BarcelonaLa literatura es una herramienta fantástica para mirar hacia adelante, pero también para mirar hacia atrás. A través de la ficción, los buenos escritores han sabido hacer revivir paisajes y tiempos que ya no volverán y que moldearon la forma de ser de las personas que vivían allí. El eco de todo ello ha quedado definido en las leyendas, que en otras épocas eran el pilar fundamental de la literatura oral y que algunos autores han transformado e incorporado a sus obras para reivindicar su importancia. Es el caso de Berta Creus y Miquel Martín Serra, que acaban de publicar novedades literarias y que, a pesar de las diferencias tanto narrativas como estilísticas que les separan, coinciden en servirse de la ficción para explorar la importancia de las historias orales y el peso de la herencia de los pueblos.
Miquel Martín i Serra: cuando la leyenda de un ancestro define quién eres
Si las personas están hechas de leyendas, la que determina la protagonista de Ganarás un mar lisa (Ediciones del Periscopio) tiene el olor de la pérdida y el color del coral. Después de alcanzar un fulgurante éxito de ventas y crítica con El atajo (Periscopio, 2020), Miquel Martín i Serra (Begur, 1969) vuelve a las librerías con una novela familiar, que ha reescrito a partir de un título anterior, Cabello de Medusa (Curbet, 2007), y en la que captura de nuevo el pasado de un pueblo de la Costa Brava con una riqueza lingüística excepcional. En Ganarás un mar lisa, la protagonista es una escritora begurense que no puede quitarse de la cabeza una leyenda familiar.
La historia, transmitida generación tras generación, dice que su bisabuelo Espiridió debe el nombre a un juramento hecho por su abuelo, un pescador de coral que naufragó y acabó en una isla griega remota. El relato es el eje central del libro y tiene una base real: el propio Martín y Serra lo había oído explicar en casa y decidió averiguar qué había de cierto. Así, el primer tercio de la novela sigue la búsqueda de la escritora en torno a esta historia, en un proceso similar al que hizo el autor, siendo la última parte la leyenda escrita a partir de los hallazgos hechas. "Me surgieron dudas y decidí estirar el hilo en torno a esta leyenda. Donde no han llegado los hechos, ha llegado la ficción", señala Martín y Serra.
Pero la aventura del coralero no es la única leyenda que habita la novela. La protagonista tiene una fuerte relación con el pueblo y con sus raíces, que procura traspasar a la hija entreteniéndola con historias de animales fantásticos, como la de sa Gona y el dragón del cabo de Begur, la del monstruo de la cueva de San Pablo o la de la serpiente del Puigcalent. "Las leyendas son una forma de conocimiento del entorno, de la forma de hablar y de vivir", subraya el escritor, que a través de estos relatos –la gran mayoría vinculados al mar– busca reflejar "cómo era ese universo marítimo y cómo se van enlazando y transformando generación tras generación".
La cara y la cruz de la transformación del entorno
Todas estas historias orales son la puerta de entrada a un mundo que ya se ha extinguido pero que Martín Serra hace revivir mediante la literatura. "Esto ya forma parte de mis obsesiones como escritor. No se puede idealizar la vida de los coraleros y de los pescadores de hace 100 años, porque era durísima, al igual que la de los campesinos. Pero a veces me pregunto hasta qué punto el turismo nos ha hecho bien o nos ha hecho daño. Nos ha dado más libertad, pero al mismo tiempo nos ha hecho más esclavos; tenemos una vida más llana, pero nos hemos cargado el paisaje", dice el autor.
Para plasmar aquella Costa Brava de pescadores, carreteras remotas y chimeneas humeando, Martín y Serra recurre a la lengua. La novela se articula con el hablar salado del litoral ampurdanés y con palabras y expresiones prácticamente desaparecidas como refrescarse, todo nos va a la orza y cuando se solo se acuesta con saco, lluvia peso cabeza. "Se ha perdido el hablar salado que, hasta hace poco, era común en estas zonas y también han desaparecido expresiones, léxico, frases hechas y refranes relacionados con el trabajo de los pescadores y del campo. En el momento en que lo recuperamos, recuperamos un mundo", subraya el escritor, que añade que "no se trata de un catalán con palabras enrevesadas, sino de un habla que todavía conserva palabras relacionadas con la tierra y el mar, mientras que nosotros ya las hemos perdido porque tendemos a la generalización".
Todo ello desemboca en una novela capitaneada por la herencia familiar y el peso de los ancestros sobre los personajes del presente. "Normalmente, conocemos a los abuelos y quizás a los bisabuelos, pero más allá difícilmente tenemos información. En cambio, hay familias que tienen un sentimiento de pertenencia a su estirpe muy fuerte y han mantenido viva su memoria –apunta Martín y Serra –. Es el caso de la protagonista: su vida como escritora tiene sentido porque está muy vinculada al paisaje, a la tierra, a la lengua ya las historias que le han contado".
Berta Creus: dar voz a las piedras de un pueblo abandonado
"Soy una loca de los pueblos abandonados. Me encantan", admite Berta Creus (San Martín de Tous, 1986), que acaba de publicar Hasta la última piedra (Malas Hierbas). Esta pasión poco común late con fuerza en un libro difícil de encasillar, porque se encuentra a caballo de la recopilación de cuentos y la novela, y que destaca, de entrada, por un planteamiento singular. Creus imagina a un recién llegado en una aldea abandonada a la que ha llegado buscando respuestas. Entre las ruinas de casas deshabitadas, una anciana se lleva las piedras lejos del pueblo porque hablan: cuentan leyendas.
"Un lugar abandonado es la historia de un fracaso. Me alucinan estos lugares porque tengo la sensación de que están llenos de historias", dice Creus, que reconoce que esa obsesión le viene, en parte, del lugar donde nació, en Anoia: "San Martín de Tous es un pueblo de leyendas. Están en todas partes". Algunas de estas leyendas las ha incorporado en el libro, relatadas en voz de las piedras. Otros rescatan a personajes característicos de la mitología catalana e incluso algunos se las ha inventado. "Las leyendas me interesan porque son un traspaso oral de información. Reflejan cómo acaba impregnando la cultura general de un lugar", subraya la escritora.
En el libro, las vivencias del protagonista configuran su columna vertebral, y las leyendas se van entroncando con su pasado. El hombre ha nacido en Barcelona, pero su historia es el relato de la gente que tuvo que irse del pueblo. Creus no se ha inspirado en ningún lugar en concreto, sino que imagina una aldea "que podría ubicarse en el centro de Catalunya y especialmente en la comarca de la Segarra, donde muchos pueblos se están muriendo", señala.
Más poética que narrativa
Creus es traductora, ha publicado varios relatos y también conduce a clubes de lectura. Su vínculo con la literatura viene de lejos y está marcado por autores como Juan Rulfo y Víctor Català. De esta última ha extraído, justamente, el interés por el lenguaje, que en Hasta la última piedra se refleja con el uso de localismos, neologismos y formas verbales en desuso. "Como lectora soy muy exigente con la forma en que están escritos los textos. Me gusta que tengan un lenguaje más poético que narrativo, y disfruto trabajando la forma", destaca la escritora.
La lengua también es, añade, una forma de conectar con los personajes y con el legado de la comunidad. "Me he criado en un pueblo pequeño, y la vida allí es muy intensa. La comunidad te marca mucho, porque cada una tiene unos rasgos característicos en cuanto a personalidad y formas de hacer que luego tú acabas arrastrando", reflexiona. Estas particularidades, añade, se perciben sobre todo en los relatos de cada lugar: "Las historias que pasan en el pueblo son la muestra de la herencia que acabas recibiendo".
- 'Canto yo y la montaña baila' de Irene Solà (Anagrama)<p>La segunda novela de Irene Solà desarrolla un universo polifónico de seres fantásticos y criaturas del bosque que son, precisamente, las protagonistas de las leyendas de la obra. Estos relatos de carácter más mágico se articulan a partir de la historia de Mia, mucho más terrenal, y es cuando Solà se aleja de ella que da pie a la imaginación propia de los cuentos del borde del fuego.</p>
- 'Los chicos' de Toni Sala (L'Otra)<p>La novela de Toni Sala, que inauguró el catálogo de La Otra Editorial en el 2014, es una historia realista que, de repente, vira hacia la leyenda. En concreto, uno de los personajes, Nil, choca con el relato de las calderas de Pere Botero, que la maestra les cuenta desde el lugar donde supuestamente pasó. Sala rescata así a una de las leyendas más incendiarias y temibles de la mitología catalana.</p>
- 'Una historia es una piedra lanzada al río' de Mònica Batet (Angle)<p>El folclore y los cuentos populares de la Rumanía del dictador Ceaucescu son la materia prima de la última novela de Mònica Batet. La tradición oral sirve a la escritora para dotar de sentido a las vidas de los protagonistas, investigadores del folclore nacional que analizan al detalle todos los elementos de los relatos y las leyendas.</p>
- 'Montañas Malditas' de Pep Coll (Empúries)<p>Antes de cultivar prolíficamente su faceta como escritor de novelas, Pep Coll se convirtió en especialista a la hora de recoger y adaptar leyendas. Son buenos ejemplos recopilaciones como 'Montañas malditas' (Empúries, 1993), 'El rey de la Val d'Aran' (Empúries, 2003), 'Mientras el mundo será mundo' (Empúries, 2006) y 'Leyendas de todas partes de Cataluña'</p>