Vuelve el libro de Josep Pla que lo empezó todo
Destino reedita la primera versión de 'Coses vistes', con la que debutó hace 100 años el autor de 'El cuaderno gris'
BarcelonaHace cien años, Josep Pla i Casadevall (Palafrugell, 1897 - Llofriu, 1981) se decidió a publicar su primer libro, Cosas vistas, que inauguraba la Editorial Diana. "No hay más remedio que hacer una segunda tirada –escribía el editor Ignasi Armengou en Pla pocas semanas después de que el volumen llegara a las librerías–. Lo llamaremos segunda edición. Esto hará un cierto efecto sobre el público. En el paso que vamos había vendido. llegado".
"En septiembre, Pla y su entorno ya proyectaban una tercera impresión que no parece que llegara a hacerse", escribe Maria-Arboç Terrades en la edición de Cosas vistas que Destino acaba de presentar, cien años después: con este libro, Josep Pla inauguró una de las trayectorias literarias más prolíficas y singulares de las letras catalanas del siglo XX. Pla era, en aquellos momentos, un periodista de 27 años que ya tenía un grueso de lectores considerable gracias a las crónicas que publicaba en periódicos como La Publicidad y La Voz de Cataluña y que enviaba desde ciudades como París, Madrid, Génova y Berlín. "Si tuviéramos que hacer caso de lo que Pla no se cansó de repetir, deberíamos creer que su primer libro fue fruto de la iniciativa de varios amigos al frente de los cuales se puso a Ignasi Armengou, impulsor de Editorial Diana, que no sólo habría elegido de entre los artículos de Pla publicados en el diario los textos idóneos para hacer de un volumen también un texto idóneo para hacer un volumen Cosas vistas", añade Jordi Cornudella al epílogo del volumen. "La frescura de la lengua de Pla, que en su día fue todo un revulsivo ante el agarre de la lengua literaria más habitual, y la vivacidad cautivadora de su estilo se perciben todavía hoy con la misma intensidad que hace un siglo", explica Xavier Pla, estudioso de Josep Pla y autor de la biografía más completa y actualizada del autor, Un corazón furtivo (Destino, 2024).
El sueño de vivir sin trabajar
"Me decido al fin a lanzar un libro. Mis amigos me han vencido –asegura Josep Pla a las Cuatro palabras inaugurales de Cosas vistas–. Este hecho, para mí, tiene cierta importancia porque nunca pensé que llegara a hacer cosas tan serias. Sospecho que no he nacido ni para hacer libros, ni novelas, ni historias, porque para lo que sirvo, realmente, es para vivir sin trabajar, para leer cosas agradables, para charlar e ir a paseo, con el bastón y el cigarrillo en los labios". Desde la segunda edición de Diana de 1925, el texto original de Cosas vistas no había vuelto a ponerse en circulación. Se reeditó parcialmente por Selecta en 1949, y en esta misma editorial –dirigida por JM Cruzet– acabó formando parte de una serie de siete volúmenes entre ellos Bodegón con peces (1950), La isla de los castaños (1951) y Contrabando (1954). "En la Obra Completa de Destino, el título Cosas vistas ya no figura; pero el primer volumen, El cuaderno gris (1966), que son unas memorias de adolescencia y juventud dispuestas en forma de dietario, incluye muchos de los textos de las Cosas vistas de 1925 (todos ellos retomados en alguna de las siete series de Cosas vistas de 1949-1954), y la práctica totalidad de los Primeros escritos de 1956. Otros textos fueron a parar a otros volúmenes de la obra completa definitiva", precisa Jordi Cornudella.
"Voy por el mundo como una sombra"
El volumen se divide en cuatro grandes secciones que prefiguran algunos de los caminos que trabajaría a fondo Josep Pla más adelante. En la primera, Hombres y paisajes, el lector encontrará textos dedicados a Calella de Palafrugell, el pueblo de la familia donde creció y que nutre, entre otros, El cuaderno gris; en Girona, ciudad en la que vivió internado en el colegio de los Maristas, tal y como recordó en Girona, un libro de recuerdos (1952), y también en Barcelona, donde estudió derecho y se abrió camino como periodista: a Montjuïc escribe que "las luces del puerto" de la ciudad, "tan llenas de colores", le tenían "el corazón robado".
En la segunda sección –y la más breve del volumen–, Intermezzo, escribe sobre cocina catalana, que describe como "muy mezclada" y "ecléctica", y que prefigura libros como Lo que hemos comido (1972). Y la tercera, que lleva por título Capítulos de novela, es una breve muestra de cómo Pla entrelazó realidad y ficción más adelante en obras como La calle estrecha (1951). Cosas vistas se cierra con una veintena de retratos de personajes como Josep Carner, Joan Estelrich, Pompeu Fabra y Josep Maria de Sagarra, que Pla amplió a las diversas series deHomenots, publicadas primero en Selecta (1958-1962) y más adelante en Destino (1969-1974). Por último, Autorretrato, llega a la siguiente conclusión: "Quisiera estar gordo y no puedo, quisiera pelearme y no encuentro compañero. Situación desgraciada y cómica... De esta situación lamentable proviene el aire que tengo de hombre desvagado que busca trabajo y no encuentra. Es por eso que no estoy bien en ninguna parte y voy por el mundo como una sombra. de una manera pedante y adocenada".
Cosas vistas no fue el único libro que Josep Pla publicó en 1925. Aquel otoño apareció, también en Edicions Diana, Rusia. Noticias de la URSS Una encuesta periodística, donde explicaba su periplo por tierras soviéticas y detallaba cómo funcionaba políticamente, económica y social aquel país que entonces le deslumbró. Aunque Pla nunca llegara a ver ni un céntimo de derechos de autor por parte de Diana –su administrador, Miquel Ferrer y Sanxis, se hizo derrumbe con los ingresos de la editorial y acabó en prisión–, el periodista y escritor publicó aún otros dos títulos, Linterna mágica (1926) y Relaciones (1927). La quiebra del proyecto de Ignasi Armengou le llevó a diversificar su producción: así, Vida de Manolo (contada por él mismo) fue publicada en La Mirada en 1928 –editorial de la influyente Aleación de Sabadell–, Cartas de lejos y Francesc Cambó (materiales por una historia de estos últimos años) aparecieron en Ediciones de la Nueva Revista, también en 1928, y Cartas meridionales fue difundido a través de la editorial de la Librería Catalònia en 1929.