Lluís Gibert: "Me gusta descubrir historias que cuenten realidades insospechadas"
El investigador y profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra recomienda la obra del geólogo Jon Kalb
BarcelonaLluís Gibert, investigador y profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, lleva muchos años investigando en los yacimientos de Orce, una pasión que compartió con su padre. Recientemente, Gibert publicó una investigación que sitúa los restos humanos encontrados en Orce como los más antiguos del continente europeo. Josep Gibert, el padre de Lluís Gibert, encontró el cráneo de Orce en 1982. Entonces el hallazgo generó cierta polémica, porque se cuestionó que el cráneo fuera humano. Por último, quedó claro que sí lo era. El libro que él recomienda leer está de algún modo vinculado a su historia personal. "Me gusta descubrir historias que cuentan realidades insospechadas. Aterricé en Etiopía por primera vedada en el 2012. Hacía unos años había sido expulsado injustamente, junto a mi padre, de los yacimientos de Orce (Granada), y le comenté a una geóloga, Naomi Levin, mi historia", explica.
Levin le recomendó el libro de Jon Kalb Adventuras en el buen trade: Race to discover human ancestors en Ethiopia's Afar depression, publicado en inglés por Copernicus Books (Aventuras en el comercio de huesos: la carrera por descubrir antepasados humanos en la depresión de Áfar en Etiopía). "Cuando volví a Barcelona lo leí de inmediato y descubrí una historia humana injusta pero fascinante: la historia de Jon Kalb", dice Gibert. Cuando en 1973 Kalb organizó la primera expedición al desierto de Áfar, su equipo descubrió el primer fósil humano en Hadar. Sin embargo, otro de los investigadores, Donald Johanson, lo explicó en una rueda de prensa sin informar a los compañeros del hallazgo. Kalb lo encontró poco ético y se marchó. Un año más tarde, se descubrió en Hadar el famoso esqueleto de Lucy. "El libro explica todas las dificultades que sufrió Jon Kalb, que fue acusado de ser un espía de la CIA infiltrado en Etiopía, para poder seguir investigando. Tuvo que abandonar el país en 1978", detalla Gibert. Dos semanas después de su expulsión, los permisos para trabajar fueron transferidos a un equipo de la Universidad de Berkeley, que realizó grandes descubrimientos que les dieron mucha notoriedad. Desde EEUU, Kalb investigó el origen de las acusaciones y llevó a juicio a la National Science Foundation, que reconoció que estos rumores condicionaron la denegación de fondos para investigar. "Jon Kalb murió en el 2017 y muy poca gente conoce su historia, que, sin duda, vale la pena leer y recordar", dice Gibert.