las primeras veces

Ignasi Moreta, el amigo y editor que hace del mundo un sitio más habitable

Ignacio Moreta.
03/10/2025
2 min

BarcelonaConocí a Ignasi Moreta en el 2017, un año lleno de contrastes en mi vida: se ganó un referéndum, pero se perdió un país; y Ordre i Aventura perdió las elecciones en la junta del Ateneu Barcelonès, pero gané a un puñado de amigos queridos. Ignacio es uno de ellos.

Para quien no lo conozca, Ignacio es fundador, director literario y editor de Fragmenta, una editorial independiente catalana que publica libros clásicos y de ensayo en el ámbito de las humanidades, sobre todo en filosofía y religión. Tiene dos doctorados, es profesor de la UAB y autor de dos libros de la editorial: No te hagas poner ceniza. Pensamiento y religión en Joan Maragall(2010) y No tomarás el nombre de Dios en vano (2023); también es miembro del comité editorial que publica las obras completas de Maragall.

Lo conocí cuando empezó a salir con mi amiga (y mejor escritora) Anna Punsoda. Pronto empezaron a vivir juntos y, como éramos casi vecinos, me invitaban a cenar a menudo. Ignacio es una de las personas más cultas que conozco y, además, también prepara un gran gazpacho y unas no menos exitosas cremas de verduras. Al principio, me sentía insegura por toda esa cultura y por su catalán, mejor que el de Pompeu Fabra. Pronto descubrí que, detrás de la erudición, se escondía una gran humanidad. Es un señor de Barcelona humilde, muy divertido y una fuente inagotable de anécdotas del mundo literario catalán.

Una vez llevé un flirt a su casa, una historia que no tenía ni pies ni cabeza, de esas de mi treintena que acabaron en un libro. El rostro de Ignacio, aterrado, fue la señal de alarma que necesitaba: esa misma noche decidí que ya era suficiente de tanto sin sentido. Desde entonces, cuando me gusta alguien (aunque cada vez me cuesta más, será la perimenopausia) me pregunto: ¿qué pensaría Ignacio? Se ha convertido en mi Pep Conciencias del amor romántico.

Hoy escribo estas líneas de vuelta de la inauguración del nuevo Espai Fragmenta, un punto de encuentro para toda la comunidad de lectores que la editorial ha reunido a lo largo de los años. Ignacio, como buen hombre del Renacimiento que es, no sólo ha llenado el espacio de libros y palabras llenas de significado (que quizá learemos pronto en un ensayo titulado Elogio de la tarima), sino que ha hecho él mismo las estanterías donde se expone el catálogo, con destornillador y martillo, como un san José del siglo XXI.

Quisiera acabar rescatando las palabras de la zoóloga y primatóloga Jane Goodall, que ha fallecido esta semana a los 91 años: "No puedes vivir ningún día sin tener un impacto en el mundo que te rodea. Lo que haces tiene un impacto y debes decidir qué tipo de diferencia quieres tener". Ignasi Moreta, como Goodall, es uno de esos humanos que cada día trabajan para hacer un mundo mejor. Me siento afortunada de ser amiga suya y poder vivirlo de cerca. ¡Desde esta tarima sólo le pido que vuelvan pronto a Can Fanga, que les echo de menos y en la capital no vamos tan sobrados de barceloneses de pura cepa como para tenerlos exiliados en las tierras duras del país!

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