El motivo más insólito para apuñalar a un amigo

BarcelonaNo hace mucho se supo que un antiguo profesor de letras ruso había sido detenido en una región de los Urales como sospechoso de haber apuñalado a un amigo suyo mientras hablaban ―ahora ven, esto es una conversación como es debido― de géneros literarios. La víctima sostenía que la única literatura en serio era la prosa, mientras que el acusado sostenía lo contrario: no hay literatura mayor que la que se ha escrito en verso.

El profesor sería de esos rusos que han leído Pushkin y que, con toda razón, consideraba al padre de las letras contemporáneas de Rusia como un gigante, insuperable. Josef Brodsky, premio Nobel de literatura, vino una vez a Barcelona y, en vez de hablar de su obra, en una conferencia pública, se puso a recitar de memoria cientos de versos delEugeni Oneguin que, de hecho, puede ser considerada una novela. Se entiende que el asesino acabara con la vida de uno que admiraba las novelas de Goncharov, de Tolstoi o de Pasternak, que son muy buenas pero prosaicas, más que Pushkin.

Los dos hombres, uno todavía vivo, otro difunto, se habrían podido entender perfectamente. En todas las literaturas, lo primero que se inventó fueron los versos y, con el tiempo, nacieron las literaturas en prosa: discursos, historia, filosofía y narraciones. Esto ha determinado, históricamente, que la prosa, ella también, se sienta obligada a poseer unas determinadas cadencias musicales que no llegan a ser versos, pero que se avecinan, porque suenan. La primera frase deEl Quijote comienza con un octosílabo y un decasílabo: "En un lugar de la Mancha / de cuyo número no quiero acordarme..." La primera frase de la Recherche, de Proust, posee una musicalidad ―como todo el libro― que hace daño traducir: "Longtemps / je me suis acostado de bonne heure" no es lo mismo que "Durante mucho tiempo me acosté temprano en la cama", que sería una traducción de musicalidad aceptable.

Por eso, cuando el señor Jourdain, en El burgués hidalgo, de Molière, resumía su teoría de los géneros diciendo que "todo lo que no es verso es prosa", cometía un error gravísimo. Toda la prosa debe esforzarse por acercarse a la belleza de los versos y mala cosa cuando una prosa se vuelve espinosa, sincopada y antimusical.