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En mi casa, para Reyes, los clics de Playmobil eran un regalo estrella. Mi padre todavía me recuerda, de vez en cuando, la cara de alucinada que puse cuando abrí el barco pirata, y la verdad es que, entre mis tres hermanos y yo, conseguimos tener una buena colección. elección de estos juguetes: un zoo, un circo, una barca que —¡oh, maravilla!— tenía un motorcito y podías poner en la bañera, coches de todo tipo, un autobús... Lo que no tuvimos nunca fueron las figuritas que vi en la feria del libro de Fráncfort de este año: en cajas individuales, y en versión femenina y masculina, representaban a lectores. Ahora que pienso en ello, también se podría considerar que eran libreros, porque son un hombre o una mujer con un libro en la mano, y ante una estantería llena, donde está escrito "Buch liebe", que traduzco, con cierta libertad, como "amor por los libros".
Esto me dio bastantes pistas para entender que sí, que son figuras que representan a lectores, pero se me acabaron de desvanecer las dudas cuando constaté que él lleva barba y ella una especie de moño y gafas, rasgos que, como es sabido, son característicos de las personas lectoras de en serio. Los lectores hombres de verdad son bohemios, y por eso llevan barba. un lector, ¿cuántas veces tengo que decirlo?!" "Que sí, que ya te entiendo, ¡pero es que es un juego para niños! fumar!" En el caso de la lectora, no hubo tantos problemas, aunque el primer diseñador fue despedido, pobre, porque en lugar de moño y gafas, había planteado a una mujer con una melena larga sin recoger y pendientes. Pero lo que le hizo el relevo también tuvo un momento de iluminación y, en un gesto claramente transgresor, la vistió con vaqueros y botas de piel, en puesto de ponerle falda. Supongo que no le echaron porque es el hijo del amo, pero debió de ir de poco. se podía ver hace unas semanas en el metro de Barcelona: no recuerdo qué anunciaba, pero salía una bibliotecaria y, para dejar claro que lo era, llevaba –¡lo habéis adivinado!– moño y gafas. Me parece recordar que también hacía el gesto de "silencio" con el dedo, pero borré la foto del anuncio, y por tanto no puedo confirmarlo 100% (Lamento no poder ser tan fiel a la realidad). en este caso como cuando hablo del proceso de creación de los clics). lectores, tengo que decir que, desgraciadamente, están agotados, y aquí no se pueden comprar. una "sala de estar" victoriana, con una biblioteca de madera maciza, clásica, con libros gruesos, de cubiertas como de piel, aseados por colores. es de época: también hay una mesa, sillas, una carretilla con un juego de café... y una criada, con su cofia y su delantal Francamente, no entiendo por qué al lector no podían dejarle la pipa. .