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Teoría y práctica del bien follar

'Teoría del juego', de Arià Paco, despliega toda una educación sentimental y política de la generación de los mems, los 'whats' y todo tipo de tics milenniales

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13/04/2025
3 min
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'Teoría del juego'

  • Arià Paco
  • Anagrama
  • 250 páginas / 18,90 euros

La teoría de juegos estudia, en una decisión, cuál es la elección óptima de un individuo cuando los costes y beneficios de cada opción no están prefijados, sino que dependen de las elecciones de otros individuos. La novela de Arià Paco, último premio Libros Anagrama, podría definirse como la plasmación juguetona de esta teoría: un experimento filosófico y literario que es a la vez el retrato de una generación y un tratado sobre las relaciones entre los individuos que la conforman. Un experimento que le ha salido francamente bien, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad del reto que se había planteado el escritor de Igualada, que ya había firmado una buena novela sobre su ciudad: Cobarde, vieja, tan salvaje. Si allí trazaba con acierto y vigor el fin de la juventud y de la forma de amistad ligada, aquí lo que pretende es escribir la Primera Gran Novela sobre un concepto tan resbaladizo y que ha hecho supurar tanta tinta como las Nuevas Masculinidades.

El libro arranca con un prólogo más o menos metaliterario, al final del cual se nos dice que todavía no ha empezado la novela. Es un decir. Una mujer advierte a alguien que quiere escribir sobre el deseo y el amor: "Eres un tío, y un escritor debe pertenecer a su tiempo, no puedes escribir hoy obviando que eres un tío". La lucha entre el escritor y los materiales de los que quiere hablar siempre es enconada, pero cuando alguien pretende escribir sobre los hombres que quieren comportarse según unos parámetros nuevos, distintos de los que hasta ahora habían regido las relaciones de poder entre ellos y las mujeres, la lucha es más desigual que nunca. El escritor elige un arma más bien clásica para la batalla –la pura ficción– y, una vez terminado el prólogo, pasa a tercera persona y empieza a describir la vida de un tal Ernesto: del niño encantador pasamos al despertar sexual del adolescente y desembocamos en el joven perdido de las nuevas noticias amor y las del sexo. Con él, conocemos a dos mujeres que tienen formas y normas muy diferentes de amar, y unas cuantas maneras más de follar: atención a algunas escenas de sexo memorables. Y, como él, pasamos de una mujer a otra, de una escena a otra, lectores seducidos por la inteligencia y el savoir faire del escritor, que escribe con una prosa dúctil, con el justo punto de lirismo cuando hay que detenerse y con una efectividad absoluta cuando se debe avanzar. Sabe hacer reír con las peripecias del autor de un ensayo de éxito sobre las nuevas masculinidades, y hace pensar sobre los límites de la literatura: "El enamoramiento flamante, ¿qué agarradero literario tiene?"

Caminar sin indicaciones ni caminos trazados

La novela despliega toda una educación sentimental y política de la generación de los mems, los whats y todo tipo de tics milenniales. Es una muy buena elaboración literaria de los efectos de la pandemia en los jóvenes: como si la desgracia que lo borró todo les permitiera dibujar un mundo nuevo. También contiene una descripción algo melancólica de la despolitización de los seguidores de la izquierda alternativa. Y es, sobre todo, una celebración del deseo sexual como fuerza motora de la vida, una fuerza que sigue impulsando a unos hombres (y unas mujeres) que deben caminar sin indicaciones ni caminos trazados: todo lo que intentan hacerlo deben inventarlo y todo lo que intente escribir un escritor nacido en 1993 también Dickinson en Platón, de Sally Rooney a Doris Lessing. La literatura y la filosofía alimentan tanto como la comida o el sexo, y los personajes de Teoría del juego lo saben y lo practican en la que es una de las novelas del año.

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