Literatura

Muere la emblemática librera Montse Serrano a los 69 años

La barcelonesa capitaneó durante décadas la librería Bernat del Eixample barcelonés

Montse Serrano tiene claro que para llamar la atención es necesario hacer cosas diferentes, y lo lleva a la práctica: el último proyecto, el libro a demanda.
24/11/2024
2 min

BarcelonaCualquier visitante que, durante los últimos quince años, entraba en la librería +Bernat de la calle Buenos Aires quedaba admirado de la energía y contundencia de su librera, Montse Serrano. El negocio y “almacén de cultura” –tal y como se podía leer en debajo del rótulo de entrada– ha perdido este domingo su alma, una barcelonesa apasionada por la literatura con una larga trayectoria en el mundo del libro, que ha fallecido a los 69 años a consecuencia de una larga enfermedad.

Nacida en 1955, Montse Serrano se licenció en Ciencias de la Información y el agresivo linfoma que padeció no le impidió convertirse ne emprendedora. Fue en 1978 que, junto a su amiga Isabel del Castillo, abrió por primera vez la librería Bernat en la calle Buenos Aires. "Lo primero que noté trabajando fue el olor mágico de los libros", explicaba en el año 2019, cuando hizo memoria de su vida en Todo ocurre en la calle Buenos Aires (Ediciones +Bernat). Eran tiempos de renovación, en el sector editorial: "Tenían mucho empuje sellos como Anagrama, Tusquets, Lumen, Argos-Vergara y, un poco más adelante, Alfaguara y Barral Editores". La novela que Serrano ha recomendado más veces a lo largo de su trayectoria ha sido Anna Karenina, de Lev Tolstoi, que le impresionó tanto que no se atrevió a "releerla nunca más".

Intuición y espíritu constructivo

La historia de Bernat tuvo dos etapas. En el 2010, con la ayuda de una cuarentena de socios, encabezados por la familia de la periodista Mercedes Milá, Montse Serrano compró el local vecino, que hasta entonces ocupaba uno sex shop, y amplió la librería. A partir de entonces se conoció como la +Bernat, que además de ofrecer una buena selección de novedades y clásicos era una cafetería y un centro irradiador de cultura, con numerosísimas presentaciones, clubes de lectura y talleres y las visitas recurrentes de escritores como Enrique Vila-Matas y Eduardo Mendoza.

"Todo lo hago por intuición. Me llevo fatal con los economistas –explicaba en el 2012 al ARA–. Creo en el barrio, en la proximidad, en este tipo de asociacionismo en el sector cultural; si fuéramos una constructora, ya nos habríamos peleado. La clave en un negocio es tener ilusión, responsabilidad y creatividad. Si no, por mucho dinero que tengas, no vas a sobrevivir". Otra de las muchas lecciones de vida que Serrano repitió a lo largo de los años fue la necesidad de tener un espíritu positivo pese a las adversidades: "No se puede ser destructivo , es necesario ser creativo. Salir adelante como sea".

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