Literatura

Rachel Cusk: "La maternidad es una experiencia destructora"

La escritora británica publica 'Desfilada', una novela radical sobre un artista con muchas vidas

La escritora Rachel Cusk durante su última visita a Barcelona
25/03/2025
3 min
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BarcelonaLa peculiar y sutil obra de Rachel Cusk (Saskatoon, 1967) ha ido ganando lectores en Catalunya gracias a la loable apuesta de la editorial Les Hores, que ha publicado cuatro libros en cinco años. Además de dos de sus títulos más contundentes –El trabajo de una vida (2001), una reveladora y polémica mirada sobre la maternidad, y Secuela (2012), crónica del naufragio de su matrimonio–, ha dado a conocer las últimas novelas que ha escrito, La otra casa (2021) y Desfile (2024). "Desde hace un tiempo no invento nada, en lo que escribo –dice Cusk–. La vida es el material primordial de un escritor. La literatura más pura suele provenir de experiencias personales e íntimas".

Cusk ha puesto en práctica este planteamiento tanto en su análisis sobre la crianza como a la hora de explicar el final de una relación de pareja, pero también en la ficción que publica. Fue en la trilogía Outline (2014-2018)disponible en castellano en Libros del Asteroide– que la novelista británica nacida en Canadá encontró la forma de partir de su propia biografía para reflexionar sobre temas como la identidad, la ambición y el prestigio. Lo hace con la singularidad de sacar libros menos autobiográficos que ensayísticos: sus historias avanzan a base de reflexiones, en vez de guiarse por detalles truculentos o reveladores sobre la propia narradora, que queda progresivamente desdibujada.

Creación e hijos

Desfile, que ha traducido Núria Busquet Molist al catalán,sigue profundizando en el interés de Cusk por las artes plásticas. ¿Es porque le interesan más que la literatura? "Es una muy buena pregunta, que nunca me había hecho hasta ahora –admite–. Si bien es verdad que de pequeña me acuerdo sobre todo escribiendo, de adolescente me llamaron más la atención las artes plásticas que la escritura. Entonces estudié filología inglesa en la universidad sin despuntar mucho. Saving Agnes, es de 1993]. Me costó llegar a constatar que podía hacer novelas guiada por la radicalidad y libertad de los cuadros".

A Desfile lo pone en práctica por segunda vez. Si a La otra casa una escritora de mediana edad se esforzaba por recuperar la inspiración entrando en contacto con un pintor en decadencia instalado en la fastuosa casa de una pareja de amigos, Desfile arranca con un artista llamado G que empieza a pintar figuras y paisajes boca abajo, un cambio radical en su obra que la crítica aplaude. "G creía que las mujeres no podían ser artistas", escribe Rachel Cusk en el libro. La pregunta sobre creación y feminidad recorre esta y otras novelas de la autora. "Históricamente, las mujeres que se habían dedicado a la creación habían tenido que renunciar a tener hijos, a una vida emocional estable... Es decir, era necesario que dejaran de ser mujeres, en cierto modo –explica–. Quizás para llegar a una mirada auténticamente femenina es necesario utilizar la violencia".

A Desfile existe también una artista llamada G que ejemplifica las tensiones de vivir "vidas femeninas más allá de la feminidad estructural". El personaje, que está parcialmente inspirado en Louise Bourgeois –así como en el artista G resuena Georg Baselitz–, lleva una doble vida: una en la que es madre y pareja de un hombre, y otra más libre, la creativa, que acaba cuestionando la primera. "La maternidad es una experiencia destructora –dice–. No te deja tiempo para nada. Si creas algo mientras te dedicas a la crianza implica una doble pérdida, porque ni podrás dedicarte 100% a los hijos ni a la obra".

Una obra de Louise Bourgeois.

Contra los libros fáciles

Cusk trabaja en su próxima novela, también centrada en el mundo del arte, desde París, en la que vive desde hace cuatro años. "Francia me invita a experimentar más –afirma–. Autores como Emmanuel Carrère, Annie Ernaux y Édouard Louis nos muestran que el escritor no es sólo una voz fuera del libro y sin cuerpo, sino que a menudo necesita involucrarse". La autora inglesa se marchó del Reino Unido tras el resultado en las votaciones del Brexit: "Es un país donde nunca entendieron mi literatura. Estoy contenta de haber marchado. Las reseñas de mis novelas eran mayoritariamente condescendientes. "¿Por qué eres tan difícil?", me recriminaban. O también: «¿Por qué tus personajes son tan infelices?» En Reino Unido quieren libros fáciles que se puedan leer rápidamente". A pesar de sentirse incomprendida, Cusk sigue siendo premiada. "Desfile ganó un buen premio, el Goldsmiths, al que había sido nominada en anteriores ocasiones –recuerda–. Me hicieron pasar por la humillación de ir a la ceremonia de entrega hasta tres veces antes de dárselo. Los ingleses somos así”.

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